jueves, 7 de noviembre de 2013

Zangróniz, el elegido

El paso de las horas ha provocado que finalmente Emilio Remírez haya sido destituido en el Varea. Finalmente, una de las opciones que manejaba el conjunto arlequinado, Chechu Martínez, se ha quedado en eso, una posibilidad. Lo que ya es una realidad es que Guillermo Zangróniz toma el relevo. 

Se sienta en un banquillo movido, en el que la presión por estar luchando por el liderato y ofrecer una buena imagen ante rivales directos puede más que el trabajo que se realice diariamente. Se puede decir que en el Varea los resultados dictan o no. La temporada pasada, dos tropiezos en casa ante equipos de abajo provocaron la marcha de Iñaki Pacheco (se fue invicto), mientras que esta campaña, el club de la barriada logroñesa ya suma tres derrotas (Anguiano, Haro y Calahorra).

El nuevo preparador, con experiencia en la categoría (Oyonesa, Vianés y Calahorra), tiene el reto de colocar al Varea donde, por plantilla, merece. Hasta la fecha han podido más las individualidades que el colectivo, aspecto que se ha notado en exceso en los compromisos complicados ante rivales de entidad. Octavo a 3 puntos del cuarto clasificado y a 10 puntos del primer puesto, a Zangróniz se le van a pedir victorias. Habrá que ver cómo se adapta a esta situación. En lo que no se podrá quejar es la confección del plantel, que uno por uno, sin duda, configura el mejor conjunto de Tercera, casi de largo. 

Otra cosa es el grupo, donde, hasta la fecha, ha mostrado carencias. Ahí debe hacer hincapié Zangróniz. En este sentido, es un reto importante para un entrenador al que, tradicionalmente, le gusta que sus equipos combinen y lleven la iniciativa del juego. Pese a ello, en sus anteriores clubes se le podía achacar cierta endeblez defensiva. Precisamente, uno de los lunares de este Varea, que ya ha encajado 13 goles, demasiados para un conjunto que aspira a liderar el grupo.

Respecto a si la decisión es o no la adecuada, el club habrá valorado pros y contras y considerará que el Varea no puede permitirse más tropiezos, por lo que se ha buscado un punto de inflexión con el cambio de entrenador. Tiempo para reaccionar, hay, por lo que como ya sucediera la temporada pasada, sólo al final de la misma se podrá valorar si es o no acertado el cambio. Desde aquí, como siempre, desear la mejor de las suertes al nuevo inquilino del Varea para que pueda lograr sus objetivos. Habrá que ver si hay muchas variaciones de estilo y/o jugadores, aunque ante el Alberite será muy pronto para advertirlas.

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