Me vais a permitir una
extravagancia. Era inevitable. Athletic Club de Bilbao y Manchester United. Mis
dos clubes, de corazón, enfrentados en una eliminatoria. Algo más que un sueño.
Una realidad. Pasara quien pasara, ganaba sí o sí, pero también perdía. Y con
ambas sensaciones me quedo. La reciente historia marcaba que el MUFC era el
favorito (presente en tres de las cinco últimas finales de Liga de Campeones),
pero los que seguimos, aunque sea desde la distancia, y nos interesamos por
cómo se encuentran los hombres de Ferguson ya sabíamos que este Athletic no le
tiene miedo a nada ni nadie y que está capacitado para superar a cualquier
rival. No sólo porque la capacidad competitiva de los ingleses ha disminuido,
que también, sino por la mentalidad de los bilbaínos.
Llorente marcó el primer gol en el partido vuelta en San Mamés. |
La evolución en las nuevas señas
de identidad de este equipo desde que llegara Bielsa en verano ha dado un
vuelco tanto en las aspiraciones deportivas como anímicas. La pelota se impone.
Su control es, en el fútbol moderno, determinante, salvo honrosas excepciones.
Pero también el desgaste físico, tanto en ataque (movilidad constante de sus
jugadores que provocan la generación de espacios y permiten que haya apoyos
permanentes con múltiples soluciones para el poseedor del balón, tanto en corto
como en largo) como en defensa (presión incesante). La presión asfixiante que
suele realizar el conjunto rojiblanco se asemeja a la que ponía en práctica el
Barcelona durante la temporada que conquistó todo lo que ganaba, con la
diferencia que los de Guardiola la ejercían unos metros más arriba. El técnico
argentino prefiere ahogar la creación y la transición entre defensa y ataque (premisas
habituales del Chelsea de Mourinho, otra cosa es lo que buscara a continuación,
llegar a portería lo más rápido posible). Ahí se sienten cómodos, menos cuando
logran superar esa línea. Entonces surgen, como es evidente, ciertos temores.
Al menos, a mí.
Giggs le comenta algo al oído a Rooney tras encajar un gol en San Mamés. |
El problema, como ya le ha venido
ocurriendo en varios partidos de esta campaña, que son choques agitados, vivos,
con continuas idas y vueltas, con espacios en la retaguardia… un espectáculo
para el aficionado, un martirio para los entrenadores porque no hay sensación
de control. Eso puede ser el pero a este Athletic de Bielsa. Sin embargo, ha
mejorado en este aspecto. Cierto que le generan ocasiones y que hay momentos en
los que los partidos se vuelven locos, pero es la apuesta, y hay que
respetarla. Es decir, juega a imponer su estilo aun a sabiendas que corre
riesgos que le pueden costar encajar goles. Por el momento, esta iniciativa le
está dando resultados, además de brillantes, y la eliminatoria ante el Manchester
United pone en entredicho el cierto conservadurismo habitual de Fergurson
cuando debe 'jugarse las habichuelas'; en todas las finales recientes. Eso me
entristece, ver a toda una potencia minimizada por la actitud de los jugadores y
la valentía táctica del entrenador rival. Porque si hace unos meses dijo que el
Barcelona le había pegado un baño estos recientes 180 minutos dejan la
sensación de que la bañera ha aumentado su tamaño. ¿Algo tendrán sus conceptos
para esta involución?
Lo de esperar atrás en busca de
una oportunidad, como sucedió en Old Trafford, en algo indigno del MUFC. Pero
no es nuevo. Lleva varias temporadas, pese a que haya levantado algún título,
jugando en el alambre. Buenas individualidades, buen bloque defensivo, pero
falta creatividad, talento en la medular, que es donde se cocinan los
encuentros. Que Giggs, se merece un monumento, y Scholes (al que ha vuelto a
reclutar, aunque sea para momentos puntuales) sean fundamentales para dar
profundidad y visión a este conjunto habla de que las cosas no se hacen como
debieran. Incluir a un portento físico como Jones en el centro del campo en el
encuentro de ida ya define las intenciones. Pero por mucho músculo que se ponga
si enfrente Herrera, con movilidad y apoyos en corto constantes, De Marcos,
incombustible en todo el campo en ataque y en defensa, e Iturraspe, gran
jerarca al estilo Busquets en el Barça, pero con diferencias, poco se puede
hacer.
El Athletic ganó en Old Trafford 2-3 al Manchester United. |
En este contexto, Rooney,
Chicarito, Berbatov, Welbeck, Giggs, Nani, Young o Valencia (el que juegue)
poca bola va a rascar. Un mal endémico que debería replantear cosas en el ‘Teatro
de los Sueños’ y al experimentado 'manager' escocés para buscar sabiduría nueva
tanto dentro como fuera del campo. Por mucho que se intente hacer resistencia
con Cleverley (muy desafortunado ayer), con Carrick o incrustando al
correcaminos Park en esa parcela, las pretensiones son las mismas porque no se
ofrece nada. Se limita a intentar taponar. Peor, ¿cuál es tu apuesta,
Fergurson? ¿Esperar que Rooney, desesperado, haga una genialidad? Tres goles,
insuficientes, ha marcado el ‘10’. ¿Eso es todo? Es mi sensación y aunque me
duela, el Manchester debe dar un vuelco a su modo de pensar para seguir en lo
más alto, no estancarse y dar pena como ha sucedido tanto en Liga de Campeones,
donde se han ido arrastrando hasta no meterse por primera vez en muchos años en
la ronda de cruces, como en la Euro League, donde Old Trafford se ha convertido
en un campo vulnerable y frágil (dos derrotas ante Ajas y Athletic) que son
inconcebibles por la actitud demostrada por los futbolistas.
Eso es lo negativo y mi crítica,
como seguidor del MUFC. Pero también hay que darle la vuelta y buscar los
aspectos positivos de este Athletic, inhumano en el esfuerzo y vibrante en el
ataque. Si por algo se caracteriza es por el cambio de chip incorporado en las
tareas ofensivas. Pocos jugadores detrás del balón y muchos por delante. Cada
uno sabe lo que tiene que hacer, qué movimientos son los necesarios para
aportar una solución a su compañero. Casi de memoria. Mecanizados. Con dos
extremos veloces, habilidosos y capacitados para irse por fuera o por dentro.
En función de su movilidad aparecen las ayudas en busca de superioridad en las
bandas. Bien los laterales (no ha miedo de ambos se incorporen al ataque al
mismo tiempo, pese al riesgo que corren) bien los dos jugadores interiores (De
Marcos y Herrera). Es entonces cuando juegan no a marear la perdiz, como se ha
mal acostumbrado el Barcelona con tanto pase en horizontal. Quieren electricidad,
paredes, velocidad… todo para buscar la portería rival y terminar jugada,
fundamental con este tipo de filosofía para reorganizar tus piezas de cara a la
siguiente jugada y no pille descolocado al equipo.
El Athletic celebró con su afición el pase a cuartos de final. |
Ojo, sin confundirse. Este
Athletic no ha hecho nada. Sí, final de la Copa del Rey, como hace tres
temporadas. En Liga, no acaba de meterse en puestos de Champions (se supone que
debería ser su hábitat) y en Europa
acaba de pasar a cuartos de final. Gran mérito. Pero, ¿habrá gasolina para los
próximos meses? Gorka; Iraola, Javi Martínez, Amorebieta, Aurtenetxe;
Iturraspe, Herrera, De Marcos; Susaeta, Llorente y Muniain es el once de gala.
Toquero, San José e Íñigo Pérez parecen los cambios habituales. Pero David
López, Ekiza, Gabilondo (desaparecido después de su lesión) o incluso el
jugador del filial Ibai también merecen una oportunidad para dar descanso a
unos futbolistas a los que no sabemos si el desgaste realizado hasta la fecha
les pasará factura.
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