lunes, 1 de abril de 2013

Pegados en la tabla

Décimo y undécimo. Unión Deportiva Logroñés y Sociedad Deportiva Logroñés. 39 y 37 puntos. El uno detrás del otro, para no perderse. Es lo que toca cuando unos están por debajo de las expectativas generadas y otras se encuentran por encima de lo esperado. No hay que darle más vueltas. Ni mucho menos pensar en quimeras, esto es, hablar de fusiones, uniones, disoluciones y demás familias. El ideal, todos lo sabemos: un equipo que represente a todos los riojanos en Primera División. Hasta que eso se dé, si es que vuelve a suceder, toca apechugar con lo que hay: dos equipos actualmente en Segunda B. En vez de soñar despierto hay que esperar que el tiempo ponga a cada uno en su sitio. Sopesar que se hayan podido perdido unos años maravillosos no merece la pena porque, de momento, nadie tiene capacidad para cambiar el pasado. Eso sólo ocurre en las historias de ciencia ficción. (Siento haber malgastado unas líneas en esto). Lo dicho, UDL y SDL, algo impensable al comienzo de liga, se siguen en la clasificación después de que ambos clubes hayan sumado en la última jornada, un valioso triunfo de los hombres de Agustín Abadía frente a la Real Sociedad B, que les acerca a su objetivo: la salvación; y un empate, que hay que dar por bueno, de los pupilos de Raúl Llona, que debutaba al frente de los blanquirrojos (el domingo de azul), contra el Teruel en tierra aragonesas.

9 empates a cero esta temporada, 4 jornadas seguidas sin ver portería, incapaz de ganar a domicilio en 2013... igual alguien se pensaba que la dinámica de la UDL se podía cambiar de la noche a la mañana. Se ha comprobado que no. Y eso que el equipo dejó ver alguna impronta de su nuevo entrenador. Pocas porque todavía es pronto (apenas 3 horas de trabajo de campo) y porque el grupo tiene que asimilar lo que exige Raúl Llona. De momento, más ritmo, más intensidad, más presión. En definitiva, actitud y carácter. Dos aspectos de los que, tradicionalmente, ha venido adoleciendo este club desde su refundación a UDL. Es decir, cuestiones físicas y mentales. En el terreno táctico, la intención pasa por abrir a bandas y centrar, de ahí vinieron las mejores ocasiones visitantes, para que el delantero, Mario Barco, remate. Aunque, en honor a la verdad, el bagaje ofensivo de los riojanos fue escaso. Parece que el técnico riojano apueste, de primeras, por cuestiones básicas. Habrá que ver en próximas jornadas. En ese sentido, Sergio López no tuvo mucho trabajo y eso es un dato a tener en cuenta. Eso sí, los puntos se podían haber quedado en Teruel: gol anulado a los locales por fuera de juego y posible penalti no pitado por una mano de Jano dentro del área. El resto de ataque turolense, acciones aisladas.

El once trajo la novedad de Sergio Domínguez, una vez más como titular a domicilio. El exjugador de la Oyonesa está acusando la falta de experiencia en Segunda B y todavía no acaba de 'romper' y de mostrar su calidad. Quizá el hecho de estar más pegado a la banda que en su anterior equipo le lastra. Del resto, más o menos lo esperado, continuidad. Frente al Teruel, Llona optó por un doble pivote con futbolistas diferentes: Iturralde y Sergio Rodríguez, al que parece que le da los galones para que se eche el equipo a sus hombros. Jerarquía, experiencia y calidad tiene para ello. Hay que dejar que pasen unos días para comprobar las variaciones que sufre este equipo. Ya avisó el preparador riojano que la citación de esta pasada jornada era la más injusta (Ardanaz y Garban se quedaron fuera). 

Ahora toca trabajar. Primero para sellar la permanencia y luego para sentar las bases de la siguiente campaña, en la que se va a dar un giro radical en la composición del material humano de la plantilla. Por de pronto, Llona cuenta con una base de una decena de futbolistas (los que tienen contrato y a los que se les ha hecho una oferta de renovación) a los que verá después del verano. Otros igual tiene tiempo para ganarse su confianza en siete partidos, mientras que algunos ya tienen la cruz que ellos mismos se han puesto merced a su bajo rendimiento. 

Para la SDL era un partido de ésos a los que se está acostumbrando a sacar adelante esta temporada: choques ante rivales directos. Parece que los resultados, bien trabajados, salen a relucir cuando se miden a conjuntos que pelean por idéntico objetivo. De ahí, que aunque hubiera temores, sobre todo en el caso de un marcador adverso, esta plantilla blanquirroja, independientemente de los hombres que salgan al campo, ha demostrado ser competitiva para mantener la categoría. Al menos, eso indica su devenir en el estreno en la categoría. Enfrente estaba un Real Sociedad B en horas bajas, en clara línea descendente y que empieza a ver las orejas al lobo después de un inicio liguero muy cómodo. Pero tantas derrotas seguidas pasan factura y así le va al cuadro de Meho Kodro. Los riojanos sabían que el filial es un equipo con calidad, al que si se le deja jugar te puede crear muchos problemas. Quizá por eso, Agustín Abadía apostó por un once en el que imperaba más el control de la pelota que la destrucción y el juego vertical, aunque en esto último los blanquirrojos destacan.

Pitu, Miguel y Fran Sota. Tres jugadores que se complementan. El capitán juega más liberado cuando Pitu está en el campo, mientras que el riojabajeño posee calidad para destacar y ser el organizador que este equipo necesita. Sin embargo, entre problemas de lesiones y cierta falta de confianza le han pesado bastante. Pero si tiene el día, como hizo el jueves pasado, es un futbolista fundamental para los intereses de la SDL. Javi Torres también tuvo su oportunidad, la primera vez que ejercía como titular esta campaña, y el delantero no acusó esa responsabilidad. Algo parecido le pasó a Hierro, que quiere recobrar protagonismo. En defensa, Yécora se cayó del once. Se puede entender por un mejor juego aéreo con la pareja de centrales: Metola y Moya, que atraviesa por un gran momento de forma. Mientras que el que ha llegado para quedarse es Mandaluniz en la portería.

Le costó entrar en el partido a la SDL, aunque después de un par de avisos de los visitantes, el conjunto local dio un paso adelante para buscar la meta rival. El peligro llegaba a balón parado y de esa manera vino el único gol de la tarde. Su autor, Ledo se reivindica jornada tras jornada. Con decisión y fe remató de cabeza en el segundo palo para darle los tres puntos a los suyos. Lateral, central... lo que diga Abadía. Su rendimiento es superior a lo que él podía esperar y su evolución como futbolista es muy grande, tanta que ha pasado de ser uno más en la plantilla a ser un titular con todas las palabras. Un ejemplo, sin duda. El gol tranquilizó a los blanquirrojos y les dio confianza. Pese a ello, los guipuzcoanos salieron en la segunda mitad mentalizados de empatar la contienda, aunque el buen hacer defensivo de los locales evitó males mayores. Aun así, un tiro al poste en los instantes finales metió el miedo en el cuerpo a los riojanos, que, con agobios, lógicos, tuvo capacidad para sumar 3 puntos de oro en sus aspiraciones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario