lunes, 24 de septiembre de 2012

Fin de las rachas

Era cuestión de tiempo que la Unión Deportiva Logroñés ganara su primer partido de la temporada y que la Sociedad Deportiva Logroñes abandonara su idilio de victorias, y espectacular racha de 26 triunfos seguidos, en La Gaunas. Zaragoza B y Lleida fueron, en gran parte, culpables de que las dinámicas de ambos conjuntos riojanos viraran. Vayamos por orden cronológico. La nota negativa, sin duda, fueron las lesiones de Quero, esguince de tobillo, y de Salazar, fractura de tibia.

La UDL se presentaba en la Ciudad Deportiva de Zaragoza con la casi obligación de sumar tres puntos. Un mal resultado propiciaría una semana un poco movida. Sin embargo, el cuadro de Pepe Calvo no dio muestras de tener ansiedad por vencer. Fue coherente con lo que ha venido desarrollando a domicilio, llevando la iniciativa, por momentos, pero sabiendo arroparse en su campo, si la ocasión lo merece, para salir al contragolpe. Resultó un choque equilibrado en el que el filial maño no pudo realizar su juego combinativo porque los riojanos, serios y ordenados, se lo impidieron. Mario Barco tuvo una gran oportunidad para adelantar a los suyos, pero en vez de tirar regateó en exceso. Luego no perdonaría. Curiosamente la lesión de Quero y la entada de Rubén García dejó entrever que la UDL se encuentra más cómoda, a domicilio, dejando con libertad de movimientos a Sergio Rodríguez, a quien le guardaban las espaldas el citado Rubén García e Iturralde. El gallego apuntó maneras de ser un referente en la medular: pedía balones y era el intermediario entre la defensa y la delantera. Con él en el campo, los de Pepe Calvo ganaron en presencia y en el control del juego. Faltaba la profundidad. Aunque para eso estaba Víctor, que desde el lateral zurdo, resultó ser una amenaza ofensiva de los blanquirrojos. Otro hombre que salió fortalecido por su acertado partido.

Parecía que el Zaragoza B no podía, aunque el equilibrio era la tónica. Los destellos ofensivos los ponía el conjunto visitante, pero no había manera de encontrar el camino del gol. Sergio Rodríguez lo tuvo en sus botas, después de un 'pase de la muerte' de Mario Barco, nada más comenzar el segundo tiempo, pero el centrocampista riojano no estuvo atinado. La sensación era que la UDL llegaba, hacía más méritos que el contrario, pero quedaba lo más difícil, marcar. Castilla apenas sufría, salvo jugadas puntuales, y eso, por lo menos, era una buena noticia. La expulsión de Hugo Díaz, con media hora por delante, animó a los blanquirrojos. El perfil izquierdo se convirtió en una autopista para los intereses riojanos, que percutían con bastante facilidad gracias a Víctor y a Barrón. Quedaba el remate. La entrada de Juanjo permitió a Mario Barco participar menos en la creación y estar atento en la finalización. Providencial, el calagurritano que remató un centro de Barrón para anotar su tercer tanto en tres jornadas y certificar el primer triunfo de la temporada. 

Se había hecho lo más difícil, pero, por lo presenciado en las últimas jornadas, a la UDL le quedaba aguantar. El Zaragoza B, como es lógico, se estiró más y con un fútbol más directo trató de meter a los riojanos en su campo. Había que ponerse el buzo para sudar la victoria. Además, con un poco de fortuna, a la contra, se podía buscar el segundo, la sentencia. Pudo llegar, pero Barrón se topó con el palo tras previo despeje de Alcolea, portero maño. Al final, tres puntos valiosos, que sacan del descenso a una UDL, que vive más tranquila a la espera de la visita del Athletic B a Las Gaunas. Rubén García, Víctor y Mario Barco reivindicaron un sitio. Hay que destacar que Gil ejerció de central, dejando a Raúl Torres el lateral diestro. Otro movimiento en la pizarra de Calvo, que a falta de hombres tiró de saber estar en el campo.

Por su parte, la SDL comenzó mal, se rehizo, volvió a caer y acabó rendido ante un Lleida, independientemtente de las formas, que se mostró con más hechuras, calidad en los metros finales y veterano para calmar a un conjunto riojano que le puso corazón, por momentos, pero que se dejó ir a medida que el marcador se encontraba imposible para sus intereses. Los catalanes, desde el principio, marcaron el territorio y demostraron insistencia en sus prestaciones. Centro por la izquierda y remate de Mata. Fuera de juego. Pues al minuto, centro por la izquierda y remate de Mata. Gol. Apenas 6' y la SDL tenía que ir a remolque, como ya sucediera frente al Amorebieta. Cuando se atisbaba que los de Agustín Abadía le pillaban el aire al duelo, cuando Miguel y Candelas entraban en contacto con el cuero y Toledo ganaba enteros por su costado, una contra desarmó las esperanzas locales. Imaz, en posible fuera de juego, se presentó ante Gonzalo, al que superó para colocar el segundo en 15'.

Varapalo blanquirrojo. El Lleida, a verlas venir, a dejarse querer, trabar el partido y buscar el contragolpe para sentenciar la contienda. La SDL dio un paso adelante, cogió la pelota, la movió, pero sin la claridad suficiente para meter el miedo a los ilerdenses, que estaban cómodos en Las Gaunas. En medio de este panorama, Salazar se iba en ambulancia tras una acción con Mata (el jugador lo calificó en su Twitter como 'un choque de espinillas'). Tras esta mala noticia, vino la esperanza. Omar (sus incorporaciones por banda se dejan notar) centró desde la izquierda y Olavarrieta, atento, recortó distancias. Quedaba una hora para poder empatar. Había que apretar y no dejar pensar a un bloque que casi ya había renunciado a jugar para vivir de las rentas y actuar en función del marcador. Lástima que no hubiera continuidad tras el tanto. Ahí se le pudo escapar el encuentro a la SDL.

El inicio del segundo tiempo podía determinar las posibilidades riojanas de remontada. Hubo intención, pero se quedó en eso. Parecía que los pupilos de Abadía querían apretar, pero les faltó continuidad. El Lleida, sin excesivos apuros, fue dominando el 'tempo' del partido y sacando de sus casillas a los blanquirrojos, a los que les pesó, en exceso el marcador. Máxime cuando Miki, en una acción a balón parado, anotaba el tercero. Entonces la SDL claudicó y confío en que llegara lo antes posible el minuto 90. Pero antes, los visitantes marcarían un cuarto gol, Miki, de nuevo, tras una falta lateral. Previamante Jon Moya fue expulsado por doble amarilla y posteriormente, ya en el tiempo añadido, Del Puente maquilló el resultado. Un marcador que debe servir como lección para tratar de que no vuelva a repetirse. La SDL necesita trabajar y correr durante todo el partido, además de tener la pelota porque en el momento que aparece la relajación, equipos ordenados y con dinamita en ataque, como el Lleida, te hacen un roto. Eso sí esta derrota no quita para ensalzar el buen arranque liguero de los blanquirrojos. Repasando cómo han conseguido las dos victorias y el empate se encuentran armas para lograr la salvación.

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