Adiós a la racha. El Stadium Gal fue testigo de la primera victoria del Real Unión de 2012 (la última fue el pasado 27 de noviembre) y, como consecuencia, de una dolorosa derrota de un UD Logroñés que fue siempre a remolque. Primero con un gol encajado a los 4' por Angulo (otro error, como ya pasara en Tajonar hace una semana, esta vez a cargo de Albístegui, que parece marcado) y después por una más que rigurosa expulsión de Iñaki en el 22' con un forcejeo con Alegre. Con ese panorama, difícil, muy difícil se le ponía el asunto al bloque riojano. Previamente, parecía haber despertado tras la caraja inicial con alguna aproximación al área de Otermin (tiros de De Paula y de Durán). Pero poco más. Sin perder la cara al partido, pero sin demostrar, mejor dicho, sin ambicionar que el empate podía llegar. Pero claro, con la roja del calagurritano, la enésima de un lateral esta temporada, el equipo blanquirrojo, que vistió de azul en Irún, le puso en bandeja el triunfo a los locales.
Con Dañobeitia de lateral izquierdo y con Alejandro por delante, la UDL trató de paliar esa inferioridad. Con un Albístegui que pierde oportunidades allá donde se le dan y con un Durán que no estuvo tan cómodo como en otros encuentros, el dominio era de los irundarras. Cervero, sin participación, como De Paula. Contener, aguantar y esperar una oportunidad. Por si en la segunda parte... Pepe Calvo movió ficha al paso por los vestuarios. Dejó un mensaje entre líneas: Albístegui, poco va a jugar como no cambie su mentalidad dentro del campo. Segundo partido consecutivo que es sustituido en el descanso. Un tema a tener en cuenta. En este sentido, Moustaphá dejó un hueco difícil de remplazar. Imposible con Albístegui. Es como si el senegalés fuera imprescindible y eso es una mala señal para el crecimiento futbolístico de este equipo.
Con Nacho, que retornó a su posición natural, y con Raúl Torres, de vuelta tras varias semanas sin tener sensaciones de futbolista, Calvo buscó equilibrar a los suyos. Probablemente lo consiguió en las labores defensivas, pero no en las ofensivas, donde ese jugador de más de los locales sí que pasaba factura. Otermin pasó a ser un espectador. Más aún cuando Mario, en la primera jugada del segundo tiempo, hacía el segundo y frustraba las posibles esperanzas riojanas de sacar algo positivo. Una pena. Se le había dado la vuelta a lo sucedidos ante la Real B, cuando la UDL lo tuvo todo de cara, frente al Real Unión, las circunstancias le dieron la espalda a los riojanos. 45 minutos por delante, con 2-0 en el marcador y con uno menos... dada la fragilidad mental de esta plantilla era de esperar que no hubiese reacción. Quizá con un golito rápido. Pero esas ilusiones eran infundadas porque los locales se crecieron y sí dominaron el partido (algo de lo que pecaron los blanquirrojos frente al filial donostiarra).
Calvo cambió sus piezas: Manu García por Alejandro y Quique por Cervero. El planteamiento parecía claro. Esperar alguna contra con la velocidad del ataque riojano. No quedaba otra. Puede entenderse que estos cambios fueran defensivos y que no se buscara el partido, pero creo que son movimientos consecuentes con la realidad del encuentro porque no por colocar más delanteros se van a lograr mejores resultados. Además, también estaba el desgaste físico que había que realizar con un jugador menos. Se le podrá atacar al técnico leonés (yo lo he hecho en alguna ocasión justificando mi crítica) por muchas sustituciones, sin fruto, en el pasado, pero ayer bastante hizo en busca de un escenario más prometedor.
No lo hubo y la UDL regresó de Irún con una amarga derrota que pone fin a una racha de resultados esperanzadora (tres victorias) con un repunte en la mejoría del juego que, incluso, había alimentado las opciones de seguir escalando en la clasificación y pelear por una plaza en la Copa del Rey. Lo mejor será pisar la realidad y pensar en el próximo rival, el Alavés. Un bloque necesitado que sí tiene un objetivo cercano, la fase de ascenso a Segunda B. La tiene a 3 puntos. Una cosa parece evidente, que Ormazábal apunta al once tras varios partidos fuera de la convocatoria.
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