lunes, 15 de octubre de 2012

Dos victorias por la mínima

Dos victorias por la mínima, sufridas y bajo la lluvia. La Unión Deportiva Logroñés y la Sociedad Deportiva Logroñés aumentan su casillero y escalan posiciones en un grupo equilibrado e igualado en el que sólo 6 puntos separan los puestos de 'play off' de ascenso con el de promoción. Los de Pepe Calvo ya son sextos y encadenan más de 360 minutos sin encajar un gol (pilar de su reacción), mientras que los de Agustín Abadía se aúpan al duodécimo lugar, con pequeño margen sobre el descenso. Sumar parece importante para lograr las aspiraciones y después de un buen domingo, ambos conjuntos riojanos deberían estar contentos. Vayamos en orden cronológico.

La SDL conquistó su primer triunfo a domicilio de la temporada en La Caseta con un gol en el tiempo de descuento y gracias a un penalti, que no se tiende a señalar. Curioso que dos hombres destinados a ser complemento en el grupo, Ledo y Laencina, fueran protagonistas. El lateral diestro, ante la sanción de Gerardo, provocó la falta, mientras que el de Ribafrecha se encargó, con mucha responsabilidad sobre sus espaldas, de lanzar la pena máxima. Una muestra más de que Abadía confía en toda su plantilla, sin excepción, y que considera que todos están capacitados para aportar al grupo. Un 10, en este sentido, en cuanto a la gestión de los recursos humanos.

Se logró la victoria, sí. Pero se sufrió mucho. La lluvia y el viento condicionaron el devenir del partido. Aunque si hubo un punto de inflexión fue la expulsión, por doble amarilla del local Luisma. Ahí empezó un nuevo encuentro. Hasta entonces, el Noja apretó más, inquietó a su oponente y parecía más metido que su rival, que se afanaba en defenderse y buscar las contras. Aguantar y esperar su momento era el objetivo de los riojano. Durante el primer tiempo, el delantero Iker Torres, con su corpulencia, traía en jaque a la retaguardia visitante que hacía frente a las embestidas. Laencina, en su intento de despejar, golpeó la pelota en el larguero y Ledo sacó, bajó palos, un despeje defectuoso de Gonzalo con el puño. Los blanquirrojos intentaban estirarse y cuando el balón le llegaba a Fran Sota el equilibrio era mayor. Con Del Puente y Toledo como estiletes por las bandas, los riojanos trataban de sacudirse el dominio local con acciones esporádicas.

Sin embargo, la mencionada expulsión dio un giro al partido. Tampoco fue radical, pero la SDL, ya sin tantos presencia local cerca de Gonzalo, dio un paso adelante. Ahora eran los visitantes los que se asomaban al área rival con más constancia. El Noja, en inferioridad, había desaprovechado su momento y ahora bastante hacía con llegar al final con el marcador inicial. La lluvia incrementó su fuerza en beneficio de los logroñeses. Laencina, en una falta lateral, ponía la pelota al área mientras que Ledo, entrando en el segundo palo, era empujado y después pateado por un defensor. Acciones como ésas hay miles dentro del área y en un partido. Pero el árbitro la vio y la señaló. Laencina no dudó y festejó el tanto que les daba el triunfo. Una victoria que tiene que encontrar su continuidad con la visita del Racing B, actualmente en puestos de descenso, a Las Gaunas el próximo domingo. 

Por su parte, la UDL se está empezando a acostumbrar a ganar en casa. Eso es muy bueno. Otra cosa es la forma de lograrlo. El Izarra, un conjunto inferior, pero competitivo dentro de sus posibilidades, pudo empatar. La tuvo Palacios en un remate, libre de marca, en el primer palo con Castilla ya batido. ¿Hubiera sido justo? Pues en una visión global, a lo mejor no, pero echando un vistazo a los últimos minutos, quizá sí. Eso debe mejorar un equipo predispuesto a estar en lo más alto del grupo: esa capacidad para mostrar debilidades, para dilapidar en unos minutos el esfuerzo del resto del encuentro. Ya le sucedió contra el Racing B y a punto estuvo de repetirse contra el conjunto navarro.

Otra cosa es que la UDL sí que deja entrever que es un bloque muy competente. Las diferentes ausencias por lesión no se acusan y eso tiene su mérito. La adaptación a cómo hay que jugar cuando las condiciones meteorológicas marcan es también un valor añadido que hace crecer a los pupilos de Pepe Calvo. La solidez defensiva exhibida, con más de 360 minutos sin recibir gol (384'), son una muestra de que es conjunto fiable y que, además, apenas concede ocasiones a sus oponentes. Sin embargo, como le ocurrió el domingo, hay aspectos a mejorar. Por ejemplo, no sentenciar los partidos cuando es superior a su rival es un mal que ya le ha pasado factura. Tampoco está de más, el no acostumbrarse a que en los comienzos de los segundos tiempos van a llegar los goles blanquirrojos (ya pasó ante el Bilbao Athletic y se repitió con el tanto, de auténtico pillo, de Barrón) porque luego viene la fase en la que se opta por guardar la ropa, con lo que puede conllevar.

Pero claro, la UDL es un equipo que siempre genera ocasiones de gol. Pocas, pero suficientes para sumar los tres puntos si se hacen las cosas. Y que el duelo podía haber sido diferente si el colegiado, por indicación del asistente, no hubiera anulado el tanto de Iturralde por ¡¿mano?! de Alejandro. O que la dinámica hubiera sido otra si Juanjo, en boca de gol, no se hubiese trabado para rematar y marcar su primer gol (seguro que en otras circunstancias el delantero habría anotado, pero el verse relegado al banquillo y tener que demostrar ahora sus cualidades como artillero aumentan las pulsaciones en determinados momentos). Pero son gajes del oficio y sólo cabe sobreponerse a las adversidades. 

También es verdad que los de Calvo apenas permiten que sus oponentes se acerquen hasta Castilla con peligro, otra apunte importante y a destacar. Pero quizá por eso, sobre todo, en casa el aficionado entiende que el choque ante el Izarra tenía que haberse gestionado, en los minutos finales, con más tranquilidad pese a sabiendas que los navarros iban a buscar, a la desesperada, el empate. Pero, por lo menos, los blanquirrojos podían haber ofrecido más resistencia para impedir que los visitantes incluso creyeran en la igualada. Por lo menos, que sirva de lección para futuros compromisos si es que, de verdad, como se espera este bloque se quiere enganchar a los puestos altos de la tabla. Su gran balance defensivo apunta a ello.

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