jueves, 23 de febrero de 2012

El premio del Bañuelos


Con todo el agradecimiento posible hacia Víctor Gamón, entrenador del Bañuelos, que ha hecho realidad que estas líneas sean posibles.

Los modestos también merecen su sitio. Es el caso del Bañuelos, que como ya sucediera en la temporada 2006/07 repite en Tercera. Si en aquella ocasión su ascenso se debió al aumento de equipos en la categoría (llegaron de Regional hasta 8 clubes después del ascenso del Logroñés a Segunda B), la campaña pasada se mereció, contra pronóstico, dar el salto. Lo hizo, además con varias novedades. La principal, sin duda, fue el cambio de entrenador. El técnico Ángel Villar, que había estado ligado al equipo de Baños de Río Tobía durante nueve años, dejaba la nave y Román Bastida, su presidente, tenía que buscar un recambio. En esa búsqueda apostó por un entrenador joven, que se acababa de sacar el carné de entrenador nacional (nivel III) y que era de Logroño. Muchas variaciones para un mismo ejercicio. Víctor Gamón fue el elegido. Su bagaje como técnico se reducía a su estancia en el Loyola/Comillas durante varias campañas, la última al frente del cadete (equipo con el que logró el título). Sería su primer contacto con el fútbol de adultos. Toda una experiencia si a ello se le une la singularidad de hacerlo en una localidad como Baños. Pese a ello, conocía la categoría (fue segundo entrenador en el Yagüe en la temporada 2006/07) y como jugador vistió la camiseta del Agoncillo (hasta que una sucesión de lesiones en la rodilla lo apartaron como futbolista).

    Con una gran ilusión y con muchas ganas de trabajar Gamón se encontró con una plantilla confeccionada al 80% por gente de la zona. Su objetivo era hacer que este conjunto, habituado a estar en mitad de la tabla, fuera un poco más competitivo. Como es lógico a ello ayudó la presencia de una persona de fuera, lo cual siempre infunde respeto. En un primer vistazo comprobó que con lo que tenía iba a ser una campaña de transición, para poner las bases lo que podía ser un proyecto interesante y apasionante. Empezó apuntalando la defensa con la intención de no ser uno de los más goleados de la categoría, como sucedió un año antes. 
  
   El técnico logroñés comprobó las limitaciones técnicas y tácticas de sus jugadores, “es una pena que nadie les haya enseñado cosas básicas”, pero apechugó con ese hándicap y trabajó aún más duro en busca del bien común. Los resultados acompañaron desde el principio, tanto que el Bañuelos se consolidó como el equipo más defensivo de la liga en los primeros partidos. La plantilla sumaba puntos, se veía arriba en la tabla, ganó mucha confianza, la autoestima de los jugadores estaba por las nubes al comprobar que el trabajo daba sus frutos… la euforia se apoderó de la localidad. Empezaban a creer en sus posibilidades. Partían de la defensa, ahí lograban la mayor parte de los puntos. Sabían sus limitaciones y eran conscientes de que el éxito pasaba por el esfuerzo en cada partido. “A mitad de la liga nos vimos ahí, pero pensábamos que nos iba a dar el bajón físico porque con esa plantilla lo normal era haber sacado menos puntos”. Con esa humildad, el Bañuelos no se bajó del tren del ascenso y obtuvo el premio al trabajo, a la unión, al bloque y al compromiso.


Once del Bañuelos que jugó en La Planilla contra el Calahorra.
  
    Un ascenso ilusionante que dio paso a la realidad. “Es una temporada de regalo, para que todos disfrutemos, para aprovecharla. Será difícil, pero el premio ya está conseguido”. Gamón es consciente de lo que le rodea. “Hay que estar dentro para saber el mérito que tiene estar en Tercera con esta plantilla”. Claro que cabe preguntarse los motivos por los que no se ha podido reforzar mejor. La contestación es directa: “¿Quién va a querer venir a jugar a Baños? Se intentó traer a gente de Logroño, pero… eso es casi imposible. Venir hasta aquí… sin cobrar… es lógico que no quieren venir”. Por eso la única salida fue atraer a futbolistas de la zona que se involucraran por un sueño, por lograr la permanencia, “algo que es más difícil que ascender de Regional”. Con ese panorama Gamón pudo ‘engañar’ a 21 futbolistas, 10 de los cuales eran nuevos.
   
  El primer objetivo marcado fue “hacer un equipo competitivo para llegar hasta el minuto 90 con opciones. Podríamos perder, pero, por lo menos, tener pelearlo hasta el final”. La primera dificultad fue “la inexperiencia de la plantilla”. Saleh y Miguel, componentes del equipo que ya estuvo en Tercera en la 2006/07, más los recién llegados Garza (Valvanera, Agoncillo y Villegas), Sergio Pérez (varias temporadas en el Náxara), Nieva (algún partido durante su época en el Náxara) y Emilio (apenas 300 minutos un año antes en el Náxara) eran los únicos que sabían lo que es jugar en esta categoría. “Lo hemos acusado y nos ha costado puntos”, lamenta el técnico rojillo. A la mente le vienen los empates cedidos en El Poste ante Tedeón y Calahorra en el tiempo añadido. “El gol que nos mete el Tedeón es de chiste. Córner, minuto 95. Sacan horrible, le viene perfecta a mi lateral izquierdo, es zurdo, para que la mande a casa Dios… pues no amaga y la vuelva a mandar a córner. Lo sacan y gol del empate. Qué vas a hacer”. En este sentido, reconoce que a esta plantilla “le falta picardía, dominar el otro fútbol, el usar el cuerpo… aspectos que son difíciles de entrenar” que o se han ido adquiriendo con el paso de los años o es muy difícil. 


Los jugadores del Bañuelos celebran un gol marcado en El Poste.
 
   Pese a ello confía en lograr casi el imposible, la salvación: “Dependemos de nosotros, aunque estemos a dos partidos” (5 puntos) porque equipos como el Pradejón, San Marcial y Ciudad de Alfaro todavía deben pasar por El Poste. “Empezando por este fin de semana, que llega el Vianés. Podemos perder, pero es un equipo al que le podemos ganar si salen las cosas”. En este sentido, ahora, después de un comienzo para olvidar (no sumaron el primer punto hasta la jornada 9, empate a 2 contra el Pradejón, y no ganaron el primer partido hasta la jornada 15, 1-0 al Agoncillo), el Bañuelos “está capacitado para ganar partidos”. Eso al inicio de la liga era complicado. Por eso Gamón apostó por añadir un día más de entrenamiento. “Empezamos entrenando dos días, muy poco, pero qué vas a pedir a unos jugadores que vienen de trabajar. Los equipos nos pasaban por encima, físicamente estábamos muertos”. Como rectificar es de sabios, “pusimos un día específico hasta Navidad y lo hemos notado en positivo”. 
   
   La plantilla lo agradece y ve que “ahora podemos competir, que nos ganan, por supuesto, como el otro día en Alfaro, nos metieron cuatro y pudieron ser muchos más, pero si nos queremos salvar debemos elegir los partidos, hay que saber cuándo tenemos que competir y contra qué rival podemos sumar puntos”. Sentido común, realidad… el caso es que el Bañuelos, pese a que su empresa es compleja, sueña con mantener la categoría, lo que “sería un éxito, aunque el estar en Tercera es un premio”.
  
   Como es lógico, la forma de jugar de este equipo es práctica. No entiende de florituras. Cuenta con su 'pichichi' particular, Emilio, que suma 9 goles de los 20 del equipo (hace dos temporadas en Regional con el San Lorenzo casi llega a los 40 tantos). “Tiene mucha velocidad y cuando buscamos la espalda de los rivales es una de nuestras armas”, describe Gamón. Por ello se adapta a sus jugadores para tratar de extraer el máximo rendimiento posible, “sabemos lo que somos”, contra los rivales superiores “hay que cerrarse, mantenernos juntitos y esperar alguna ocasión, que siempre suele haber una”. Contra los equipos contra “los que podemos rascar algo somos algo más ambiciosos, aunque sin volvernos locos”. El Poste juega a su favor, es un campo pequeño en el que se sienten cómodos y en el que pueden sumar puntos. 
    
    El reto pasa “por llegar a los 24”, que es donde el preparador logroñés fija la salvación. Respecto a los rivales que peor ve, avisa que el “San Marcial lleva una dinámica muy mala y es un claro candidato al descenso”. Por eso, es consciente de que “entre Tedeón, Ciudad de Alfaro, que se va ir dejando, nosotros y San Marcial hay una plaza para salvarse: ojalá que sea la nuestra”.

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