lunes, 1 de septiembre de 2014

Buenas intenciones sin pegada

Había ganas. Se notaba incluso minutos antes del comienzo del partido. Sin embargo, no fue suficiente para pasar del empate a cero en el estreno liguero de la Unión Deportiva Logroñés en Las Gaunas. Cuando la pelota empezó a rodar, los locales apostaron por intimidar al rival, por pisar campo ajeno, por meter al recién ascendido Atlético Astorga en su área, por acabar todas las jugadas, por colgar balones... La consecuencia, en apenas 15 minutos, fue que el conjunto riojano mostrara una mirada asesina poco vista en su corta historia. Había intensidad, ritmo, muchos centros laterales, buena movilidad de los hombres por delante de la pelota, la presión en la medular era incesante... sólo se echaba de menos algo habitual: el gol. Una lástima por los méritos de los hombres de Carlos Pouso

Los maragatos, por su parte, ahí estaban, atrincherados, esperando que el vendaval amainara, trabajando con oficio para evitar un tanto que pudiera ser el primer paso para la derrota. Lo hicieron con maestría porque, poco a poco, fueron neutralizando las fuerza inicial de los locales para acercarse con peligro sobre la meta de Miguel. No en vano, los de Carlos Tornadijo gozaron, sin duda, de las dos ocasiones más claras del choque. Mientras que Camochu, con un tiro cruzado, y Miguel Santos, desde más de 20 metros, comprobaban los reflejos de Javi, el Atlético Astorga avisó al montar una contra tras un saque de esquina a favor de los blanquirrojos. Asier condujo el cuero con velocidad, centró al área para que Taranilla decidiera ceder a Borja que la rompió dentro del área. Miguel acertó a poner la mano izquierda y evitó un tanto casi cantado. Era la segunda vez que el Astorga salía de la cueva (la primera fue un remate de Asier tras centro de la derecha de Ivi Vales), pero fue un pequeño punto de inflexión al que se unió la lesión de Miguel Santos unos instantes después.

Pese a que la UD Logroñés insistió en su idea inicial, la entrada en el campo de Abaroa obligó a Pouso a trastocar la posición de varios de sus jugadores. Zubiri pasó a ejercer de lateral izquierdo y Rico ocupó la demarcación de central (se perdió algo de fluidez). Unas modificaciones que propiciaron que el Astorga tomara aire e incluso quisiera ser protagonista, puesto que al filo del descanso, Moisés García sacó bajo palos un remate de Cristian con Miguel ya batido. Miedo en el cuerpo. Pero los riojanos supieron reaccionar y acabaron acosando la meta contraria antes del pitido que señalaba el descanso.

Tras la reanudación, el partido entró en una fase más sosegada, de mucho centro del campo, con pocos chispazos, bastantes imprecisiones y dudas respecto a qué hacer. La UD Logroñés tenía que insistir en lo que le había dado resultado, aunque sin acierto, pese a que las fuerzas y las ideas empezaban a escasear. Mientras que el Astorga, cauto, no podía ir en tromba a por el partido. Pouso esperó el momento para mover sus piezas, un Goñi llegador desde la segunda línea por Amaro y un irregular Titi por el último en llegar, Joel Valencia. A su vez, el Astorga retrocedió unos metros, suficientes para ceder la iniciativa a su rival que se encontró con el balón. Un auténtico calvario, la verdad. Con la fatiga invadiendo los cuerpos, faltaron movimientos sin balón, ideas para buscar la superioridad por bandas, opciones para forzar a Javi...

Mucha intención (fallaba el último pase), algún que otro destello (un par de pases entre líneas de Menudo y Amaro), pero pocos remates, uno de Abaroa tras un centro de Menudo fue lo más potable. El cuadro maragato cerró filas colocando en los últimos minutos una defensa de cinco evitando que la UD Logroñés se acercara en la recta final a su portería. Un empate a cero con múltiples lecturas. La positiva, para los locales, es que se vieron cosas, se apreció un intento por subir las revoluciones desde el pitido inicial, se demostró que en la plantilla hay jugadores polivalentes y con oficio... pero también se percibió que el equipo fue de más a menos, que del torbellino inicial se pasó a un bloque más cuadriculado en el que de no ser por detalles distintos de Menudo hubieran dejado una segunda mitad más plana. 

Cierto que Gago, sobre todo al principio, demostró profundidad desde el lateral y que Rico, como medio centro, en compañía de Jacobo y de Goñi apuntan maneras, que Menudo desde la izquierda ofrece alternativas y que Camochu es batallador, insiste y tiene hechuras, pero como en las dos últimas campañas la UD Logroñés careció del bien preciado del gol. Al menos, con eso hay que quedarse, hubo oportunidades para marcar. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario