viernes, 10 de febrero de 2012

Ricardo Pisón (I)


Gracias a la desinteresada colaboración de Ricardo Pisón, desde aquí te vuelvo a dar una vez más las gracias, aquí tenéis un reportaje sobre la trayectoria deportiva del actual portero de la Sociedad Deportiva Logroñés. Como quedan cosas en el tintero, habrá una segunda parte.

   Será que le va la marcha, pero nuestro protagonista es un privilegiado. Pese a una dilatada trayectoria, incluidas varias paradas en diferentes zonas de la geografía española, Ricardo Pisón (Murillo de Río Leza, 23 de febrero de 1980) ha estado presente en cuatro de los cinco proyectos riojanos que se han denominado Logroñés (Club Deportivo, Club de Fútbol, Unión Deportiva y Sociedad Deportiva, sólo le faltó vestir la elástica del Fundación). “Como todos los chavales que despuntábamos”, admite, llegó al histórico Club Deportivo. Tras “jugar en todas las categorías, estuve dos años en el Promesas” y cuando parecía que se podía cerrar el círculo dando el salto a la Segunda división, llegó el descenso, primero deportivo a Segunda B y luego por impagos a Tercera. Se había desvanecido la ilusión de este murillense. Pero Rubén Galilea, encargado de construir, casi de la nada y en apenas unos días, una plantilla campeona en la liga riojano-navarra, apostó por Pisón: “Me llamó y no me lo pensé y eso que había muchas dudas sobre el proyecto”. Además, destaca, “fue una temporada muy bonita en la que había un grupo muy cohesionado”, donde coincidió con futbolistas riojanos como Jordi Bretón, Raúl Llona o Edu Rincón. Y eso, que en el debut en Aoiz, de eso fue testigo directo un servidor, había jugadores que llaman a sus compañeros por el número. Pisón se defiende, “eso es una cosa que dijo Galilea”.


Pisón durante un partido con la SDL.   

   Sus buenas actuaciones no pasaron desapercibidas en el poderoso Real Madrid, que llamó a sus puertas. Allí fue para adquirir experiencia en el Castilla, donde estuvo dos temporadas, en las que se incluye su cesión por seis meses al Jerez de los Caballeros. Allí coincidió con jugadores que ahora tienen un hueco en el mundo profesional, de hecho Pisón recuerda que “compartí vestuario con César Navas, Valdo, Corrales, Pavón, Rubén, Aranda…” y que “nuestro entrenador era López Caro”. Sin embargo, la tierra le volvió a tirar. Más concretamente “el hecho de que me llamara el mismo cuerpo técnico y las mismas personas con las que había estado en el CDL”. 
   Por eso desembarcó en el Recreación, ya en Segunda B porque “lo vi como una continuación al ascenso de años atrás”. Un quinto puesto, “por un minuto no nos metimos en el play off de ascenso”, y un sexto lugar, “si hubiéramos ganado el último partido habríamos estado en la fase de ascenso”, hacen reflexionar a Pisón: “El Recreación –posteriormente Logroñés CF- fue una oportunidad perdida porque había un gran grupo humano detrás de los campos, con gente que se preocupa y que era de aquí”. El guardameta concreta que “no tuvo el respaldo que sí han tenido otros proyectos” y “la coincidencia con el Club Deportivo Logroñés le hizo mucho daño y provocó envidias”. La destitución de Rubén Galilea y la entrada de Nacho Martín limitaron la presencia de Pisón en el once: “La última temporada de Galilea era el titular, pero cuando vino Martín apostó por Josean”. Para su marcha del club contribuyó que “se hiciera un equipo más profesional, hasta entonces era una mezcla entre lo profesional y estar con los amigos, que al final dio los resultados que dio”.


El Varea logró el ascenso en la temporada 2008/09.
 
    Cogió el petate y se marchó a Oviedo, donde militó en el Oviedo Astur, “un proyecto hecho por los políticos para quitar el Oviedo. Hasta que hubo dinero fue una iniciativa que estuvo bien”, pero cuando empezaron los problemas lo mejor era marcharse. Desembarcó en la Cultura Leonesa y más adelante en el Roquetas de Tercera. Alto en el camino obligatorio porque Pisón fue elegido por votación popular como el jugador favorito al final de la temporada. Todo un detalle. “Aquello fue maravilloso. Teníamos un gran equipo, lástima que no pudiéramos ascender. La gente era magnífica y el respaldo del público fue espectacular”. Tanto que tuvo que escribir en un foro para, por así decirlo, disculparse por irse a un club de superior categoría, al Mazarrón. “Era una oportunidad para volver a Segunda B y aunque me costó mucho, me fui”. Sin embargo, el que toma decisiones se equivoca y su estancia en el conjunto murciano duró hasta Navidad. “Dije esto se acaba. Me volví a casa, empecé a tener los fines de semana libres, salía con la que ahora es mi mujer, quedaba con los amigos… la verdad es que no echaba de menos el fútbol”.
    Hasta que llegó el verano, cuando el Varea le llamó. Tras una campaña sobresaliente, incluido ascenso a Segunda B, con gran protagonismo de Pisón al detener el penalti decisivo en la eliminatoria contra el Cerro Reyes, la Unión Deportiva Logroñés apostó por la riojanización y dio continuidad a varios de los futbolistas que habían logrado el ascenso: Pisón, Álex, Olavarrieta y Salazar. El portero reconoce que “fue el momento idóneo para mí porque físicamente estaba en mi mejor momento y había adquirido la madurez suficiente para afrontar un reto, que así fue como me lo tomé”. 


Rubio y Pisón, porteros del UDL.
 
    Pero, una vez más, se volvió a desilusionar. “Me dolió que no se me diera la opción. No sentí el apoyo, pero ni yo ni ninguno de los riojanos que estábamos allí, es como si a los de casa nos exigieran más para triunfar. La gente de fuera viene y se va, los de aquí nos quedamos”. Reconoce que “aunque desde fuera se podía pensar que estábamos de relleno, en el día a día te das cuenta de que no es así, te ves competitivo y con posibilidad de luchar por estar en el once”. Y eso que enfrente tenía a Rubio, que “no comenzó muy bien, pero que acabó espectacular”. Entonces surgió la Sociedad Deportiva Logroñés, su cuarto Logroñés. El proyecto deportivo, compartir vestuario con algunos de sus amigos del Varea y el reto de ascender le animaron a sumarse. “No se podía aspirar a nada mejor en esta categoría en La Rioja”. Le costó porque “no tenía claro si seguir en activo o no, porque eso lo hago año a año”.

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