lunes, 7 de octubre de 2013

Punto a punto

Empatar, según el rasero con el que se mire, pude ser visto como un resultado positivo o negativo. En el caso de los equipos riojanos que militan en Segunda B se puede decir que ambos pudieron, perfectamente, llevarse la victoria. Por ejemplo, la Unión Deportiva Logroñés gozó de varias oportunidades de gol en el tramo final del partido ante el Noja como para romper las tablas. Por su parte, la Sociedad Deportiva Logroñés también tuvo sus opciones, dos largueros, en la segunda parte cuando el Racing buscó el triunfo pese a tener un jugador menos y los blanquirrojos aprovecharon los espacios y su salida al contragolpe. Sin embargo, para los de Agustín Abadía el punto arañado en El Sardinero es bueno porque enfrente estaba un equipo que tiene en mente pelear por el ascenso, es decir, de otra liga, por ser el primero que suma el cuadro riojano como visitante y porque el bloque del técnico de Binéfar parece asentar su juego y ser más regular en sus intenciones. Mientras que los de Raúl Llona, como el propio entrenador relató en la posterior rueda de prensa al choque, estaba contento con el trabajo realizado, pero no con el punto porque su equipo había trabajado y merecido, por oportunidades, un mejor marcador.

Independientemente de ello, el caso es que tanto SDL como UDL no acaban de salir de la zona peligrosa. Los de Abadía aún no salen de los puestos de descenso, suman 6 puntos, mientras que los de Llona se acercan a esa parte en la que ningún club quiere estar, tienen 7 puntos. A tenor de los próximos enfrentamientos ante rivales que ocupan lugar de descenso, Caudal y Tropezón, el próximo fin de semana se presenta como clave para saber cuál es el lugar de los dos clubes de La Rioja. Si va a tocar sufrir (cosa esperada, por otro lado) o si, por el contrario, alguno va a empezar a enganchar una buena serie de resultados que le den estabilidad y cierta tranquilidad en la clasificación.

La SDL empató a domicilio ante uno de los poderosos del grupo, el Racing de Santander. El reciente paso del conjunto cántabro por Primera y Segunda división ofrece una particular motivación extra para sus rivales. Siempre gusta jugar en un campo por el que han pasado los mejores futbolistas de la liga española. Y los de Agustín Abadía, ayer de verde pistacho, salieron mentalizados a hacer su trabajo, a incomodar a su oponente y a tener sus opciones de éxito. Pronto se vio en el electrónico cuando Toledo puso un balón al área desde la izquierda, un central local no llega a despejar y Javi Torres, de dulce (3 goles en 2 partidos), la puso en el fondo de la red. El choque apenas acababa de empezar y la SDL había conseguido su objetivo: marcar. El duelo, en este sentido, se ponía a su favor. La presión riojana en la medular era efectiva y los locales estaban atascados, imprecisos y fuera de sitio. Los visitantes se acercaban a Mario sin temor, estaban decididos y porfiaban para robar el balón y montar transiciones rápida.

Al Racing le costó reaccionar. Tuvieron que pasar los minutos para que el ímpetu defensivo de los visitantes bajara unas revoluciones. Entonces, cuando comprobaron que era posible llegar ante Mandaluniz fue cuando los cántabros buscaron el empate con ahínco. Pero arriesgar con una defensa adelantada estuvo a punto de costarle caro al cuadro anfitrión, puesto que la SDL salía velozmente a la contra avisando de su peligro, lo que le permitía olvidarse, por momentos, de tener que defender, lo cual siempre es un alivio. Pasada la media hora, el Racing sí que parecía que dominaba con más claridad, pero las ocasiones no llegaban hasta que Koné empezó a entrar en juego. El marfileño avisó primero y ejecutó después, minuto 40, tras un buen pase de Andreu para poner las tablas. Se presentaba un partido nuevo durante la segunda mitad. 

La inercia del final del primer tiempo continuó en la reanudación y la SDL supo sufrir y aguantar el marcador. Moya sacó bajo palos un remate de cabeza de Durán en lo que perfectamente puso ser el 2-1. Los visitantes necesitaban oxígeno nuevo y Abadía movió piezas en la medular para encontrar nuevo aire (Rojas por Candelas). A ello debía haber colaborado la expulsión de Koné en el 64', pero la SDL no gestionó bien la superioridad numérica y tuvo que fajarse en las tareas defensivas porque el Racing, valiente, insistió en lograr el triunfo. Los riojanos sí que acabaron por sacudirse el dominio local en el último cuarto de hora del encuentro. A ello colaboró la entrada al campo de Laencina, que bien pudo dar la victoria a los logroñeses. El de Ribafrecha, tras una contra, se sacó un espectacular tiro desde 30 metros que impactó en el larguero y en la última jugada del partido, de falta directa, volvió a encontrarse con el palo superior de la portería

Por su parte, la UDL, después de tres semanas sin puntuar (dos derrotas y jornada de descanso) y, sobre todo, tras el varapalo sufrido en Burgos (encajar 5 goles), necesitaba los tres puntos para reivindicar su lugar en mitad de la tabla. Cierto que los de Raúl Llona lo dieron todo en el campo: ver a varios futbolistas estirando en los instantes finales del partido habla por sí solo de los calambres sufridos (Goñi, Garrido...). El esfuerzo realizado, principalmente, durante la primera media hora pasó factura. Es lógico cuando un equipo sale, desde el pitido inicial, a realizar una presión asfixiante sobre el oponente. La intensidad y ritmo defensivo que imprime la UDL esta campaña exige que su trabajo tenga recompensa en el marcador porque de lo contrario al final del encuentro puede resultar contraproducente para sus intereses. Si a eso se le añade que esa intensidad y ritmo también intentan mostrarla en ataque (movilidad de los jugadores, ayudas permanentes, desmarques de apoyo y ruptura, amplitud y posteriores centros desde las bandas...) es entendible que algunos futbolistas acaben agotados.

Y eso que el domingo Jaime Moreno puso por delante a los suyos con un gran tiro desde fuera del área que se coló por la escuadra. Era el minuto 4 y el trabajo daba sus frutos. El Noja, su rival, estaba sorprendido. En defensa le costaba coger la marcha puesta por los blanquirrojos, mientras que en ataque se mostraban imprecisos y superados ante la exigente labor de los locales. Un día más, el perfil izquierdo de los riojanos se convirtió en el mejor aliado para encontrar generar ocasiones. Si Jaime Moreno se metía por dentro y buscaba la pelota al pie, ya estaba Sergio Martínez doblándole por el lateral. Con Moisés dando equilibrio, con Goñi e Ibai manejando los tiempos del balón, el cuadro local parecía decidido a ampliar la renta. Las faltas laterales se convirtieron un punto de origen de buenas ocasiones. Gil no remató con pericia una desde la derecha, mientras que Moisés no acabó de empalar bien la pelota tras un rechace muerto dentro del área. Además, Ibai probó los reflejos de Javi tras un gran pase de la muerte de Jaime Moreno del el extremo zurdo. La UDL merecía el segundo por juego, por ambición y por trabajo.

El tiempo pasaba y la UDL bajó un ápice su intensidad. El Noja lo quiso aprovechar teniendo más tiempo la pelota, elaborando con criterio, siendo menos impreciso en los pases. Lo logró pero sin acercarse sobre Miguel con peligro, salvo un par de saques de esquina o alguna jugada aislada. Pese a ello, Gil ya dio muestras de que no estaba todo lo concentrado que debía cuando intentó sacar una pelota de tacón siendo el último hombre y falló en el golpeó. Aun así, al descanso, la sensación era de que la UDL tenía el partido bajo control. Sin embargo, los cántabros salieron más activos en el comienzo del segundo tiempo cuando a los 28 segundos Nacho prolongaba un balón para dejar a Gerard delante de Miguel, pero el delantero no encontró portería. Una jugada que debía servir de despertador para los locales. 

Sin embargo, dio la sensación de que los visitantes estaban más sueltos y que los riojanos dejaban hacer. La alternancia de dominio y las imprecisiones en ambos bandos propiciaron que el Noja quisiera el empate, aunque sin volcarse de manera definitiva, y que la UDL esperar su oportunidad a la contra mientras que Miguel apenas era protagonista. Pero a la hora de partido un despeje visitante dio lugar al empate. Goñi trató de no se sabe muy bien si controlar o despejar, pero el caso es que el esférico fue hacia atrás hasta Gil, que en la medular y siendo el último hombre controló para posteriormente despejar. Con ese control previo Gerard le encimó con la fortuna de que el golpeo del zaguero blanquirrojo le impactó en el cuerpo dejándole con la pelota de cara y en ventaja para acercarse a Miguel. El ariete llegó al borde del área y batió al meta riojano con un tiro ajustado al palo.

El escenario era diferente. Empate a uno y media hora por jugar. Se suponía que el Noja buscaría un mejor resultado y que a la UDL le iba a costar más superar del mazazo. Sin embargo, los de Raúl Llona reaccionaron generando un buen número de oportunidades para acabar llevándose los tres puntos: un tiro cruzado de Javi Rodríguez, que se fue desviado; varias paredes imposibles entre Ibai y Jaime Moreno dentro del área rival; la llegada de Goñi, cuyo rebote tras tiro se le marchó demasiado fuerte como para acertar entre los tres palos pese a que el meta no estaba en la portería; otro tiro cruzado de Iriarte, que también se iba por poco; el remate de cabeza de Garrido, tras un saque de esquina, que atajó Javi; otro cabezazo de Iriarte que se topó con la espalda de Bustillo cuando se cantaba el gol en las gradas; e incluso, ya en el tiempo añadido, un remate acrobático de Gil que se encontró con la figura de Javi. Todo ello pese a que el Noja resguardó sus espaldas con cinco defensas durante los últimos 10 minutos pese a que el técnico visitante fuera reacio a admitirlo posteriormente. Es decir, que la UDL trabajó y se esforzó para obtener un premio mayor ante un rival que todavía permanece invicto en liga y que como visitante, suma su cuarto empate. 

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