Se busca: quinta plaza

Nadie quiere hacerse con la quinta plaza. Después de que el cuarteto de cabeza tome ventaja y se aclaren bastante los puestos de ascenso (Yagüe, Villegas y La Calzada, pese a su tropiezo ante Los Titanes en El Rollo) es como si la pelea se viviera por el quinto puesto, un lugar que puede tener premio si algún equipo de Tercera cambia de categoría en junio (SDL o Alfaro son los que cuentan con más papeletas que el resto). Rapid, Aldeano y Autol eran los claros candidatos unas semanas atrás, aunque Haro Promesas y EDF Logroño (ninguno de los dos puede subir, así que no tendría efectos que ocupen esa posición) no han dicho su última palabra. Es más, tras los resultados de las últimas jornadas ha irrumpido con fuerza el Casalarreina. Ojo que asustan.

   Rapid, con 7 puntos sobre 21 en esta segunda vuelta, está confirmando que le cuesta mucho ganar (sólo 1 de 7). Esa solvencia defensiva de la que hizo gala la temporada pasada a estas alturas del campeonato no ha existido este año. Un ejemplo es encajar ante el Alberite un gol en el minuto 85 tras una falta lateral. Si los de Murillo quieren tener un premio deben ser más resolutivos, es decir, deben merecerlo. Con tantas dudas futbolísticas es complicado. Si intentan jugar porque juegan, si buscan el estilo directo (donde más cómodos se encuentra) que no combinan nada. El caso es criticar. Cada equipo elige su camino, mejor o peor, pero el trabajo es lo que determina si es bueno o malo, no los resultados.

   El Aldeano no quiere saber nada de posibles ascensos. Eso parece. Su rendimiento en esta segunda vuelta (7 de 21) y seis partidos sin ganar colocan a los de Aldeanueva sin un objetivo claro. Han perdido la oportunidad de resarcirse de los malos resultados, pero por unas causas o por otras, no han despegado. Eso penaliza y motiva a otros equipos, que, a lo mejor, no contaban con encontrarse a estas alturas de liga peleando por esas metas.

   Puede ser el Autol, invicto en esta segunda vuelta. Que pese a sus variados empates (5) y sus 11 de 21 está ahí, a dos puntos de la quinta plaza. Quizá le falte determinación ante rivales difíciles de superar pero a los que tienen que ganar (caso del Cenicero o Vianés B) si quieren seguir con opciones hasta el final. Es probable que el estado de La Manzanera les pueda penalizar, pero deben adaptarse a ello porque gracias a él también les ha favorecido ante otros conjuntos.

   El Haro Promesas (10 de 21 en la segunda vuelta) demuestra que es un equipo difícil de superar. Han ganado en competitividad con el paso de las jornadas. Incluso se adaptan a cualquier tipo de superficies y eso para chavales jóvenes es un logro. Los resultados acompañan y los jugadores se sienten capacitados para poder ganar ante cualquier rival. Otro gran paso. Según los últimos tres partidos, el bloque ha ganado en seguridad defensiva (un gol encajado) y aunque le cuesta hacer gol (uno marcado) tiene ocasiones, presiona bien e impide el juego de los rivales.

   Por su parte, el EDF Logroño, pese a su irregularidad en esta segunda vuelta (8 de 21) se acerca a un lugar insospechado cuando este filial del Agoncillo comenzó su andadura en la categoría. La falta, bajo mi punto de vista, de un objetivo concreto puede impedir que este grupo haya sumado más puntos. Esa falta de intensidad en determinados partidos y ante algunas circunstancias les ha privado de arañar mejores resultados ante rivales que sí que demostraban un mayor empuje por motivación.

   Todos los anteriores deben estar despiertos porque el Casalarreina, espoleado por sus grandes números como local y su capacidad para empezar a ganar a domicilio, incluso remontando en los últimos minutos (como sucedió el otro día en La Salera cuando el Náxara B se quedó en inferioridad). Los 15 puntos que acumula en esta segunda vuelta le colocan a 3 de la quinta plaza, un partido de margen. Los de José Mari Alonso creen en sí mismos. Cierto que sufren en campos grandes, pero la implicación de los futbolistas y los refuerzos llegados antes del cierre del plazo han dado sus frutos. Al menos, es una meta por la que pelear y por la que los aficionados pueden soñar.