domingo, 26 de febrero de 2012

Sensación agridulce

El fútbol es así. Frase hecha, manida, pero fundamental. El 0-1 deja una sensación agridulce. La parte agria se puede ver desde dos perspectivas. Una cabrearse con el árbitro por no pitar un penalti que sólo él y sus asistentes no consideraron como mano voluntaria dentro del área. Y otra, con la que me quedo, que en esta categoría predomina la defensa por encima del ataque y que muchas veces los méritos y las sensaciones no son suficientes para sumar tres puntos. 
   ¿Marcador Injusto? No veo motivos. La Ponferradina hizo su trabajo, un gran trabajo, ahogó la línea de creación de la UDL y se lanzó, de forma descarada, sobre todo, en el segundo tiempo, al contragolpe. Sabían que iban a tener alguna opción. Es su estilo, su forma y se esfuerzan para extraer el máximo rendimiento posible. Respetable. Luego está el tema del oficio, de la experiencia, de esos intangibles que suman, que no se suelen tener en cuenta, pero que son vitales para que los grupos crezcan de forma colectiva. Esos pequeños matices que provocan que un equipo esté en la fase de ascenso y otro se quede a un paso. Que los bercianos vayan segundos indican demuestran que esta categoría es sacrificada, que la vistosidad pasa a un segundo plano, que lo que importa es no encajar goles. Sirva como ejemplo los últimos duelos de los blanquirrojos. Cinco partidos imbatidos. Consecuencia, 11 de 15 puntos posibles, recuperación anímica y en la tabla. Es el camino para seguir progresando. Lástima que el objetivo para esta campaña sea tan limitado. Pero de estas cosas se deberían aprender.
   La parte dulce es que este equipo, aunque le cueste generar ocasiones, sabe, más o menos, a lo que juega. Ya es un paso. Ha costado su tiempo. Prácticos y seguros en defensa, con un Moustaphá que se multiplica para ayudar atrás y delante. Con unas bandas, más o menos consistentes en ataque (parece que la recuperación de Manu García es un hecho), que tienen libertad ofensiva para llegar en segunda línea y que cuentan con capacidad para buscar en el extremo una asistencia final, aunque esto cada vez se ve menos. Con un Durán más participativo, que en partidos como ayer, echa en falta un compañero con el que combinar de cerca, con el que triangular, que comprenda su fútbol (Sergio Rodríguez). El ataque tuvo poca participación, pero es que algo de mérito tendrá el rival para que Cervero pasara desapercibido en su hábitat natural, el área, o que Alejandro, pese a sus intentos, tuviera poca capacidad de maniobra. Otro aspecto a tener en cuenta es que el equipo quiso meterse en el campo rival, en apretar a la Ponferradina y en cercar a Orlando (muchos saques de esquina en la segunda parte). Evidentemente se queda mucho espacio a la espalda, es un riesgo.
    Insisto quedarse en que el UD Logroñés perdió por culpa del árbitro no hace progresar, al contrario, se pierde la amplitud de miras. Un error, pues qué se le va a hacer, mala suerte y a seguir trabajando. Quizá el aficionado no lo entienda, pero un grupo se queda con el trabajo y cuando éste es bueno, aunque haya cosas que pulir, el resultado ya llegará.

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