jueves, 4 de octubre de 2012

Pequeñas diferencias deportivas

Ya habrá tiempo para profundizar, la temporada es larga, pero hoy voy a mencionar pequeñas diferencias deportivas entre los dos equipos riojanos presentes en Segunda división B, la Unión Deportiva Logroñés y la Sociedad Deportiva Logroñés. Aviso que sólo me voy a circunscribir al aspecto deportivo porque de todos es sabido que el punto de apoyo original de ambas entidades es distante, para lo bueno y para lo malo. Lo hago desde dos áreas, defensa y ataque. La perspectiva es general y habría muchos puntos que tratar para una perfecta interpretación. De hecho, quizá alguno de ellos pueda ser analizado más adelante.

Empecemos por la defensa. Hasta la fecha, la SDL ha ofrecido variantes, desde jugar con cuatro hombres en la zaga, lo más habitual, a ubicar cinco, con tres centrales y dos laterales con algo más de recorrido. Por su parte, la UDL se ha mantenido fiel a una línea de cuatro. Asimismo, el concepto también varía por cuanto la presión se ejecuta de forma distinta. Agustín Abadía opta por una defensa más adelantada, una de sus cualidades positivas es que deja en muchas ocasiones a los rivales en fuera de juego. La coherencia de esta disposición obliga a que el resto de líneas, medular y delantera, estén más juntas, que haya poco espacio entre ellas, lo que provoca, en ocasiones, que el juego se concentre en poco espacio. En este sentido, la presión blanquirroja se concentra en las bandas, los delanteros obligan a sus rivales a jugar a los laterales para entonces acudir a la presión de forma colectiva impidiendo la correcta circulación a sus oponentes. 

Por su parte, Pepe Calvo prefiere conservar su defensa más retrasada. Sus líneas, pese a estar también juntas, sí que muestran algo más de espacio entre ellas. Mientras que la presión la inicia el delantero, él es el primero en presionar y en obligar, sobre todo, a los centrales a que tengan que golpear, lo que suele ser sinónimo de pérdida de balón para el conjunto rival. Los hombres de bandas están atentos, pero guardan el sitio y tratan de evitar los pases interiores. A grandes rasgos, éstas podrían ser las principales diferencias de ambos conjuntos en las tareas defensivas. Otro día aprovecharé para detenerme en las jugadas a balón parado (tanto en defensa como en ataque).

Vayamos con el ataque. Hay que significar que ambos equipos se encuentran a gusto con las transiciones rápidas, con la velocidad, balón a banda y llegada en segunda línea. Sin embargo, la UDL no le hace ascos a tener que jugar en estático, aunque es cierto que pierde partes de sus virtudes ofensivas. Cuando esto ocurre, cuando debe enfrentarse a una defensa posicionada, la UDL opta por una posesión más larga, buscando las bandas como punto de entrada. Para ello requiere una buena circulación, que logra gracias a la movilidad de los jugadores que están por delante de la pelota. Es habitual, ver al delantero caer a los extremos, mientras que los hombres de los costados se meten dentro. Incluso la labor del enganche como llegador también es importante. Los laterales tienden a incorporarse para bien sorprender bien aprovechar la superioridad en su perfil. 

La SDL también es partidaria de ser eléctrica, dar pocos toques tras el robo y llegar lo antes posible a la meta rival. Aun así atisbo una diferencia. En las contras, la UDL busca más el balón al espacio, mientras que la SDL prefiere la pelota al pie, dejada de cara del delantero y cambia de orientación. Por su parte, cuando los hombres de Abadía tienen que medirse a un rival bien colocado, los pases también tienden a ser al pie, sobre todo, en la elaboración, con movilidad de sus centrocampistas. Mientras sus delanteros, con movimientos constantes, buscan la forma de que el contrario deje un hueco. Es entonces cuando sí que los hombres más creativos buscan la profundidad o incluso la finalización. Tampoco es extraña la conducción para atraer defensas y dar un pase a un compañero que puede cambiar de orientación o buscar la pared.

Son pequeñas muestras, generales, de la diferencias en la concepción, tanto en ataque como en defensa, de ambos conjuntos. Es una percecpión. Puede que esté equivocado y que haya quienes opinen de otra manera. Bienvenidos al fútbol. Si me animo, otro día profundizaré.

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