martes, 7 de febrero de 2012

Apuntes tras jornada 23 en Tercera


Después de la jornada 23:
SDL, 63 puntos; Alfaro, 56; Haro, 52; UDL B, 51; Varea, 49; Anguiano, 47 (un partido menos); Náxara, 46.
Ciudad de Alfaro, 9 puntos; Bañuelos, 10, Tedeón, 14; San Marcial, 15; Berceo, 16; Calasancio, 18.

La SDL sigue su camino triunfal hacia un liderato que no se le debe escapar. Sólo por deméritos propios podría perder esa privilegiad posición. Y se supone que este equipo debería ir a más a medida que se aproxime a las fechas decisivas. Pese a ello, me gustaría destacar que en los dos últimos partidos ha recibido dos goles debido a despistes defensivos. La falta de tensión puede que, en liga, no penalice, pero de cara al play off sí. Por eso la concentración debe ser una máxima por la que guiarse en lo que resta de campaña. Cierto que jugar en El Mundial’82 les penaliza, debido a su estado (alguien debería tomar cartas en el asunto), y no les permite realizar partidos más completos, con más intensidad y ritmo del que les gustaría.
    El Alfaro va a lo suyo. Ha adquirido esa inercia de ganar porque saben que van a tener ocasiones. Ahora, como sí hicieran meses atrás, no necesitan ser una apisonadora, no requieren imprimir un ritmo y una velocidad incisiva desde los costados. Eso se logra con la confianza en el trabajo bien hecho que además da sus frutos. Lo demostraron en Pradejón, donde dos acciones a balón parado fueron suficientes para llevarse los tres puntos sin merecerlos, y lo ejecutaron ante el Haro en un duelo de poder a poder, equilibrado, intenso y con poco fútbol en la segunda parte. Pero claro con las individualidades ofensivas de los blanquillos cualquier cosa es posible.
    El Haro parece que ha perdido ese ángel que sí tuvo durante la primera vuelta cuando tiraba de eficacia y practicidad en su juego. Los enfrentamientos directos (UDL B, SDL y Calahorra) con 2 sobre 9 minaron la moral de los de Roberto Ochoa, pero la victoria ante el Varea, dejándose querer y saliendo al contragolpe, certificó que este Haro prefiere esperar que tener el balón. En esa diatriba parece que ha cedido la segunda plaza y no puede despistarse porque sus rivales le acechan. No en vano ha recibido 6 de los 12 goles que lleva en las últimas jornadas. La baja por lesión de Santamaría puede ser importante.
    La victoria del Varea ante el Bañuelos demuestra que no hay rival pequeño y que hay dos formas de competir: ir a por el partido o encerrarte en tu campo. Lo primero suele dar más puntos si se cuenta con individualidades que desatascan en caso de necesidad (Varea), lo segundo suele ser de equipos menores que saben que su única opción de ‘rascar’ algo es con la portería a cero (Bañuelos). Cuando se enfrentan estas dos teorías los segundos están en el partido hasta que los primeros marcan. Claro que si no lo hacen, llegan las dudas y las prisas, momento que aprovechan los débiles para tener su ocasión al contragolpe (y suelen tener bastantes).
    La UDL B sigue siendo un bloque muy competitivo. Probablemente haya perdido esa frescura del comienzo liguero, pero a la calidad individual se le unen buenos conceptos colectivos que se aplican en el campo. Es la fórmula para la formación de los futbolistas, que saben adaptarse a las condiciones de El Poste o a las de Las Gaunas. Aunque es un equipo al que le gusta tener la pelota y llevarla de un lado a otro del campo, es un grupo capacitado para explotar su velocidad por las alas. Alternativas de juego que aumentan sus prestaciones.
    El Náxara no desespera. Se aferra, no ceja en su empeño y quiere meter presión. Aún mantiene intactas sus opciones. Lo hace, quizá con un fútbol menos vistoso que los equipos que le preceden en la tabla, pero sin fallo. Es decir, puede jugar mal, disputar un choque aburrido… pero se van con los tres puntos y con la portería a cero. Mérito de la capacidad de este bloque para estar concentrado los 95 minutos del choque.
   El River Ebro va en caída libre, tres derrota seguidas, y la sensación de que no es competitivo ante rivales mejores en la clasificación. Una pena. Si hay material individual, falla el colectivo. Y eso es la tónica habitual de este club en los últimos años, que necesita ser constante no ya durante un partido, sino toda la temporada.
   El Calasancio rompió su pésima racha, ocho derrotas consecutivas, sumando un punto ante la Oyonesa, que demostró que La Estrella no es un campo que históricamente se le dé bien (tanto con el Calasancio otras temporadas como con el Yagüe cuando los de la barriada jugaban allí). Dos lecturas. El Calasancio se deja empatar en los últimos diez minutos (muchos problemas para sumar puntos como local), inercia negativa. La Oyonesa empata en los diez últimos minutos, inercia positiva. El trabajo, bueno y malo, de los 80 minutos anteriores de ambos equipos no valieron para casi nada.
  Berceo y Ciudad de Alfaro empataron en un duelo de titanes, con el barro como protagonista. Lógico que el miedo a perder existiera. Los riojabajeños debían ganar para engancharse a la ilusión, mientras que los de Logroño no podían perder ante un rival directo. En este caso, sumar siempre es positivo para los que están delante.
   El San Marcial no sale del peligro, cierto que el calendario tampoco le ha acompañado, pero el buen trabajo defensivo realizado por Bengoechea en sus primeros partidos se ha desinflado y por ahí pasa la salvación en la categoría. Por plantilla tendría que estar en una situación relajada, tipo Vianés, pero la realidad le obliga a redoblar esfuerzos. No puede bajar intensidad porque los que vienen por detrás ven que hay opciones mientras los de Lardero les dejen.

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