lunes, 29 de septiembre de 2014

Desde lo más alto de la tabla

Las expectativas generadas por la Unión Deportiva Logroñés se están confirmando. Cierto que estamos a finales de septiembre y que queda mucha liga, demasiada, pero el rendimiento del bloque riojano, sobre todo a tenor de los resultados obtenidos, es más que esperanzador. Sólo hay que echar un vistazo a la clasificación para constatar que esa ilusión que emanaba al inicio del curso se ha cristalizado con grandes números. Gracias a esos 16 puntos que ahora totaliza el conjunto blanquirrojo se ha colocado como líder, una posición nunca antes alcanzada, y que le permiten estar entre los cuatro primeros por segunda vez en cinco temporadas (la primera fue tras la victoria del pasado miércoles en la Nueva Condomina).

Y cuando un equipo está con la flecha hacia arriba lo demuestra incluso ganando haciendo un partido iiregular. Seguro que el duelo vivido ayer frente al Somozas de ocurrir en una temporada anterior el resultado final hubiera sido distinto. Pero esta campaña, la UDL está contando con esa pizca de fortuna de los equipos que tienen el viento a favor. Empatar al filo del descanso sin mucho merecimiento, voltear el marcador nada más empezar el segundo tiempo gracias a un penalti ingenuo de uno de los centrales rivales, ampliar la diferencia aprovechando la inercia... Esas pequeñas cosas que sólo se dan si el grupo, mentalmente, está metido en faena. Porque hubo defectos, ya que el Somozas, por ejemplo, mostró peligro en las acciones balón parado, supo aprovechar el cansancio físico de los locales durante gran parte de la primera mitad y maniató por momentos a unos desdibujados futbolistas que acabaron pidiendo la hora. Pero seguro que nadie (los aficionados) se acordarán, en unos meses, de cómo se gestó el triunfo ante el Somozas y sí del resultado, 3-2, y de los 3 puntos. Así se forma un equipo con mentalidad ganadora, ganando hasta en los peores días.

Cierto que para la UDL ha sido una semana inusual. VIaje a Compostela, partido en sábado, regreso a Logroño, choque en Murcia el miércoles, vuelta a la capital riojana y duelo en domingo. 8 días y 3 encuentros. El botín recaudado, también trabajado, es fabuloso; 9 puntos y alcanzar el liderato, supera al Coruxo por la diferencia de goles. Carlos Pouso, acostumbrado a gestionar su plantilla con cambios en el once no ha variado su dinámica en esta larga semana. Y aunque como se pudo apreciar ayer, había algunos futbolistas a los que les faltaba frescura, las denominadas rotaciones (no entiendo muy bien este término porque da la sensación de que hay titulares y reservas en los equipos y ese concepto es, bajo mi punto de vista, erróneo) surtieron, más o menos, efecto.

Tras un comienzo algo apagado, como si se palpara un exceso de respeto en ambos contendientes, la UDL empezó a acusar el trajín de esta pasada semana. Las imprecisiones en los locales fueron más de las habituales y cuando enfrente hay un conjunto ordenado y consciente de que puede hacer daño a su oponente robando en la medular y saliendo en velocidad, las cosas se complican. Así fue como el cuadro verdiblanco, después de algún timorato acercamiento local, se presentó ante Miguel. Antas gozó de dos inmejorables ocasiones para batir al meta riojano, pero la suerte no le acompañó. Primero, algo escorado, no afinó la puntería y después fue Álex el que salvaba sobre la línea. Que la UDL no estaba fina era evidente y Edy, de falta directa, hacía justicia colocando el 0-1 pasada la media hora.

Había que reaccionar. El choque fortuito entre Antas y Jordi Martí animó a los locales. Amaro avisaba de su fortaleza en el juego área para a continuación, al filo del descanso, rematar de cabeza con potencia y colocación un perfecto envío de Titi desde la derecha. El empate era una realidad sin que la UDL hubiera hecho más que lo justo. Comenzaba la segunda parte casi de cero. El preparador local realizó dos cambios para dotar de más energía y frescura a los suyos, además de mover sus piezas dentro del campo, pasando Julio Rey a ejercer como lateral derecho. Mientras ambos conjuntos se estaban estudiando, Íker Alegre fue barrido por Fiuzas dentro del área. Ubis, especialista de los blanquirrojos, volteaba el marcador desde los once metros. 

Fue una fase en la que la UDL administró la renta para ir desgastando la moral. Las piernas respondían así que el balón pasó a ser de dominio local. Pero con el paso de los minutos, las fuerzas empezaron a flaquear. Pouso lo advirtió y dio entrada a Joel Valencia en cuanto Heber no llegó a un buen balón de Edy que metió el miedo en el cuerpo a los riojanos. El ecuatoriano, nada más salir, probó con un tiro lejano. La amenaza ya estaba planteada. Entonces Íker Alegre y Menudo conectaron para alegría de la grada y para aumentar la diferencia. La pared que se inventaron dio como resultado el gol del extremo y un 3-1 que debía ser suficiente para acabar el choque con cierta tranquilidad. Pero esto es Segunda B y si te despistas, el rival vuelve a apretar. Eso hizo el Somozas después de que Dopico aprovechara un rechace tras una falta lateral. Quedaban poco más de 12 minutos, pero el partido se había vuelto a enredar. Los de Míchel Alonso comenzaron a creer, mientras que los blanquirrojos se bloquearon. Al menos supieron guardar el orden y jugar con el marcador. 

El equipo visitante lo intentaba, pero apenas generaba ocasiones de peligro claras. Es verdad que intimidaba con balones directos o en acciones de estrategia, pero el oficio de los locales impidió el equilibrio en el marcador. Pidiendo la hora, eso sí, la UDL se quedó con los 3 puntos y alcanzó el liderato merced a la derrota del Oviedo, curiosamente su próximo rival. Ahora Carlos Pouso tiene varios frentes abiertos, por de pronto, bajar la euforia, que puede ser mala consejera, y otra, quizá la más importante, recuperar a unos futbolistas castigados por una semana de mucho viaje y de acumulación de minutos. Evidentemente, estar al frente del grupo I favorece el clima de trabajo

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