lunes, 25 de febrero de 2013

La matemáticas no valen en fútbol

Ganar y jugar mal o perder y merecer más. El fútbol, a veces, es ingrato, como le pasó a la Sociedad Deportiva Logroñés en El Malecón, donde probablemente debía haber obtenido un resultado mejor. Supo adelantarse en el marcador, tuvo más iniciativa que la Gimnástica, pero sufrió dos reveses, a modo de gol, en apenas 8'. A partir de ahí, los de Agustín Abadía quisieron reaccionar, incluso gozaron de superioridad numérica, pero les faltó tino. Todo lo contrario le sucedió a la Unión Deportiva Logroñés, que, en palabras de su entrenador Pepe Calvo, calificó el partido de su equipo, con el balón, como el peor de la temporada. Sin embargo, los 3 puntos se quedaron en Las Gaunas. Este deporte es así, no entiende de matemáticas porque dos más dos, muchas veces, no son cuatro.

Que la UDL lograra la victoria ante el Tudelano le sirve al cuadro blanquirrojos para dar caza, y superar, a los navarros en la tabla, y, aunque parezca mentira, para recortar distancia, aunque sigue siendo casi insalvable, con el cuarto puesto, ahora del Eibar. Los riojanos, más prácticos de lo habitual en casa, aprovecharon los primeros minutos para doblegar a su rival. Un tiro de Ubis y un remate de Gil fueron la antesala a un centro de Barrón, desde la izquierda, y el posterior penalti tras agarrón, dentro del área, a Garban. Ubis, picando la pelota, haciendo un particular tiro a lo 'panenka', anotó el primer penalti que le señalan esta campaña a los riojanos. Tras el tanto, los navarros, que ya habían mostrado sus intenciones, no se amilanaron y fueron a por el empate. Para entonces, la UDL ya había entendido cuál era su labor.

Esparza, uno de los destacados en el Tudelano, fue una gran amenaza para los riojanos. De sus botas partían o finalizaban la mayoría de las acciones de peligro visitantes. En algunas, los remates eran imprecisos, pero en otras fue Sergio López, debutante con la UDL, el que desquició a los blanquillos. El choque parecía controlado por un conjunto local que se dejaba querer, que buscaba la salida a la contra y que administraba sus esfuerzos. Como además, el sufrimiento en defensa no era excesivo, para que iba a cambiar de marcha. Que todo continuara igual. Incluso Garban tuvo la sentencia. Probablemente se le podía exigir mucho más al equipo, pero el resultado, siempre amanezante, se lo permitía. En el segundo tiempo, se acrecentó el dominio de los hombres de José María Lumbreras, que fueron más intensos y en el que se notó la inclusión de Jordi Martí, un referente ofensivo para los navarros. Pese a ello, la UDL supo sufrir y sacrificarse en tareas defensivas para evitar que las ocasiones, que las hubo, fueran un torrente. Cierto que el ataque blanquirrojo fue casi inexistente, pero el domingo no tocaba fijarse en esa tarea porque era más importante redoblar esfuerzos en evitar el empate. Algo que se logró.

Me gustaría hacer un comentario respecto a la titularidad de Sergio López. Su presencia en el once determina que la confianza de Pepe Calvo, o del club, en Alberto es inexistente después de su suplencia ayer. El fichaje de un portero, más allá de ser necesario por la lesión de Castilla, confirma que el ex del Numancia venía a Logroño para ser suplente del andaluz, una cuestión difícil de asumir. Ahora, que podía contar con minutos para demostrar o no su valía, el técnico leonés apuesta por un guardameta que apenas lleva dos días con sus compañeros. En este sentido, duro mazazo para Alberto. Sin embargo, esto es fútbol profesional y la calidez humana queda relegada a un segundo plano. 

Por su parte, la SDL demostró en tierras cántabras que es un equipo con confianza, hasta que encajó los dos goles, que venía de una inercia positiva y que su rendimiento ha mejorado en las últimas semanas en las dos áreas. A los riojanos les gustan los riesgos, cuando los duelos se agitan, cuando se convierte en un correcalles, cuando, aparentemente, no hay control, los blanquirrojos saben aprovechar sus oportunidades, los espacios que concede la defensa rival para acercarse a la meta de su oponente. Los primeros minutos en El Malecón parecían así, ya que el balón iba de un lado a otro sin conceder treguas a los futbolistas. Ahí se encontraba a gusto el cuadro de Abadía, que manifestaba sus intenciones con un tanto de Olavarrieta, que finalmente sería anulado por fuera de juego, muy protestado por los visitantes.

Los locales parecían ceder, mientras que la SDL estaba cómoda. Dado el estado del campo y que combinar cuatro o cinco pases seguidos eran difícil, las acciones a balón parado, decisivas, se convirtieron en la manera de meter miedo al rival. Los riojanos sacaban un córner en corto, para que Gerardo pusiera un balón envenenado al segundo palo donde apareció Ledo para incrustar la pelota en el fondo de la red. 0-1. El gol, como era de esperar, espoléo a los locales que con empuje buscaron a Gonzalo. No en vano, la Gimnástica acosaba a su oponente con una sucesión de saques de esquina y faltas que, aunque sin efecto, embotellaron a los riojanos en su campo. Los blanquirrojos, a la vista de los últimos minutos de la primera mitad, podían intuir que el inicio de la segunda podía ser similar. Tocaba trabajar en labores defensivas para no dar alas a los locales nada más salir de los vestuarios.

Pero, para desgracia blanquirroja y alegría cántabra, las cosas no salieron como debían. Otra vez a balón parado. No de forma directa, pero sí en la segunda jugada. Para mayor mazazo para los visitantes fue una remontada gestada en 8', del 54' al 62'. Primero Cusidor recogía el rechace de una falta, que él mismo había lanzado y que impactó en la barrera, para batir a Gonzalo y dar esperanzas a la Gimnástica. Después, Mario empujó un esférico suelto dentro del área, tras varios rechaces, previa falta lateral. Palo duro para los logroñeses, que en suspiro veían como sus ilusiones por seguir sumando por cuarta jornada se empezaban a desvanecer. Pero hubo un atisbo de esperanza cuando el local Javi veía su segunda amarilla. Casi media hora por delante y la SDL contaba con un efectivo más en el campo que la Gimnástica. Nueva composición del choque.

Como era de esperar, los locales retrocedieron, se olvidaron de la pelota y se pusieron al servicio del portero Mediavilla, para que éste no sufriera. De hecho, el mayor apuro lo pasó justo después de la expulsión cuando la pelota, tras una acción muy embarullada, fue despejada por los cántabros en la línea de gol. Había tiempo para igualar, aunque las ocasiones fueron escasas. La SDL lo intentó, pero no encontró la manera, con cierta claridad, de generar ocasiones. Los riojanos parecían atascados, mientras que la Gimnástica jugaba con el tiempo a su favor y con su destreza defensiva. Ni siquiera el cambio de dibujo en los instantes finales y los cambios surtieron efecto. Tras la derrota, toca levantarse y pensar en el próximo rival, Noja, porque los equipos de abajo aprietan y ahora el puesto de promoción sólo está a 2 puntos por debajo. De nada vale lamentarse, es momento de aprender de la experiencia para no repetir errores.

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