jueves, 14 de noviembre de 2013

Al servicio del colectivo

El fútbol, no soy yo quien lo dice, cuenta con múltiples factores. Los más destacados son la preparación física, la técnica y la táctica... y la mente. Muchas veces se ha tratado de destacar cuál es la más importante y todas ellas ofrecen respuestas contundentes como para que predominen sobre el resto, aunque esto es como todo: ¿a quién prefieres, a mamá o a papá? Habitualmente, sobre todo, en el mundo profesional, el estado físico es básico para estar al máximo nivel en un mundo muy exigente. El apartado técnico, sin duda, es vital para saber desenvolverse, individualmente, en un terreno de juego. ¡Cuántos futbolistas destacan por su primorosa calidad técnica! Mientras que contar con una mente amueblada, ser frío cuando se debe y vehemente cuanto se necesita, poseer un alto nivel de autoestima y autoconfianza ayuda a superar malas rachas y a ser cauto ante la euforia. 

Es decir, que estos aspectos influyen principalmente sobre el individuo y después sobre el colectivo. Por eso, en esta entrada me voy a dedicar a la importancia del conocimiento táctico de los jugadores, una característica fundamental para el bloque, pero que, según los parámetros actuales que rigen el fútbol, no luce en el jugador a título personal para la opinión pública.

En este sentido, mi reivindicación va por saber qué hacer en cada momento en el campo. Eso lo dan los conocimientos tácticos. Hay futbolistas que a simple vista no parecen destacar por su capacidad física y tampoco por su calidad técnica, sin embargo, la mente les funciona. De hecho, táctica y cabeza son dos grandes aliados. Estos jugadores, hay miles de ejemplos tanto en el mundo profesional como aficionado, son vitales para sus entrenadores. La confianza es tal que muchos técnicos apuestan por ellos, aunque actúen en otras posiciones a las naturales. ¿Por qué? Es una opinión, pero considero que se trata de futbolistas que aportan al bloque, engrandecen al resto de compañeros, ayudan solidariamente al resto del equipo. En ocasiones, sólo con estar colocados, encontrarse en el sitio cuando deben, dan un aplomo al colectivo y una sensación de seguridad que otros futbolistas no pueden dar por mucho físico que tengan o por sus condiciones técnicas innatas. Esto no quiere decir que sean futbolistas sumisos, que acepten su rol sin rechistar, al contrario, en ocasiones pueden ser líderes dentro del campo.

Equilibrio, orden, seguridad, control... vocablos que gustan a los entrenadores por lo que implican en el desarrollo de juego. Son jugadores que, a veces, no destacan, de cara al espectador, cuando se encuentran en el campo, pero que se les echa de menos cuando están en la grada o en el banquillo. Son de esos futbolistas indispensables para sus compañeros... y para el entrenador. Como ya he avanzado antes, es habitual que estos jugadores, con tal de estar en el once, estén acostumbrados a jugar en varias posiciones. Esa versatilidad la da la capacidad de adaptación que cuenta este futbolista para saber qué hacer en el campo independientemente del lugar que ocupe. Tradicionalmente, son jugadores que actúan en el centro del campo y que pueden ejercer de central, lateral... Esta polivalencia no viene dada por su físico ni por su técnica (aunque a veces sí que ayudan, sobre todo en la reconversión de los extremos a laterales), sino por su inteligencia sobre el campo, porque el entrenador asume que aunque pueda fallar en algún momento en el balance siempre habrá aspectos positivos. 

Seguro que a más de uno, con las características expuestas le vienen varios nombres a la cabeza, pero no hay que irse muy lejos porque seguro que todo equipo, independientemente de la categoría, cuenta con futbolistas que se adaptan a este patrón. Siempre, para un equipo, es fundamental tener algún en sus filas porque facilitan la labor, de grupo, de los entrenadores. Sobre todo, los que prefieren el orden y el equilibrio sobre la anarquía, el caos, las idas y venidas. Aunque muchas veces, los técnicos son esclavos de sus futbolistas en el sentido de que deben sacar el máximo provecho de ellos como grupo aprovechando sus cualidades individuales para que las pongan al servicio del colectivo. Y no siempre los gustos de un entrenador se reflejan en el campo, pero eso es otro tema. Confío en que estas líneas sirvan para reflexionar sobre la importancia que tienen determinados futbolistas dentro de la jerarquía de un equipo. no todo es meter goles, hacer 'caños' y 'bicicletas', hay muchas cosas de las que aprender en el fútbol.

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