lunes, 16 de septiembre de 2013

Pocos puntos sumados



Los puntos escasean en este comienzo liguero para los conjuntos riojanos de Segunda B. Mientras que la Unión Deportiva Logroñés acumula el 50% de los disputados (dos victorias y dos derrotas), la Sociedad Deportiva Logroñés sólo ha obtenido el 16’66% (dos derrotas a domicilio y dos empates como local). Los primeros cayeron ayer en el Nuevo Tartiere ante un Oviedo que tuvo capacidad para remontar, durante el segundo tiempo, el tanto de Gil. Por su parte, los segundos no pasaron del empate en Las Gaunas ante el Guijuelo.

La UDL, como viene haciendo en casi todas sus comparecencias, mostró en tierras asturianas que una de sus virtudes es comenzar con intensidad y presionando a su rival. Gracias a ese trabajo, los blanquirrojos se acercaron con peligro, en un par de ocasiones, a la meta defendida por Orlando. Al Oviedo le costó sacudirse del agobiante juego que imponían los visitantes. Eso no quita para que los locales pudieran también adelantarse en el marcador. Cervero, que no suele fallar, perdonó en un remate de cabeza, mientras que Susaeta se topó primero con Sergio Martínez y después con Miguel en una doble oportunidad azulona. Parecía que el partido estaba equilibrado hasta que Gil, el ‘pichichi’ de los riojanos con tres dianas, volvía a subrayar la importancia que poseen las jugadas a balón en este deporte. Un remate, certero, de cabeza acabó en el fondo de la red. Los ovetenses iban cabizbajos a los vestuarios y pensando en negativo.

Sin embargo, el Oviedo supo reaccionar. Comenzaron los desajustes a la hora de presionar y la UDL tuvo que recular, retroceder varios metros y ver como su rival se acercaba a Miguel, excesivamente dubitativo en las salidas por arriba (midió mal en varias). Y ocurrió lo podía suceder ante esa situación, que en apenas 5’ (en el 57’ y en el 62’) los locales le dieran la vuelta. David Fenández culminó una jugada que comenzó por la banda derecha y Pardo se inventó un ‘latigazo’, desde su casa, que entró por la escuadra. Los riojanos buscaron la reacción, aunque era complicado porque el Oviedo ahora se sentía más cómodo y ya se sabe que las prisas no son buenas consejeras. 

De hecho, pese a los intentos de la UDL, los de Raúl Llona no estuvieron a gusto con la pelota en su poder y les costaba generar peligro. No se le puede negar voluntad a los futbolistas, un aspecto interesante y a tener en cuenta dados los antecedentes, pero, pese a los cambios, no hubo llegadas de peligro suficiente como para que las tablas volvieran a aparecer. El Oviedo tiró de oficio para que el tiempo pasara y aunque Omar, con un buen tiro lejano, metió el miedo en el cuerpo a los asturianos, las intenciones blanquirrojas fueron estériles. Se rompe así la buena marcha de la UDL, que había sumado dos triunfos seguidos. Aun así se coloca séptima en la clasificación con 6 puntos a la espera de lo que ocurra con el equipo número 20 (rival del próximo fin de semana). Lo sensato (dentro de lo incongruente del asunto) es que sea jornada de descanso.

Por su parte, la SDL disputaba su tercer encuentro en 7 días. Una prueba física, ante tanto partido seguido, y mental, al continuar en la parte baja de la tabla. El Guijuelo, como los blanquirrojos, tampoco sabía lo que es ganar esta liga y, al menos, pasara una semana sin conocer esa sensación. Resultó un partido difícil de digerir. Si bien es cierto que los visitantes parecían tener las ideas más claras sobre cómo jugar y atacar, los riojanos estaban espesos. El control del juego, y la pelota, eran del Guijuelo, mientras que la SDL quería presionar, pero no lo hacía en el sitio adecuado para que su rival estuviera incómodo. Eso sí, de tiros a puerta, mejor no hablar. Los primeros entre los tres palos vinieron a la media hora y concatenados. Del Puente, de falta lateral, y Moreira, manso para Mandalúniz. El dominio del Gijuelo era infructuoso y la SDL, cuando recuperaba, no sabía muy bien qué hacer, si golpear en largo, además sin mucho sentido, o tratar de elaborar, aunque sin una finalidad muy clara. Lo mejor que les pudo pasar a ambos conjuntos fue el descanso.

Sobre todo a la escuadra local que, de partida, salió presionando mejor. La consecuencia fue que en 6 minutos, rondaron la meta de Wilfred con sensación de peligro: un centro desde la derecha que acabó con tiro de Metola, un centrochut de Alcántara y una galopada de Javi Torres que culminó con un tiro cruzado. El Guijuelo debía reaccionar y lo hizo dando un aviso en la ocasión más clara. Fue una contra que terminó con un remate de Rubén que, por fortuna, impactó en el cuerpo de Metola. De nuevo, la SDL se animaba con un gran control de Javi Torres y un posterior golpeo al esférico defectuoso (se marchó excesivamente alto) con todo a favor. Una hora de partido y todo apuntaba, si se mantenía la dinámica, a que el gol podía llegar. Nada más lejos de la realidad. Entonces, el partido se enquistó (el Guijuelo movió el banquillo y serenó el juego) después de 15’ de ida y vuelta. 

El Guijuelo ya no tenía tanto el balón y la SDL no sabía, a ciencia cierta, cómo intimidar a Wilfred. Le costaba mucho. Los visitantes esperaban una contra para romper el duelo, mientras que los blanquirrojos, pese a los cambios introducidos por Agustín Abadía no remataban la faena. El cuadro local quería, pero no podía. El Guijuelo pudo marcharse con la victoria si ya en el tiempo añadido un centro desde la izquierda hubiera encontrado rematador. El empate, como bien valoró Abadía, sirve para seguir sumando y para acabar un partido sin encajar. Sin embargo, el balance de 2 puntos sobre 12 y el puesto 17º parecen insuficientes. 

Personalmente, el juego de la SDL me genera dudas. Creo que es un equipo que está más cómodo sin balón, esperando en su campo y saliendo a la contra. Pero también es un bloque, lo demostró la temporada pasada, que cuando presiona en el centro del campo y traba los partidos siempre saca beneficio cuando el duelo se vuelve un poco loco. Luego está la disposición en la medular de los tres centrocampistas en los que confía el técnico de Binéfar. Cuestión de gustos, veo a Fran Sota más a gusto de enganche, con libertad de movimientos en ataque, sin tener que estar más pendiente de labores defensivas. Miguel no participa tanto como mediapunta, muchas veces parece como que no está jugando. Mientras que Candelas, pese a que su adaptabilidad es máxima, no acaba de convencerme como el jugador que le tiene que dar equilibrio defensivo. Sobre todo cuando este equipo ofrece lagunas en la elaboración. Porque si la SDL gozara de largas posesiones seguro que el problema no era éste, puesto que los tres poseen talento como para asumir responsabilidades en la creación. Luego está el asunto de los extremos, aunque eso depende y mucho de cómo quiera uno jugar. Es una opinión y seguro que Abadía, que es el que trabaja diariamente con ellos, sabe dónde ubicar sus piezas para que le den el mejor rendimiento.

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