sábado, 15 de septiembre de 2012

La suerte se trabaja

Unas horas antes del partido comentaba, en tono jocoso, con el preparador físico del Villegas que la suerte se trabaja, que no se encuentra. Parece que mis palabras fueron premonitorias de uno de los factores diferenciadores entre el Yagüe y el Villegas. Los locales, fieles a un estilo en el que creen y se sacrifican optimizaron sus recursos para lograr su segunda victoria de la temporada. Tres tiros a puerta, tres golazos, y algún que otro remate tras saques de esquina fueron suficientes para resquebrajar a un Yagüe, que tuvo sus momentos, pero que acabó claudicando. Equilibrio inicial con los amarillos intentando tener la posesión y unos encarnados esforzándose en presionar para robar y llegar lo más rápido posible al área de Javi

Parecía que los fallos, o los aciertos, iban a decidir el duelo. El punto de inflexión vino a la media hora. Falta a favor del Yagüe en el lateral cercano a la línea del centro del campo. Tato se dispone a colgar el balón. Comienza su carrera y Ángel, en la barrera, se adelanta para estorbar el lanzamiento. Logra su objetivo y el golpeo es defectuso y corto, plácido para que la defensa local despeje y lance una contra mortal que acaba con un remate, en escorzo, de Bladi que significa el 1-0. Ángel se trabaja un mal golpeo, está atento para aprovechar un balón largo, dar un pase de la muerte, mientras que el delantero local se anticipa a la defensa y al portero. ¿Suerte? Sin tiempo para reaccionar, Ángel se encontró con el gol de su vida, seguramente. Desde su campo, despeja un balón ante la presión visitante. Pero no es un despeje cualquiera. El viento favorable le ayuda a coger una altura inesperada. Tanta que se acaba colando por la escuadra. ¿Suerte?

Mazazo amarillo y nuevo escenario. Un Villegas crecido y sólido frente a un Yagüe desdibujado por dos goles consecutivos. Los de Nacho Torres se dejaron querer, más si cabe, y cedieron la pelota a los de Dani Terroba. Era la única forma de tratar de darle la vuelta al marcador. Sin embargo, faltaba la profundidad necesaria para intimidar a Santi. Pese a ello, tras una buena combinación y la fe de Víctor, que saltó con el defensa, provocaron que Josema, involuntariamente, recortara distancias. Más ánimos para los visitantes que veían una esperanza. A ella se aferraron en el comienzo del segundo tiempo. Fueron minutos en los que el Villegas sufrió, se encerró en su campo y defendió con uñas y dientes su ventaja. El Yagüe tuvo sus oportunidades para empatar, pero no las aprovechó. Cada pausa era vital para los encarnados para tomar aire y tratar de frenar el ritmo de los visitantes.

Como era evidente, el Villegas espera su momento para buscar las contras y 'matar' el partido. Sabía que una opción tendrían. Y bien que la clavó. Una pérdida amarilla en la medular le sirvió al 'pichichi' Abel para llevarse la pelota, afortunado en los rebotes, y tirar con rabia para colar la pelota casi en la escuadra. ¿Suerte? Quedaba algo menos de un cuarto de hora para el final y la victoria ya no se le escaparía al cuadro local. Los amarillos, ya, bajaron un poco los brazos y asumieron la derrota. Los locales, por su parte, crecidos incluso pisaban campo rival con peligro. Gestaron así un triunfo trabajado. Porque más allá de momentos de suerte, sigo convencido de que la diosa fortuna hay que buscarla, no llamarla para que te haga un favor en un momento dado. La constancia es el camino para que te ayude cuando hace falta.

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