lunes, 27 de mayo de 2013

Ganas de revancha en la vuelta

De poco vale la liga regular, si acaso para saber cómo llegan los equipos, pero no cómo son. Ejemplo, a patadas. El Haro, invicto en casa, pierde su primer partido en El Mazo el día clave ante un serio Sariñena. El Varea, lanzado por su gran dinámica, sucumbe ante un rival, en teoría superior pero que había sufrido cinco derrotas en los dos últimos meses, el Novelda. El Alfaro, equipo con más calidad que el Unión Adarve, se deja llevar por el estilo de los madrileños y debe remontar en La Molineta si no quiere tomar vacaciones. Y el Calahorra, quizá con el que nadie contaba, va y resulta que, gracias a su orden defensiva y a un espectacular Ander, trae un 0-0, un resultado engañoso, de Coria. Por no hablar de la importancia de las acciones a balón parado. Que le pregunten a los jarreros y a los alfareños. Samba, el máximo goleador de los oscenses, hizo lo que sabe, marcar de cabeza. No es el primero de esa guisa. Los hombres de Roberto Ochoa lo sufrieron y ahora deben lograr la victoria en Sariñena para, por lo menos, forzar los penaltis si es por 0-1. Los pupilos de Eduardo Arévalo no aprendieron la lección, ya que el Unión Adarve tiró de lo que sí viene repitiendo jornada tras jornada. Falta lateral que lanza Calleja y remate de Fernando. En esta ocasión, Cavadas estaba en la línea de gol para rematar la faena. No es de extrañar que la sensación de los equipos riojanos sea la de revancha. Tiempo para reaccionar tienen.
Varea-Novelda (1-2)

Emilio Remírez apostó, de inicio, por dejar a Chimbo en un costado y renunciar, por así decirlo, a hacer daño por uno de los extremos. Con Rubén Pérez y Sota como estiletes y con Borja como puñal por una banda, los arlequinados, cautos y con respeto, fueron más o menos fieles a lo que el navarro quiere. El Novelda, por su parte, pensaba más en no pasar apuros que en lanzarse al ataque. Pese a ello, la sensación de peligro era mayor en los visitantes que en los locales. Ambos conjuntos llegaban al área rival, pero no de una forma muy ordenada. El Novelda, disciplinado y serio, buscó las contras sin miedo, conscientes de su peligro. Christian, máximo goleador de los verdiblancos, dejó su sello y puso por delante a los suyos tras una gran acción individual. El Novelda ya había hecho los deberes, ahora le toca conservar la renta. Por suerte, el Varea reaccionó, también gracias al desequilibrio individual, en este caso de Borja. Empate al descanso y con mucho que decir. Los visitantes parecían seguros con ese marcador, mientras que el Varea buscaba la remontada. Pero su ataque fue previsible, de hecho las mejores ocasiones llegaron a balón parado, aunque sin fortuna. El Novelda trató de frenar el ritmo de los locales, de aguantar y salir con velocidad. Fue suficiente. Chaco, ausente por lesión los últimos meses, reapareció a lo grande: como titular y encarrilando el pase con un tanto que fue un duro golpe para los locales, que habían hecho más para que su rival para marcar. La expulsión de Gomis en los minutos finales ratificó que en este tipo de eliminatorias, la forma de jugar la determina el marcador. No hay otra lectura. Ahora, los de Emilio Remírez, sin nada que perder, deben ir a Novelda a dar la sorpresa. Arsenal ofensivo tienen, falta encontrar las vías para poder explotarlo.

Coria-Calahorra (0-0)

Parece que el Calahorra llegaba al Guadalquivir con la sensación de que ya habían hecho suficiente. Es como si el Coria fuera muy favorito y los rojillos fueran la 'cenicienta'. Esa falta de presión les ha venido de perlas a los hombres de Javier Salvatierra, que en la segunda vuelta de la liga regular han demostrado que sabían modificar su forma de jugar en función del rival. Un conjunto que trata de aprovechar las bandas para hacer daño, que tiene a dos delanteros que juegan muy bien de espaldas y que cuenta con mucha calidad en los hombres de segunda línea ha demostrado que también sabe aguantar al rival, hacerse fuerte en la medular y esperar su momento para salir al contragolpe. El Coria, con respeto, fue más directo de lo esperado, quizá haya que darle el mérito a los riojanos que apretaron para evitar correr detrás del balón. Este hecho motivó que el Calahorra tuviera que estar atento a las segundas jugadas. A los andaluces parecía que les iba bien esa manera porque gozaron de varias ocasiones para adelantarse antes del descanso, pero Ander se reivindicó para mantener vivo a su equipo en todo momento. Los locales creaban peligro, pero también tenían sus miedos y no se lanzaban con todo al ataque. Al Calahorra le faltaba pisar el área rival con peligro para creer en sus posibilidades. Tras el descanso, los corianos insistieron, fueron más persistentes, trataron de pisar área contraria con asiduidad para ver si la ordenada defensa rojilla se resquebrajaba. Hubo algunos desajustes, pero Ander los ajustaba. El buen hacer del meta visitante fue dando confianza a sus compañeros, que entendieron que era vital no encajar. A esa tarea se dedicaron en unos minutos finales en los que el cuadro local se volcó con insistencia. Por suerte, Ander salió respondón. Ahora queda rematar la faena en La Planilla, aunque el 0-0 es un resultado engañoso, puesto que un gol en contra complica la eliminatoria.

Unión Adarve-Alfaro (1-0) 
 
El Alfaro debía saber a lo que iba al barrio del Pilar. A nada que tuvieron algún informe, algo que es más que evidente, los de Eduardo Arévalo tenían que estar precavido sobre cuáles son los puntos fuertes del Unión Adarve. Pese a ese supuesto conocimiento, los madrileños demostraron su fidelidad a un estilo que no le tiene que ser desconocido al conjunto blanquillo porque en La Rioja hay equipos que apuestan por él. El Unión Adarve rentabiliza su forma de juego. Un fútbol directo, presionante, incómodo, sin aparente ritmo y continuidad, pero muy intenso y constante. Exige, en el equipo contrario, mucha concentración y solidaridad. El Alfaro, que todo hay que decirlo llega justito al final de campaña, trató de adaptarse a las circunstancias. Nunca estuvo a gusto en un campo pequeño, pero no menos que La Estrella, por poner un ejemplo donde también perdió esta temporada. Pese a la seriedad defensiva de los visitantes, que los hombres más desequilibrantes blanquillos apenas tuvieran protagonismo es significativo. Picuchos, con varias acciones decisivas, mantuvo vivo a un Alfaro, que, sin embargo, vio que el balón parado en este tipo de fases son determinantes. Los madrileños, de forma descarada, buscaban una y otra vez las faltas laterales (ahí llegó el gol), los saques de esquina (le anularon un gol por falta al portero), el robo en la medular... no había elaboración, lo importante era alejar el balón lejos del campo propio porque cualquier despeja se podía convertir en una ocasión (Sito tuvo que sacar un balón en la raya de gol, Gianni desde el centro del campo estuvo a punto de sorprender a Picuchos). El Alfaro quería combinar, pero no podía y eso le fue haciendo mella porque el control era de los locales. El Unión Adarve fue paciente y obtuvo su premio a un cuarto de hora del final. Falta que lanza Calleja al segundo palo donde Fernando remata de cabeza y Vacadas, en la línea de gol, pone la pelota en el fondo de la red. El tanto, por valentía, hizo que los visitantes se estiraran y Pirri tuvo la ocasión de empatar, pero se llenó de pelota. Pese a todo, el resultado se puede levantar. Eso sí, se tiene que ver al mejor Alfaro de la temporada, a un equipo combinativo, eléctrico en ataque y contundente en defensa porque el Unión Adarve seguro que buscá la contra para sentenciar la eliminatoria.

Haro-Sariñena (0-1)

En La Rioja somos muy dados a la euforia y en cuanto se conoció que el rival del Haro era el campeón del grupo aragonés, hubo voces que ya daban por hecho el ascenso de los jarreros. Roberto Ochoa, el técnico blanquinegro, ya había avisado del peligro del Sariñena. Y el partido de El Mazo lo confirmó. Los oscenses realizaron un partido casi perfecto sobre lo que hay que hacer como visitante, en el partido de ida, en una eliminatoria tan decisiva. Primer paso: no encajar. Segundo paso: marcar un gol. Tercer paso: llevar el partido a lo que te interesa. Que el choque podía ser de pocos goles se intuyó cuando en los compases iniciales el tanteo fue excesivo. El Sariñena parecía que se guardaba cosas (en defensa eran contundentes y agresivos), aunque en ataque, cuando recuperaba el balón, sí que mostraba sus virtudes. El Haro quería, pero como con el freno de mano puesto. Sí, pero no. Los visitantes, con poco, rondaban a Javi Pérez y eso les daba serenidad en lo que estaban haciendo. La sensación era que los jarreros proponían algo más, pero el Sariñena no sufrían con ese plan tras un primer tiempo lleno de temores. Con la lluvia, el miedo se impuso hasta que Samba, vertical, desequilibrante y con mucha movilidad, acertaba a rematar, de cabeza, un córner nada más comenzar la segunda mitad. ¿Cambio de escenario? El Sariñena dejaba el partido donde quería. El Haro, casi toda la liga acostumbrado a ir con el marcador a favor, tenía que meter una marcha más, con el riesgo que eso podía suponer (como el tiro de Villacián que impactó en el larguero). Los visitantes se dedicaron a perder tiempo, a tratar que no ocurriera nada, a que el balón fuera de un lado a otro sin aparente control, a esperar su momento a la contra. Los locales, más incisivos y voluntariosos, querían llegar demasiado rápido al área contraria. Mucho balón largo, poco juego entre líneas y escasas combinaciones. Un ataque previsible para una defensa segura que se limitaba a despejar balones de cara. Por si acaso, Moso transmitía aplomo en la portería. Queda la mitad de la eliminatoria. El Haro ha sido un equipo que ha jugado mejor como visitante, por lo general, que como local. Si quiere estar por la vía rápida en Segunda B debe encontrar su juego para romper a un rival peligroso en ataque, muy serio, con tablas y difícil de superar.

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