domingo, 21 de octubre de 2012

Por fin... la primera victoria

La verdad es que había ganas. Se cumplía la jornada octava y la primera victoria de la temporada se hacía esperar. Eso sí, no sé si justa o injustamente. Pero la realidad es la que es y hay que aceptarla. Colistas desde hace unos partidos y con la sensación de que esa clasificación no era real. Por vibraciones, por juego, por esfuerzo... Aunque también pueden pensar lo mismo el resto de clubes. Después de ofrecer una buena imagen ante el Haro y de poder haber ganado en el campo del Varea (también podíamos haber perdido si los locales hubiesen estado atinados en los minutos iniciales) tras fallar un penalti en el 88', el San Marcial parecía el rival idóneo para sumar 3 puntos de una tacada. ¿Presión? Ninguna. ¿Ansiedad? Tampoco. Nuestra meta es seguir trabajando igual que hasta ahora, los resultados tenían que llegar. Y lo hicieron. Lo mejor de todo, más allá del triunfo, es la losa que uno se quita, el convencimiento de que es posible, de que siendo un bloque todo es más fácil, así como la confianza que genera aumentar el casillero de puntos. El premio llega.

El Yagüe se siente cómodo cuando hay ritmo en el partido, cuando suceden cosas. Se demostró durante los compases iniciales del duelo de El Salvador. Aunque la lluvia caía sin cesar, los amarillos eran los que dominaban y generaban más peligro. Ya a los 45 segundos Diego, por ser generoso, dio un pase atrás cuando lo más sensato hubiera sido tirar a portería. Podía haber sido el primero. Fue un aviso de lo que le esperaba a la zaga del San Marcial. Parecía que los locales controlaban y eran superiores en la medular. Faltaba algo de profundidad, pero el juego se desarrollaba en campo contrario. Sergio era un espectador. Sin embargo, el choque comenzó a trabarse. Muchas interrupciones, que si jugadores atendidos, continuos parones... la lluvia enfriaba los ánimos.

El equilibrio era mayor y los visitantes se estiraba lentamente. El juego era menos elaborado y más directo. El San Marcial buscaba a Oregui por su costado zurdo, balones largos sobre Iván, para que peinara, o desplazamientos para que Mounir pudiera desequilibrar. Pese a ello, pocas llegadas al área del Yagüe, que sólo sufría cuando abusaba del pase corto en su campo, robos de los blanquillos, o cuando los de Alejandro Fernández mostraban sus armas en acciones de estrategia. Los locales, en su parcela ofensiva, no conectaban con la asiduidad inicial y los ataques amarillos eran más imprecisos, lo que provocaba que la sensación fuera que cualquier error podía ser determinante. A cinco minutos del final de la primer mitad llegó una jugada polémica muy protestada por el San Marcial. El local Agustín y el visitante Pedro saltaron a por un balón con la mala fortuna de que en el choque Pedro tuvo que abandonar el campo porque se le había roto un diente. Al final del choque parece que hubo rencillas y que desde el San Marcial se entendía que la acción había sido a propósito por parte de Agustín. Tengo que comentar, que no me enteré con exactitud de lo que había sucedido hasta el descanso y que el jugador amarillo, durante ese período, estaba preocupado porque afirmaba constantemente que había sido algo fortuito, que él fue a por la pelota y que no vio al rival. Es como la fe, o se cree o no se cree. Desde aquí esperar una rápida recuperación de Pedro.

Volviendo a lo deportivo, el Yagüe salió dispuesto a por la victoria en la segunda parte. Buena prueba de ello fue la jugada de inicio. Durante más de 30 segundos la pelota fue pasando de uno a otro por prácticamente todos los jugadores amarillos, hasta que Alberto realizó un cambio de orientación a Víctor, en el costado izquierdo, quien centró para que Diego fusilara a Aitor. Una jugada digna de otros equipos de una categoría mayor. Un gol que animaba a los locales y que desesperaba al banquillo visitante, que trató de poner remedio al mayor dominio de los hombres de Dani Terroba con la entrada en el campo de Oussama. El San Marcial, tras el tanto recibido, por pundonor buscó el empate, aunque de forma deslabazada. Un par de aproximaciones casi seguidas parecían activar a los amarillos, que parecía que habían bajado la intensidad. Sin embargo, el equilibrio fue una constante

Los visitantes, mucho más directos, insistían en balones largos, muchos de ellos por el centro, mientras que el Yagüe se dejaba querer para buscar la sentencia a la contra gracias a la velocidad de Diego, que falló un par de unos contra uno frente a Aitor. Incluso Víctor tuvo el 2-0 cuando recibió un buen centro de Diego y cuando la grada ya cantaba el gol, el tiro del '11' amarillo, con la portería vacía, se marchó fuera. Los de Alejandro Fernández lo intentaban, pero estaban con pocas ideas. Un remate de cabeza de Jimeno, en un córner, y una falta directa de Oussama fueron los primeros tiros sobre la meta de Sergio. La conexión marroquí entre el centrocampista y Mounir a punto estuvo de encontrar premio, pero el portero local atinó a despejar. Un nuevo pase sobre el habilidoso jugador visitante pudo llevar la igualada, pero justo cuando se quedaba solo ante Sergio, en el área pequeña, Zoco, con la puntera, desvió a córner. Dos jugadas después, vino el tanto tranquilizador de Diego, que tras escapar de la marca de su par superó por bajo a Aitor. Quedaban 2' para el final y los agobios para los amarillos fueron menores.

En definitiva, un triunfo justo del Yagüe, que generó más ocasiones que su rival y que tuvo el control del juego, por lo general, ante un San Marcial algo anárquico en ataque e irregular, con pocas ideas colectivas y que tiró de la calidad individual de sus futbolistas. ¡Qué bien sienta lograr la primera victoria de la temporada!

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