domingo, 26 de febrero de 2012

El líder cae en El Soto

Era un partido de cero a cero, en el que las defensas se imponían a unos ataques previsibles y totalmente condicionados por el estado y las dimensiones de El Soto, un campo en el que el Casalarreina exprime sus posibilidades. El juego directo, las segundas jugadas, continuos parones por faltas... eran la tónica. Poco balón por abajo para no conceder facilidades al rival y un partido difícil de jugar en el que la concentración tiene que ser máxima. Pero entonces el colegiado, que ya había ha dado indicios anteriormente de que no le había cogido el aire al partido mostrando un sinfín de amarillas sin tanta causa, ayudó a los locales al señalar un penalti que, al parecer sólo vio él y uno de sus asistentes. Hasta el delantero (Guaje), que se lanzó a la piscina para tratar de engañar al colegiado, se sorprendió de que no le mostrara tarjeta y de que sí indicara el punto de penalti. Espectacular. Él solito dio rienda suelta a que hubiera varios rifirrafes en el campo entre jugadores de ambos equipos durante el partido, situaciones que se solucionan haciéndose respetar y pitando con sentido común y no dejándose llevar por los gritos de los futbolistas, que es cierto que muchas veces no facilitan su labro. Había picado, una más de sus incoherencias de la tarde. Minuto 45. De ahí su incidencia. Un choque en el que apenas hubo un par de ocasiones visitantes, que pudieron desequilibrar el marcador, y un disparo, tras una contra de los locales, que también pudo acabar en gol. Pero no. El Casalarreina se adelantó desde los once metros, gracias a Gerardo. Un error que fue el principio de la primera derrota del Yagüe a domicilio. Comenzaba una segunda parte en la que los hasta ayer líderes (ahora comparten liderato con Villegas) fueron siquiera incapaces de poner en apuros a Diego. Mucho balón largo, precipitación, pocos espacios, sin apenas juego, abundancia de segundas jugadas y aunque se pisaba campo local faltaba cierta imaginación para hacer daño a un Casalarreina cómodo en el campo. Como era lógico, los de José Mari Alonso buscaron las contras para rematar la faena. Así fue como llegó el segundo. Un córner favorable al Yagüe se convirtió en el punto de partida. Tras un despaje, los locales aprovecharon su superioridad para montar un tres contra dos que culminó en la sentencia del partido. Quedaba un cuarto de hora pero el Yagüe casi ni probó a Diego, que tuvo una tarde apacible. El Casalarreina sacó un marcador excesivo (tiró a puerta tres veces y marcó dos goles) para los méritos de unos y de otros, que de no mediar ese penalti probablemente hubiera terminado en empate a cero.

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