lunes, 11 de febrero de 2013

Jornada productiva

Jornada productiva para los intereses de los equipos riojanos en Segunda B. La Sociedad Deportiva Logroñés tuvo capacidad para neutralizar un gol en contra en Lleida y sumar un punto más en su casillero, lo que le permite seguir mirando por encima del hombro al puesto de promoción (2 puntos) y a los de descenso (3 puntos). Por su parte, la Unión Deportiva Logroñés, sorprendentemente, protagonizó una remontada histórica (hasta ayer nunca había sido capaz de levantar una desventaja de dos goles en contra) para volver a ganar 7 jornadas después y demostrar que el bloque blanquirrojo tiene carácter y empuje. Características que también salieron a relucir hace dos temporadas, con Nacho Martín al frente, en un choque en casa ante la Gimnástica de Torrelavega que llegó al descanso con 0-1 y acabó 2-1 pese a que los riojanos juagron todo el segundo tiempo en inferioridad.

La SDL viajaba a Lleida con las buenas sensaciones del último triunfo ante el Real Unión en casa y después del varapalo sufrido en Urritxe, hace dos semanas, donde los blanquirrojos casi no tuvieron ni opción de en el partido. Es decir, había ganas por demostrar que como visitantes también son capaces de ser competitivos, como ya habían hecho en algunos campos. Pero había que creer. El Lleida, un equipo con problemas para ganar (algo parecido a la UDL) y abonado a las tablas, quería imponer su estilo, aunque era a zarpazos, con poca continuidad y en acciones aisladas. Los de Abadía parecían controlar la situación; no sufrían, aunque tampoco llegaban con peligro. Pero como muchas veces, una jugada cambió el devenir del choque. En este caso un penalti que Colorado transformó. Una vez más, los riojanos a contrarreloj jugando fuera de su feudo. Casi una constante, una mala costumbre.

Los catalanes, con el gol, estaban seguros y decididos en conseguir la victoria, mientras que la SDL se agarraba al partido como podía. El cuadro local tuvo opciones para ampliar su renta en el comienzo de la segunda mitad, pero Gonzalo respondió para mantener vivos a los suyos. Ver que el duelo se podía romper provocó una reacción en los visitantes. Con Toledo, como principal referente ofensivo, el conjunto de Abadía empezó a estirarse. Eso provocó el miedo en los locales, que andan muy justos en la autoestima colectiva, y generó que el encuentro pudiera dar un vuelco. Olavarrieta entraba más en juego, Toledo percutía por su costado y Esaúl llegaba desde la segunda línea para atemorizar a los catalanes. El centrocampista avisó y en la segunda ocasión que tuvo empató el partido. Poco menos de media hora por jugarse y la SDL ahora no se conformaba con la igualada. Velocidad, transiciones rápidas, juego vertical... Un calco a lo visto durante la segunda mitad en Las Gaunas ante el Real Unión. Pero no hubo acierto en el remate (Esaúl y Moya), como tampoco lo tuvo Hierro, tras una asistencia de Tamayo, en la que última oportunidad visitante en el tiempo de añadido. 

Pese a todo, el Lleida no había dicho su última palabra, aunque sus intentos por modificar el marcador fueron estériles y vagos, ya que colgó balones con más corazón que cabeza. De esta manera, la SDL logró un punto de su viaje a tierras catalanas (pudieron ser tres si uno se queda con la imagen de la última oportunidad), un botín que hay que dar por bueno. El domingo próximo llega el Teruel a Logroño, un duelo entre rivales directos y ahí es donde el conjunto blanquirrojo tiene que certificar que quiere mantenerse en la categoría, ya que una victoria sería importantísima para sus aspiraciones.

Por su parte, la UDL sorprendió a propios y a extraños con un remontada histórica. Del 0-2 que reflejaba el luminoso de Las Gaunas en el descanso se pasó al 3-2 que reflejó a la conclusión del partido. El partido, ya casi de inicio, se puso caprichoso cuando a los 4' el Zaragoza B reclamaba que se tenía que suspender temporalmente debido al granizo que caía de forma insistente. Aunque los blanquirrojos querían seguir en el maltrecho césped, el árbitro atendió la demanda de los aragoneses y todos se marcharon a los vestuarios. Cinco minutos después aparecían los 25 protagonistas para dar continuidad a lo que la climatología había impedido. Era momento de estar concentrado, de mantener la calma, de adaptarse rápidamente al encharcado campo y de no cometer errores. Era más importante sobrevivir que echar a perder el duelo. Pelotazo va, pelotazo viene. Poco más se podía hacer. El balón escupía, pero en el siguiente bote se paraba. O viceversa, primero se paraba y luego escupía. La pelota, cuanto más lejos del área propia, mejor. Así lo entendía el Zaragoza B que no se complicaba, pese a que en la medular sí que quería combinar en corto para luego hacer cambios de orientación, en la medida de lo posible. 

Los riojanos parecían bien situados. Iturralde, soberbio ayer, se fajaba en la zona ancha del campo, mientras que Garban, con chispa, mostraba voluntad para acercarse a Kilian. Pese a ello, las ocasiones no aparecían. Lo bueno es que Alberto también pasaba desapercibido. Hasta que Moustaphá, dentro del área, sacó la mano y hubo penalti. Kevin marcaba. Bueno 0-1, mucho partido por delante. Se podía dar la vuelta. Con lo que no se contaba era que en la casi siguiente acción los maños pondrían terreno de por medio. Jorge, desde la izquierda centraba, y Orti remataba a portería. Alberto pudo hacer más, cuando vio el balón por el aire dudó en salir y esa duda le dejó a mitad de camino, lo que provocó que el remate de Orti no tuviera oposición. 0-2, ahora ya era más difícil la remontada. Pudo ser peor porque nada más sacar de centro y perder el esférico, Alberto se jugó la expulsión, menos mal que no tocó al jugador, al salir fuera del área a despejar una pelota. Descanso con 0-2, con la sensación de no merecer ese resultado, pero también con la imagen de haber, prácticamente, dilapidado las opciones de victoria en apenas 4 minutos.

Había que mover algo. Pepe Calvo así lo entendió. Moustaphá, con amarilla, dejaba su sitio al tocado Mario Barco, mientras que Ardanaz retrasaba su posición para acompañar en la medular a Iturralde. La UDL apostaba por dos delanteros, Barco y Garban. Durante los primeros minutos de la segunda mitad, la dinámica no varió mucho. A los riojanos les hacía falta creer en la remontada, acercarse a Kilian e ir creciendo. Barrón, algo desacertado con el piso de Las Gaunas durante la primera mitad, dio un pase de la muerte, Barco no llegaba por poco, mientras que Ubis lo hacía rematando hacia atrás. Era la ocasión que necesitaban los blanquirrojos. Fue un aviso, pero sirvió para animar a los locales. Empezaron entonces 20' para enmarcar, de gran efectivad, para que los jugadores los tengan en la memoria, para que los aficionados, muchos desilusionados y con razón, se vuelvan a enganchar, para tener fe. Como una avalancha las oportunidades se sucedían. Garban cedía a Ormazábal, que centraba al área, Barrón cogía la pelota y tiraba con potencia para batir a Kilian. 1-2. Minuto 60. Comenzaba la remontada. Garban ponía un balón desde la derecha y Mario Barco, libre de marca, remataba de cabeza, con todo, para empatar el partido. Minuto 66. El calagurritano ya había avisado previamente con otro certero testarazo que Kilian desbarató en la misma escuadra. Era posible. Lo fue. Iñaki, caño incluido, se adentraba en el área, daba el pase hacia atrás y Ubis remataba para voltear el marcador. Minuto 72. Impensable. Actitud, empuje, ambición, carácter... Parece que la UDL tiene de esto. Lástima que lo muestre a cuentagotas o que tenga que sacarlo cuando ya está todo perdido. 

Pero había que culminar la faena. El cuento de princesas no había terminado. La euforia local provocó que el choque se convirtiera en un correcalles. De área a área y tiro porque me toca. Del 4-2 se pudo pasar al empate a tres de no ser por una gran intervención de Alberto que achicó la visión de la portería a Dani, que se tuvo que conformar con un remate sobre el cuerpo del portero blanquirrojo, que enmendaba, de esta forma, el error del segundo tanto encajado. Este intercambio le interesaba al filial aragonés, pero no a los riojanos. Jano y Gil se multiplicaban para despejar, mientras que el ataque riojano buscaba la sentencia. Con un tímido sufrimiento, el Zaragoza B se volcaba en busca de las tablas, se pitó el final y la comunión de los aficionados con los jugadores, ovacionados y aplaudidos al término del encuentro. No así el entrenador y el director deportivo. De hecho, desde el pitido inicial y cada vez que el marcador se movía, hacia una y otra dirección, se escucharon cánticos de '¡José Ignacio, dimisión!', mientras que Pepe Calvo también era mencionado para que abandone la disciplina de la UDL.

Una remontada gestada no con juego, poco se podía hacer, sino con actitud, y con un protagonista nato: Mario Barco. Su presencia, su manera de fajarse, de incomodar a los rivales propicia que sus compañeros tengan más opciones. Pero no fue el único destacado. Ubis, con pelea, con coraje, se ha ganado un puesto en el once por méritos propios y Quero parece despertar porque en 20 minutos corrió casi más que en toda la temporada. Iturralde demostró saber estar y presencia en la medular. Su trabajo oscuro tuvo recompensa con el triunfo del equipo. Garban debutaba ante su nueva afición, dejó detalles y una mayor implicación que Juanjo. Asimismo, Sergio Domínguez vistió la elástica blanquirroja por primer vez. Ocupó el extremo izquierdo, (luego intercambió su posición con Quero) se le vio algo nervioso, más pendiente de defender y ayudar a Iñaki y a Ormazábal. Era su debut en la categoría.

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