jueves, 22 de marzo de 2012

Ni a Felipe II

La UDL, gracias otra vez, segunda ocasión que lo logra esta campaña, a su tres victorias consecutivas da un salto cualitativo en la tabla. En estos momentos, es décimo con 41 puntos. Olvida la pelea por la permanencia, la promoción queda a 9 puntos y el descenso a 10. Sólo le queda mirar hacia arriba, con optimismo y con la sensación de, dentro de sus posibilidades, tratar de disfrutar, pero cumpliendo son su deber. Tienen que ser ocho jornadas en las que los futbolistas se reivindiquen y acepten su protagonismo para ganarse la renovación (sólo Alejandro tiene contrato para la campaña próxima). Aunque también habría que saber cuál es el rumbo que toma el club, qué decisiones y qué pasos va a dar de cara a su futuro. El aficionado debe conocerlo. Si la línea es continuista o se vuelve a dar un giro en el planteamiento.

Sobre el triunfo ante la Real Sociedad B, cabe decir que ni a Felipe II se lo ponía así. Fue un partido en el que todo fue de cara para la UDL: desde el minuto 2 con la expulsión de Etxebaguren. Ahí se rompió el encuentro. Cierto que hay penalti, que el central se cruza y desestabiliza a De Paula, pero para sacarle roja... Parece que los 'hijos de las putas' (en alusión a la pancarta exhibida contra la Gimnástica) han cambiado de inercia. Lo dicho, 88 minutos por delante en los que se tenían que haber hecho muchas otras cosas, por lo menos, se debían haber intentado. 

No es de recibo que el conjunto que está en superioridad tenga las mejores oportunidades al contragolpe, con espacios. No es aconsejable que el que está en inferioridad toque el balón con tranquilidad en su campo ante la casi inexistente presión local. No es habitual que un equipo que está con nueve jugadores, Colinas se retiró en el minuto 38 por una brecha, empate un partido. Son motivos para que el aficionado no esté contento. Todo eso se vio durante una primera mitad en la que los constantes parones no invitaban a que el duelo tuviera continuidad. Falta por aquí, falta por allí... la inmensa mayoría innecesarias y provocadas por los blanquirrojos. Para qué hacer falta a un jugador de espaldas que no tiene salida, para qué meter el pie si un compañero llega... Habría que plantearse si esa expulsión inicial relajó en exceso a los hombres de Pepe Calvo

Hubo uno que no aprovechó su ocasión. Albístegui entró en el once por la sanción de Durán. Y dado su espectacular intensidad dejó su lugar en el descanso a Sergio Rodríguez, al que le vinieron bien los minutos para recuperar ritmo. De hecho, en la segunda parte cuando el riojano entraba en contacto con la pelota se notaba una pausa, cierta tranquilidad, muy necesaria para mover al rival y hacerle correr detrás de la pelota. Inteligencia y saber leer los partidos, se llama. Pero tampoco hubo mucha constancia porque parece que esta UDL está más cómoda cuando debe salir al contragolpe. Bueno, que estaba con Albístegui. Lo de este muchacho es para hacérselo mirar. Qué más quiere. Titular, el rival con diez... momento para asumir responsabilidades y hacerse el amo en el centro del campo. Pues no. Esa timidez y carácter frío se traslada al campo y pasa desapercibido. Así no puede hacerse con un hueco.

Debería mirarse en el espejo de Dañobeitia. Ejemplar su actitud. Su trabajo en los entrenamientos y su rendimiento sobre el terreno de juego ha girado su situación. De ser silbado, incluso mofado, en Las Gaunas a dejar el campo entre aplausos, como sí ocurrió ayer. Se puede estar o no acertado, pero se tiene que notar que uno quiere hacer cosas. El de Baracaldo cree en sí mismo y se ha ganado la confianza de Calvo. Es el camino a seguir porque ahora es la primera opción en detrimento de Manu García, que tiene que reiventarse de nuevo.

Regresando al partido, el segundo tiempo constató que ayer era el día de la UDL. Después de que el riojano Barcina se inventará un golazo de falta, entró por la escuadra, torciera las cosas para los intereses locales, en el minuto inicial de la segunda parte Vélez anotaba de cabeza tras un saque de esquina. Inmejorable situación para actuar con paciencia y mover al rival. Pero, otra vez más, no se consiguió. Es más, la Real Sociedad B no se puso nerviosa, trató de hacerse con la pelota y buscar sus oportunidades. Fueron pocas, pero peligrosas, como el tiro de Pérez que repelió Castilla. Aunque la superioridad riojana parecía evidente, el filial donostiarra no le perdió la cara al encuentro. Y eso que le crecieron los enanos cuando Zaldúa, que había entrada en el 23' por Ros, fue expulsado al ver la segunda amarilla tras cometer penalti sobre Dañobeitia, que recibió un buen pase de Quique.

Era el momento de que Alejandro pasara a ser protagonista. Con Cervero en el banco, lo lógico hubiera sido que Sergio Rodríguez se acercara hasta los once metros, pero cedió la pelota al asturiano, que quería romper su gafe. Sin embargo, iba a tener que esperar. Tiró mal, a media altura y a la querencia del diestro. Royo se lo adivinó. Alejandro se lanzó al suelo lamentando el error, sabía que había desperdiciado su oportunidad. Pero como el que quiere la consigue, una buena combinación con Quique dejó al ex del Palencia en boca de gol, tras pugnar con uno de los centrales guipuzcoanos. Sólo quedaba Ros, pero su tiro fue repelido por el guardameta riojano. De nuevo, de rodillas y lamentos. No sabía que el destino le iba a dar una tercera oportunidad. Era el tiempo añadido y con la Real B volcada, la UDL montó una contra de libro para dejar a De Paula con el camino libre para llegar a la meta rival desde su campo. Su diagonal fue perfecta, regateó a Ros y tiró a puerta, pero Errasti le adivinó la intención y despejó en la línea. La pelota le vino a De Paula, levantó la cabeza y vio que Alejandro estaba solo en el área pequeña. Era el momento. El asturiano remató a portería con rabia y marcó su primer tanto de la temporada. ¡Aleluya! Los compañeros fueron a arroparle y a felicitarle. No era para menos. Así acabó un partido plácido en el que la UDL debió sentenciar antes el encuentro y en el que no supo jugar, a pesar de la victoria, contra diez.

Pero el duelo me dejan, además, varias reflexiones. Por de pronto, Moustaphá, sólido como siempre, evidenció que lo suyo no es el juego de toque. Los dos primeros balones que tocó fueron para el rival. El centrocampista es muy bueno en tareas defensivas, da equilibrio y consistencia al equipo, ha ganado en colocación... pero en ataque, pese a que conoce sus limitaciones, se le notan sus defectos. En cuanto conduce el balón se le hace de noche, lo suyo es controlo y pase, dos toques como mucho. Si lo hace, el grupo lo agradece porque encima da velocidad al juego. 

Asimismo, Iñaki estuvo contenido y hasta nervioso. Timorato a la hora de subir la banda y con poca convicción de que las cosas le iban a salir. Eso es un problema. Si el calagurritano ha destacado por su frescura, por su desparpajo ahora se le ve controlado, más pendiente de defender que de revolucionar su banda y ayudar a su equipo en labores ofensivas. El hecho de que deba competir por un puesto le hace ser más conservador. En el lado opuesto se encuentra Vélez, cada vez más afianzado. 

Rui y Ormazábal, que regresaba tras su sanción, se quedaron fuera de la lista y Raúl Torres volvió a repetir por tercer encuentro seguido, aunque no ingresó en el campo. La buena labor defensiva está obligando a Calvo a mantener una zaga con pocas variaciones, salvo en el lateral. Nacho y Jano se afianzan y los perjudicados con el guineano Rui y el capitán Torres. Es lo que hay.

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