Las diferencias siempre se notan. No hay lugar a la duda. El que es mejor, es mejor. Sin embargo, existen matices en los que los débiles tienden a superar a los más fuertes. Desconozco qué será, pero, al menos en el fútbol (supongo que en otros deportes también sucederá), ocurre. No son cuestiones deportivas, son aspectos de cabeza, de mentalidad, de entrega... cuestiones no entrenables, a priori, aunque sí modificables. Esta parrafada sirve para comprobar cómo un equipo superior, confeccionado para estar en lo más alto de la clasificación, se echa a dormir tras verse por delante en el marcador y permite, también tendrá su mérito el rival, que su oponente, con ganas y entrega, le empate e incluso le pueda dar la vuelta al marcador. Porque el tanto de Maño, a la salida de un córner, nada más comenzar el segundo tiempo pudo ser el principio de la primera victoria del colista Yagüe si Diego, en el 88', no hubiera marrado una pena máxima (¡por fin señalan una a favor de los amarillos!). Las lágrimas del delantero en el vestuario hablan por sí solas sobre la oportunidad perdida.
Y eso que el duelo matinal comenzó mal para los amarillos. Varias dudas iniciales de los centrales visitantes propiciaron que el Varea se presentara en el área rival con relativa comodidad. Sin embargo, pasados unos minutos el equilibrio fue mayor. Cierto que el cuadro local tenía la pelota, buscaba la velocidad de sus hombres adelantados para sorprender, pero el Yagüe se apañaba para evitar sustos, casi todos gestados por acciones individuales de los locales. Carmelo Sota, que había salido con muchas ganas, enfilaba camino del hospital tras una lesión muscular. Una pena para el delantero. El tiempo pasaba, el Varea quería, pero no acababa de decidirse, mientras Víctor, desde el centro del campo, trató de sorprender a Baka. Un susto. Los últimos minutos del primer período fueron un poco correcalles, sin control. Los arlequinados están a gusto con espacios, cuando los partidos se rompen y buscaron la meta de Javi. Pero los amarillos no le fueron a la zaga y también mostraban las garras en ataque, aunque les falta cierta profundidad. Chimbo remataba de cabeza en lo que parecía el primero de la mañana, pero el asistente había levantado el banderín indicando que estaba en posición antirreglamentaria. Alivio visitante.
Comenzaba la segunda parte y se preveía que los locales iban a echar el resto en los compases iniciales para asegurar el triunfo. Los amarillos, por su parte, confiaban en aguantar. El Varea tiró de una de sus mejores armas para cercar a su rival: las jugadas a balón parado. Chimbo, perfecto en los lanzamientos, encontró a Maño para que rematara con contundencia y superara a Javi. Minuto 48 y, una vez más, mazazo para el trabajo del colista. Parece su sino. Sin embargo, los amarillos creyeron en sus posibilidades, no se vinieron abajo y se armaron de valor para buscar la portería de Baka. El Varea, por su parte, bajó un poco la intensidad, o la subió el Yagüe. Aunque los locales querían controlar más la pelota y tener la posesión, los amarillos, más directos, se encontraban cómodos robando en la medular y tirando veloces contras. Una jugada por banda derecha visitante acabó con el esférico en poder de Gajate que cruzó para poner la igualada.
El Varea, incrédulo, debía esforzarse para ganar. Los fantasmas de las tablas hace dos semanas ante el Pradejón, seguro que sobrevolaron por el Municipal. De nuevo, la forma más eficaz de acercarse a Javi fueron las acciones de estrategia. Con Chimbo como ejecutor el peligro era una constante. El '7' arlequinado probó los reflejos del guardameta visitante con un lanzamiento de libre directo. No hubo 'Chimbazo'. El Yagüe no estaba encerrado y salía con criterio. Víctor cruzaba en exceso y perdonaba el 1-2. Pedro Vitoria remataba de cabeza tras un saque de esquina y se topaba con el larguero. Los amarillos asustaban y no sufrían mucho. Otra escapada de Diego, trabado en el área, generó una pena máxima que fue decisiva, para bien, para los arlequinados. El delantero asumía la responsabilidad, pero su tiro, tras impactar en el larguero, se iba alto. Los lamentos del '9' amarillo continuaron tras el pitido final.
El Varea, que parecía noqueado, vio la luz cuando Javi tenía que abandonar el campo por una lesión muscular. Como quiera que los tres cambios visitantes ya se habían realizado, Pedro Vitoria tuvo que ejercer de improvisado portero. Fueron minutos eternos para los amarillos. Y eso que era el añadido. Aun así, hasta tres saques de esquina tuvieron los locales para obtener la victoria. Pero el marcador no se movió. El Yagüe celebraba el punto logrado, aunque se resignaba, una vez más, ante lo que podía haber sido un premio mayor, el triunfo. Mientras que el Varea cedía las tablas por tercera vez esta campaña, quizá demasiadas para sus aspiraciones. Un resultado que no tenía que haber dejado escapar un equipo grande con aspiraciones reales de fase ascenso. Quizá le sirva para que no le ocurre la próxima vez., Todo lo contrario que el Yagüe, que justifica que su posición en la tabla, pese a ser real, no es la que merece.
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