lunes, 6 de mayo de 2013

Los objetivos están para cumplirse

Era impensable, por presupuestos y por la calidad individual de las plantillas, que la Sociedad Deportiva Logroñés lograra la salvación antes que la Unión Deportiva Logroñés. Sin embargo, con el paso de las jornadas la fortaleza mental, como equipo, de unos y de otros hacía presagiar lo que finalmente ya es una realidad, que la SDL certificó, con una victoria eficaz y sufrida al acabar el partido con 9 hombres, en Estella que la temporada que viene seguirá en Segunda B, una categoría a la que ha sabido adaptarse, aunque eso le haya costado 'tirar' varios partidos (véase las numerosas goleadas encajadas). Enhorabuena por ello. Asimismo, la UDL, con una decepcionante derrota en casa ante un equipo ramplón, la Peña Sport, ve fantasmas. Quizá con los 41 puntos que tiene son suficientes para mantenerse en la división de bronce, pero nunca se sabe. El ejemplo está en el cuadro de Tafalla, que comenzó en Las Gaunas como colista y que dos horas después salió incluso de los puestos de peligro. Eso sí, el derbi riojano del domingo exige un extra a los de Raúl Loan, que por cierto, ayer pudo escuchar las primeras voces críticas: '¡Llona, vete ya!'. Un poco de calma. Cuando la dinámica y la inercia es negativa, un entrenador, aunque lo intente y trabaje, necesita de la colaboración de sus jugadores. Dudo que se le pueda echar algo en cara al técnico riojano.

Vayamos por lo positivo, la permanencia, ganada a pulso por la SDL. Un bloque que, como hiciera contra Osasuna B en Las Gaunas hace unas jornadas, apeló a la eficacia ante un rival en puestos de descenso, pero crecido por su rendimiento en los dos últimos meses. El cuadro blanquirrojo si por algo se ha caracterizado esta temporada ha sido por, en general, saber jugar, y sacar resultados que es lo que importa, ante posibles rivales directos. El Izarra era uno de ellos y los de Agustín Abadía, aunque sufrieron el empuje inicial de los navarros volvieron a demostrar que la diferencia estriba en marcar goles. Javi Martínez pudo dar un giro al partido, pero Mandaluniz dio alas a los suyos con una gran estirada para provocar que el tiro del delantero riojano impactara en el larguero. Sin embargo, los visitantes sí que aprovecharon su oportunidad. Fue Jorge Herreros que fue más listo que la pareja de centrales rivales, que dudo a la hora de despejar una pelota. Entonces, el delantero controló, se orientó la bola y batió por bajo a De Miguel. No se había llegada a la media hora y la SDL rentabilizaba sus ocasiones.

Los de Chechu Martínez insistieron en las premisas iniciales: balón largo y a esperar llevarse las segundas jugadas para arrinconar a los riojanos en su campo. Lo conseguían y la SDL no podía llevar el partido a su terreno: algo más de posesión, menos ritmo... Javi Martínez, de nuevo, y Bruno pudieron empatar la contienda antes del descanso, pero no estuvieron finos en el remate final. Los riojanos se iban asentando con el paso de los minutos, el marcador ayudaba, por lo que la sensación era que la SDL, dentro del empuje local, manejaba la situación. El segundo tiempo demostró que las prisas no son buenas consejeras. El Izarra trató de aumentar el ritmo, pero era presa de las precipitación y el nerviosismo. Todo lo contrario que los blanquirrojos: prácticos en defensa y solidarios en las ayudas. El ataque era lo de menos porque este equipo ha demostrado que tiene capacidad para montar contras de la nada. Con todo a favor, la SDL, certera, aprovechó una nueva concesión estellica. Toledo anotaba el segundo ante la pasividad defensiva a la hora del choque. Con pleno de eficacia, el conjunto riojano estaba cerca de su objetivo.

Pero como le viene ocurriendo a la SDL, no hay partido tranquilo. Dos expulsiones casi seguidas de Laencina y Ledo, los dos laterales, provocaron que los visitantes jugaran los últimos 20 minutos con 9 hombres. Entonces se vieron las miserias de un conjunto, el Izarra, que fue presa de la ansiedad, de querer marcar el empate sin anotar, previamente, el primero. Eso facilitó la labor de los riojanos, que juntitos, esperando en su campo, se cerraron sobre la figura de su portero. Los locales intentaban la proeza con envíos largos, pero centrados, con acumulación de hombres en el ataque, pero sin criterio. Las bandas, vitales para generar dudas a su rival, apenas existieron, lo que facilitó la labor de los visitantes, que se iban creciendo a medida que el tiempo pasaba. Un buen final para confirmar la salvación de un equipo que ha actuado como tal a lo largo de la temporada, que ha sabido sobreponerse a infinidad de bajas por lesión y sanción, que ha tenido que modificar, hasta la saciedad, su línea defensiva... el esfuerzo, sin duda, ha merecido la pena.

La parte negativa, sin duda, se la lleva la Unión Deportiva Logroñés. Después de cuatro partidos seguidos en Las Gaunas con el 0-0 como denominador común, vino la Peña Sport, un conjunto limitado, ramplón podría decirse, casi en mínimos y se llevó los puntos, muy necesarios para sus intereses. Los navarros se aprovecharon de la caraja defensiva de los locales. Fueron 23 minutos para el olvido de un equipo, por calificarlo de alguna manera, muy blando en defensa y vulnerable por su parcela central. Quizá que Raúl Torres y Luis Martínez de Quel coincidieran por primera vez esta temporada tiene algo que ver. Mientras que el madrileño no ejerció como lo que es, de veterano y ofreció seguridad a su compañero y al resto del grupo, al arnedano se le vio nervioso, atenazado, dubitativo... y eso se paga. Como ejemplo el segundo y tercer tanto, casi idénticos. Falta en la medular, envío largo buscando la espalda de los centrales riojanos y gol. Puede que Eneko Romo, en el segundo sí que estuviera en posición de fuera de juego, pero es inconcebible sendos fallos.

Claro que previamente, de un córner había llegado el primero de la tarde. Joel remató, libre de marca, en el área pequeña, golpeó en un defensor, el rechace le volvió al navarro, Sergio López evitó el tanto, pero otra vez el rechace le favoreció a Joel. Ahí vinieron los primeros gritos de una grada, muy crítica, con sus jugadores. Quizá con bastante razón, no por lo visto ayer en Las Gaunas, sino por lo sucedido durante toda la temporada. La UDL trató de reaccionar con un par de aproximaciones, más por corazón que por juego, pero sin que los de Tafalla sufrieran. Eder sacaba una falta desde el círculo central, Eneko Romo, lo dicho en aparente fuera de juego, remataba de forma acrobática, casi chilena, para superar al meta local. Luis y Raúl Torres en línea fueron superados con mucha claridad. Minuto 11. Como era de esperar los gritos en contra de jugadores y entrenador (sorprendente) se incrementaron. Mientras que los blanquirrojos trataban de reponerse al marcador y a lo extradeportivo, que también influye, vino el tercero a los 23 minutos. Otra falta desde el medio, Joel que se anticipa a Luis y cede, de cabeza, a Eneko Romo que también fue más vivo que Raúl Torres para batir por arriba, con la testa, a Sergio López.

De los abucheos tras el segundo gol se pasó al silencio. Mala señal. Parecía que se estaba gestando algo en la grada y que podía explotar al final del partido o incluso al descanso. Por suerte para los futbolistas, la reacción se obró en el campo. La verdad es que los de Llona no hicieron nada especial para volver a meterse en el partido, lo que demuestra que la Peña Sport no era un rival invencible. Mario Barco recortaba distancias antes de la media hora tras rematar una falta lateral lanzada por Iñaki. Para poner más picante al duelo, el árbitro pitó penalti tras un empujón (quizá no suficiente para señalar once metros) de Garde sobre el ariete calagurritano que Iturralde transformó con decisión. Minuto 36 y 2-3. Los pitos y cánticos en contra disminuyeron, lo cual, sin duda, agradecieron los futbolistas. Ahora quedaba completar la remontada en la segunda parte.

La UDL lo intentó de inicio intensificando los centros de los costados. La intención era buena y los navarros no ofrecían la seguridad suficiente como para aguantar embestidas continuas. Pero hubo intermitencia, el remate final no llegaba, las ocasiones escaseaban y a medida que el minuto 90 se acercaba, la Peña Sport estaba más cómoda. Pese a ello, los locales con Quero de lateral (ejerció como tal en la segunda parte) aumentaron el ritmo. Iñaki y el asturiano se convertían en principales surtidores de centros, pero ni Ubis, ni Mario Barco acertaban a rematar con claridad. El que más cerca tuvo el empate fue Ubis, duramente criticado por la afición ('¡Ubis, vete al bar!'), que se anticipó a su par para rematar con violencia sobre la portería rival, pero Gonzalo, bien colocado, atajó el esférico. Quedaban 30 minutos, pero ni Barrón, ni Sergio Rodríguez ni Garban aportaron ese punto de más que requería el ataque riojano. De hecho, al meta navarro le fue suficiente con estar atento a los balones aéreos y con demostrar su aplomo en un tiro lejano de Mario Barco ya en el descuento. En definitiva, otra oportunidad más, la enésima, que la UDL desbarata para confirmar su continuidad en la categoría. Lo más preocupante fue la fragilidad defensiva inicial y la falta de remate en la segunda parte. Aspectos ambos fundamentales para asumir que el bloque blanquirrojo tiene muchos problemas, muchos de ellos de cabeza. Aunque no es algo nuevo. Eso sí, la racha se amplía a 9 jornadas sin ganar y el domingo llega un derbi en el que unos han hecho los deberes, la SDL, y otros aún están pendientes de ello, la UDL.

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