lunes, 30 de septiembre de 2013

Contraste de imágenes

Que los dos equipos riojanos de Segunda B se encuentren en la parte baja de la tabla no sé si es que la realidad del fútbol de esta región o si, por el contrario, es que hay alguno de los dos clubes, o los dos, que todavía no sabe de qué va esta categoría. Ver a la Unión Deportiva Logroñés en 15ª posición con 6 puntos (de 15 posibles) y con 10 goles encajados duele. Lo mismo sucede con la Sociedad Deportiva Logroñés, que es 17ª, es decir, en puestos de descenso, con 5 (de 18 posibles) y con el mismo número de tantos recibidos, 10. Evidentemente, algo no acaba de encajar. Este fin de semana se han podido ver las deficiencias de unos, la UD Logroñés, y lo que tiene que hacer la SD Logroñés para sumar su primer triunfo de la temporada. Vayamos por lo positivo.

Los pupilos de Agustín Abadía recibían a la Cultural Leonesa con cierta presión por empezar a ganar. Si a ello, se le añade que el técnico de Binéfar contaba con varias ausencias por lesión y sanción, el choque se ponía más complicado si cabe. Ante este panorama, a los blanquirrojos sólo les quedaba apelar a lo que hasta la fecha le ha dado rendimiento en Segunda B: trabajo, sacrificio, voluntad... y eficacia, unido a la velocidad, en ataque. Por suerte para la SDL se dieron todos esos condicionantes, principalmente, el del esfuerzo y la tensión competitiva. Se notó desde el pitido inicial, con un equipo, el local, que presionaba, que incomodaba a su oponente, y que quería meter un ritmo alto al encuentro. Un desajuste defensivo de la Cultural sirvió para que Toledo asistiera a Javi Torres y que el delantero marcara ante su primer duelo con Toño a los 3 minutos. El tanto aumentó la confianza de los blanquirrojos que insistieron en la presión y que pudieron ampliar la cuenta si Javi Torres, tras un buen tiro cruzado, hubiera vuelto a superar a Toño.

Era de esperar la reacción visitante y ésta llegó cuando los riojanos bajaron su intensidad en la presión en la medular. ¿Cuándo sucedió? Cuando los pupilos de Luis Cembranos empezaron a dar cuatro pases seguidos y circularon la pelota de un lado a otro. Ahora, les costaba más a los centrocampistas encimara a sus rivales. La Cultural, en este sentido, vio el hueco por el que atacar, su perfil izquierdo. Viti (extremo), Ortiz y Diego Torres (delanteros), y Góngora (lateral) se dejaban caer por el lateral que defendía Ledo. El bravo jugador se veía desbordado (estaba lesionado) y a Metola (también con molestias) le costaba llegar a la ayuda. Por ahí se podía equilibrar la contienda. Abadía lo vio rápido cuando Raúl Torres tuvo dos ocasiones consecutivas para empatar (despeje de Ledo y parada de Mandalúniz) y cuando el portero local se anticipaba a Ortiz tras un buen centro de Diego Torres desde el lado izquierdo. La SDL necesitaba desahogarse y sólo contaba con algún contragolpe para sacudir el dominio leonés. Por fortuna, una de esas contras acabó en córner a favor, mientras que Iñaki Jiménez, debutante ayer, aguardaba fuera del campo para entrar. Fue el último servicio de Ledo, que entró por el centro con fuerza y decisión para rematar el centro de Del Puente. 2-0 y partido encarrilado, aunque los locales debían tapar el perfil diestro. 

La Cultural apenas podía dar crédito a lo que ocurría. Más atónitos se quedarían cuando un despeje de Iñaki Jiménez se convirtió en un pase para que Javi Torres encarara al central Santi, lo superara en velocidad y se presentara, de nuevo, ante Toño para cruzarle la pelota y hacer subir el tercero de la tarde. El descanso servía para controlar las emociones locales y para ratificar cuál es el camino del éxito en esta categoría. Faltaba culminar la faena en el segundo tiempo. La Cultural, por orgullo, salió con una disposición similar, si acaso, con su línea defensiva más adelantada, lo que provocaba que cualquier despeje local se podía convertir en una ocasión de peligro. Ambos conjuntos mostraban sus cartas: la SDL aguardaba, se dejaba querer y salía a la contra; la Cultural tenía la pelota, buscaba las bandas para centrar, pero carecía de remate dentro del área. Los visitantes mostraban buenas intenciones, pero les faltaba creer en sus posibilidades. Hedrera, con un tiro desde 35 metros, sorprendió a propios y extraños para poner emoción al encuentro en el minuto 56.

Ahora, los leoneses podían empezar a soñar con neutralizar la renta. Por si acaso, los blanquirrojos seguían fajándose para evitar que el marcador se comprimiera más. Y eso que la Cultural pudo meter el miedo en el cuerpo a los aficionados locales cuando el árbitro señaló penalti por una mano involuntaria de Iñaki Jiménez dentro del área. Ortiz asumió la responsabilidad, pero Mandalúniz le adivinó la intención y con una gran estirada despejó a córner. El fallo afectó a los de Luis Cembranos, a los que les costó reponerse. Fueron momentos que pudo aprovechar la SDL para sentenciar en varios balones largos que no encontraron destino (un despeje de Toño le rebotó a Rojas y el balón se fue fuera, un tiro de Javi Torres que se marchó desviado). La Cultural volvió a la carga en los minutos finales, pero sin convicción en acertar en el último momento. Por si acaso, Mandalúniz desbarató las ilusiones visitantes con dos buenas paradas en tiros lejanos. El 3-1, probablemente, no mostrara lo que se vio en el campo, pero debe servir a la SDL para asumir que en esta categoría lo importante es no cometer errores (se pagan muy caros) y tener acierto cara a la portería contraria.

Si en la SDL la jornada de ayer se saldó con alegría, en las filas de la Unión Deportiva Logroñés hubo tormenta. Sobre todo a tenor de la declaraciones de su técnico Raúl Llona al término del partido contra el Burgos. Cierto que el 5-2 habla por sí solo, pero el responsable técnico de los blanquirrojos reconoció que el equipo no saltó a El Plantío ni con la contundencia defensiva ni con la intensidad que se requiere en Segunda B. Así se puede entender que en el primer minuto, prácticamente, Arkaitz ya hubiera batido a Miguel. Curioso fue que el tanto despertara a los visitantes, se asentaran y fueran en busca de la meta rival con aplomo y confianza. Ubis y Goñi merodearon el empate, pero fue el primero el que lo materializó desde los once metros antes de llegar al minuto 20 del partido. Por lo tanto, pese a la caraja inicial, comenzaba un nuevo encuentro. Sin embargo, un córner a favor resultó ser una pesadilla para los blanquirrojos. Puesto que la contra montada por el Burgos acabó con Ormazábal expulsado. Por si fuera poco, Gabri, unos minutos después, volvía a colocar a los suyos por delante ante la impotencia blanquirroja. 

Por debajo en el marcador y con un futbolista menos, los de Raúl Llona trataron de equilibrar las fuerzas, pero con Ubis como lateral improvisado el Burgos encontró un carril por el que hacer mucho daño a los visitantes. Pese al dominio local, la UDL aguantaba como podía y esperaba al descanso para recolocar sus piezas. Pero Gallardo, tras un saque de esquina, previo resbalón de Miguel, dejó las cosas vistas para sentencia instantes antes del ecuador del duelo. La segunda parte, pese a los cambios en la UDL, sirvieron para contrastar que el Burgos se iba a llevar los puntos. Carralero, una auténtica pesadilla para los visitantes, puso el el 4-1 a los 53'. Más de media hora de sufrimiento para los hombres de Llona, que tiraron de orgullo para tratar de no encajar más goles y buscar maquillar el resultado. El quinto de los locales no llegaría hasta el 85', mientras que Javi Rodríguez puso el definitivo 5-2 en el tiempo añadido. En definitiva, un resultado duro que debe hacer reflexionar a los blanquirrojos porque en esta categoría no se puede regalar nada, no se puede salir al campo sin intensidad y sin ganas de trabajar. Luego, para cuando se quiere reaccionar, es muy tarde.

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