lunes, 8 de abril de 2013

Jornada poco fructífera

Sin cambios en la tabla, Unión Deportiva Logroñés y Sociedad Deportiva Logroñés continúan pegados en la clasificación, décimo y undécimo, respectivamente. Los primeros, más cerca de la tranquilidad, pero con la sensación de que hay mucho que mejorar, sobre todo, en ataque. Pese a ello, se atisbaron algunas variaciones interesantes. Los segundos, con margen todavía (4 puntos respecto a la promoción y 5 sobre el descenso), pero intranquilos tras sufrir una abultada derrota que hay que esperar no tenga consecuencias

Rául Llona debutaba en Las Gaunas con la intención de romper la preocupante sequía goleadora de los blanquirrojas. Cierto que hubo algunos apuntes a destacar para lograr mejoría en esa faceta, pero el resultado fue el mismo: quinta jornada consecutiva sin marcar. Lo positivo fue que la portería local, otro día más, se mantuvo imbatida. Pero claro cuando un equipo empata 16 partidos, justo la mitad de los que ha disputado, algo ocurre. Las tablas no vienen por arte de magia. Los blanquirrojos son un bloque sólido defensivamente, al que le cuesta que le hagan ocasiones de gol. Ahí están sus cifras. Sin embargo, este aspecto positivo contrarresta con los problemas que tienen cuando hay que acercarse a la meta contraria. Es como si las ideas se nublaran, puesto que las oportunidades para marcar son escasas.

Con la intención de recuperar la senda del gol, Llona ha tenido, sin hacer apenas retoques en la concepción defensiva, que mostrar otra cara más incisiva, más ambiciosa y decidida para acercarse a la portería rival con criterio. En este sentido, el duelo ante el Noja sirvió para mostrar a una UDL que buscó las bandas para centrar, a sus extremos para encarar y a sus laterales, sobre todo Víctor, para generar superioridad por los costados. Es decir, el técnico riojano intentó sacar provecho de las alas para llegar con más continuidad al área rival. Buen propósito. La pena fue que hubo intermitencias. Una gran jugada de Iñaki, el domingo de extremo, por su perfil zurdo sirvió para que Garban hubiera cambiado el devenir del choque, pero el tiro, a un metro de la portería, fue despejado por el guardameta cántabro. Luego otro centro de Sergio Domínguez (con más participación y confianza jugando por detrás del punta, demostrando que puede presionar a los contrarios y que tiene calidad para hacer jugar a los suyos), desde la derecha, no encontró rematador. Se notaba una variación en el discurso.

Se veía desde la elaboración. Con Pepe Calvo el ritmo era cansino, más de tocar en la zaga y luego golpear. Ahora se busca otra velocidad. Sergio López no juega en corto, la defensa es más directa, no se complica. Es a partir de las segundas jugadas cuando los riojanos tratan de abrir a las bandas. Se vio mucho más claro en la segunda parte, sobre todo, en la media hora final, cuando Mario Barco entro en escena. Su trabajo y su constante pelea sirvió para que el choque fuera aumentando las pulsaciones, para que sus compañeros encontrara un faro al que servir balones y para que el Noja se cerrara más aún sobre su meta. Quero, al que le ha sentado genial la llegada de Llona, mostró que con actitud, presionando (aspecto que se le desconocía) y encarando (otra situación casi inédita esta campaña) puede aportar. Quizá era su momento de reivindicarse tras regresar al once después de varias jornadas. Ahora no puede recaer.

Sin duda, esta UDL transmite más, muestra otra actitud... Los blanquirrojos presionan, incomodan, van a todos los balones, se les ve más metidos y concentrados... Insisten aunque las cosas no salgan, no bajan la cabeza y actúan como un bloque, tanto en defensa (algo que ya hacían) como en ataque (pese a que las cosas no acaben de salir redondas). Sin duda el aficionado no podrá reprochar nada a sus jugadores. Saldrán mejor o peor las cosas, pero el trabajo está ahí, lo cual es de agradecer. Otro aspecto destacable es que, de momento, Llona ha dado a todos la oportunidad de demostrar que tiene un sitio en el equipo. Mario Barco y Ubis, habituales en el once en las últimas jornadas, fueron relegado al banquillo. Garban, ausente contra el Teruel, tuvo su momento como referencia. Víctor, inédito desde hace muchos partidos, recuperó el lateral izquierdo. Un aviso a navegantes para que toda la plantilla compita por un puesto, algo que afectará a una mejora del rendimiento colectivo en los entrenamientos y, por extensión, a los partidos.

Por su parte, la SDL sucumbió en Lezama el pasado sábado. El 5-0 final deja pocas dudas. Pese a ello, hay que destacar alguna cosa positiva de los blanquirrojos, que jugaron de verde pistacho. Por ejemplo, su intención de tener la posesión, de elaborar las jugadas, de empezar desde la defensa, conectar con la medular y acabar con un pase a los delanteros. En esa transición sólo faltó el remate final, un aspecto fundamental para que la posesión tenga efectos positivos en el marcador. La presión, durante la primera mitad, fue otro aspecto destacable, ya que el Bilbao Athletic tuvo que modificar sus hábitos para contrarrestar a un equipo que pese al marcador insistía en su discurso. Claro que eso sólo duró 45 minutos. El segundo tiempo mejor obviarlo. Ya en los primeros minutos se vio a una SDL agobiante en la medular que impedía a los locales tocar con criterio. Sin embargo, una internada de Ramalho por la derecha fue suficiente para resquebrajar a los riojanos. El lateral hizo una pared con su extremo y cedió al centro, donde Aketxe, con un control orientado y sin que Moya saliera a impedir el lanzamiento, pusiera la pelota en la red. 5' y el duelo se inclinaba para los vizcaínos. 

Pese al gol, los de Abadía quisieron la pelota, aunque sin ideas al llegar a la zona de tres cuartos del campo. Los de 'Cuco' Ziganda estaban metidos en su campo y sólo podían esperar a salir a la contra. El Bilbao Athletic no estaba cómodo con balón, pero veía que sin él tampoco sufría en exceso, así que dejó hacer. Una veloz transición acabó en falta, el preámbulo del 2-0. El tiro rebota en la barrera, cae al perfil diestro, se produce un centro y Vidal se anticipa a Moya para batir, por el primer palo a Mandaluniz (poco pudo hacer para evitar la goleada). Dos de dos. Suficiente. La SDL ponía la posesión y el Bilbao Athletic los goles y el control del partido. Antes del descanso, los locales gozaron de un par de ocasiones más que podían haber acabado, perfectamente, en gol. El balance ofensivo de los visitantes fue escaso, por no decir nulo.
Comenzaba la segunda mitad y Abadía, en busca de un revulsivo, dio entrada a Hierro y Tamayo por Candelas y Toledo. La dinámica fue la misma. Los locales, con poco, llegaban hasta Mandaluniz, mientras la impotencia empezaba a acusarse en las filas blanquirrojas. Vidal ponía el tercero en el 53' y un minuto después, Aketxe aprovecha una cesión corta de Moya a su portero, para colocar el cuarto. Adiós partido. Quedaba más de media hora y la SDL tenía que aguantar el chaparrón. La tensión competitiva de la que ha hecho gala este bloque desapareció, lo cual propició que el Bilbao Athletic, sin querer ahondar en la herida y dosificando sus esfuerzos, diera la sensación de tregua, de dejar pasar los minutos. Pese a ello, Guillermo, tras un robo en la medular, se inventó un fenomenal tiro desde fuera del área para redondear el marcador.

¿Qué conclusiones debe sacar la SDL? Pues que son ya 8 los partidos en los que ha recibido tres o más goles, lo que indica que en esta categoría no se puede bajar ni un ápice la tensión competitiva. Si te vas del duelo aunque sean 5' minutos, el choque se te puede escapar. Que la imagen mostrada en Lezama no es la de un equipo que quiera lograr la permanencia. Quizá el contar con algo de margen sobre los puestos peligrosos propiciara cierta relajación en cuanto el marcador se puso cuesta arriba. En este sentido, la sensación de vulnerabilidad de los blanquirrojos fue extrema. La defensa no estuvo ajustada, las marcas eran lejanas, las ayudas apenas llegaban y las imprecisiones fueron varias. Lo positivo es que este grupo ha sabido jugar cada partido sin pensar en el anterior. Un aspecto vital para afrontar el choque contra Osasuna B como lo que es, una final decisiva para saber qué camino coge el cuadro riojano. Abadía, como siempre ha demostrado, buscó la mejor manera de contrarrestar las armas del Bilbao Athletic. Su propuesta no fue fructífera y es que da la sensación de que la SDL genera ocasiones más claras cuando tiene que esperar y montar transiciones rápidas y buscar los espacios a la espalda de la defensa rival.

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