lunes, 18 de febrero de 2013

Alguien lo está haciendo mal

Tres puntos separan a la Unión Deportiva Logroñés y a la Sociedad Deportiva Logroñés después de 25 jornadas. Algo choca. Dos clubes con objetivos diferentes y con pretensiones, también, distintas. Uno aspiraba a meterse en el 'play off', el otro bastante tenía con salvar la categoría. Que ahora la diferencia entre ambos sea tan pequeña obedece a que uno de los dos no lo está haciendo bien. El optimista, ignorante de cómo les va a los dos conjuntos riojanos de Segunda B, puede pensar que los dos están cumpliendo sus metas y que uno de ellos está por encima de sus posibilidades. Sin embargo, la realidad, ojalá fuera ésa, ni se acerca a esa ilusión.

Era de esperar que la UDL, actualmente 9ª con 33 puntos, estuviera, como mínimo, peleando por estar con los mejores del grupo. No quizá luchando por el liderato, pero sí dando guerra para colarse, por primera vez, en la fase de ascenso a Segunda. En estos momentos, quien piense en esa posibilidad es un poco iluso. Cierto que imposible no es, que matemáticamente aún hay tiempo, pero encontrarse a 13 puntos del cuarto clasificado no creo que sea de buen gusto ni para el que hace y deshace en la entidad, ni para los aficionados, muchos de ellos a buen seguro que desilusionados y con muy poca fe, aunque la esperanza es lo último que se pierde. Pepe Calvo lleva mucho tiempo reclamando un punto de inflexión a sus jugadores, desconociendo los motivos por los que el bloque cae en barrena, de repente cuando encaja un gol, y es incapaz de levantar la cabeza. La espectacular remontada de Las Gaunas ante el Zaragoza B debía servir para alentar a los blanquirrojos. Pero el primer tiempo sufrido en Lezama ante un enrachado Bilbao Athletic recuperó a esa UDL indolente, desdibujada, impotente, estéril y apocada en ataque.

En este sentido, si los partidos de fútbol gozaran de un tiempo muerto le vendrían de perlas a los riojanos. Porque, como sucediera seis días antes, el equipo ofreció otra imagen tras el paso por el vestuario. No vayamos a pensar que fue un vendaval y que arrolló a los 'cachorros', pero se vieron otras cosas. Por lo menos había sensación de que el equipo quería, otra cosa es que pudiera. Que Mario Barco es el referente ofensivo y su pieza angular queda de manifiesto cada vez que salta al campo. Debido a los problemas físicos que arrastra, el preparador leonés prefirió esperar, ser cauto con el calagurritano, pero se percibió que cuando está en el césped el equipo lo agradece. Ojo, no sólo por su labor en ataque, también porque es el primero en presionar y en provocar un mal despeje a los defensores. Sus compañeros lo agradecen y el juego parece hasta más fluido.

Pero el resultado, que es lo único que le vale al cuadro blanquirrojo, fue el mismo que en las anteriores visitas a las instalaciones del Athletic: 1-0. Sergio Domínguez se estrenó como titular, Garban repitió en el once y Ardanaz retrasó su posición para jugar junto a Iturralde. Sergio Rodríguez, por segunda vez, se quedó fuera de la convocatoria. ¿Hay que pensar en cosas raras? Sin embargo, los movimientos, por unas cosas o por otras, no acaban de tener reflejo en el marcador. Eso es lo grave. La irregularidad en la que se encuentre este equipo es preocupante y nadie, yo por lo menos, no pongo en duda que el cuerpo técnico y la plantilla está dando lo mejor de ellos para escapar de una dinámica peligrosa. Es más, incluso puede que sean de los pocos que están por la labor. Restan 13 jornadas para dar la cara, sacar el orgullo y quedar lo más arriba posible. Nada de especular con otros menesteres. Cuando acabe la liga, llegará el momento de sacar conclusiones y valorar lo que haya que valorar.

En el otro lado aparece la SDL. Un bloque que, como cualquier equipo, falla, comete errores, se equivoca... pero demuestra capacidad para reaccionar, para ser ambicioso, para esforzarse en cada lance, para aprender de sus equivocaciones, para hacer autocrítica... Es la manera de evolucionar, de ser competitivo, de creer en sí mismo. Que  los pupilos de Agustín Abadía sean 12º con 30 puntos tiene mérito. 5 de margen con el puesto de promoción y con el descenso. Un respiro. Pero sin confianzas. Llegaba el Teruel a Las Gaunas con la intención de recortar diferencias con los blanquirrojos, de meter presión a los riojanos y de aliviar sus penas. Como ya sucediera contra el Real Unión, hace 2 jornadas, parecía que la intención de los locales era que no pasara nada, que los minutos fueran pasando sin que Gonzalo tuviera ningún sobresalto. A ello ayudaba el cuadro turolense. Apenas habías tres pases seguidos, las ocasiones de gol no aparecían, el juego era directo pero con muchas imprecisiones en ambos bandos.

Entonces llegó la interpretación de la tarde. Soria, que despejó con la mano dentro del área un tiro de Del Puente, hizo teatro del bueno. Tuvo su efecto porque ni el árbitro ni el asistente lo vieron. Sin embargo, su actuación estelar le delató. Tras el supuesto impacto en la cara el balón se marchaba por el lateral. El central, al comprobar que el peligro ya se había evitado, reaccionó pegando un salto y dejándose caer, dando varias vueltas sobre el césped. No contento con eso, al levantarse dio muestras de que se había mareado. Sin tanto aspaviento hubiera sido más creíble. Esta acción sirvió de acicate para los locales, puesto que minutos después Laencina lanzaba una falta lateral peligrosa y Moya, rozó lo justo, para batir a Bodo. Un gol que daba tranquilidad a los riojanos. Hasta el descanso, poco más que contar: continuaba las imprecisiones, las interrupciones y el aburrimiento. Mejor para la SDL.

El segundo tiempo comenzó con un equipo local más retrasado. Mala señal. El Teruel, previsible en todas sus acciones ofensivas, casi sin querer se acercaba a la portería de Gonzalo. Varios saques de esquina seguidos y un par de llegadas visitantes animaban la tarde. Trujillo tuvo el empate, pero entre Gerardo y Moya salvaron de cabeza sobre la línea (antes lo había hecho Ledo en una acción similar) después de una salida arriesgada de Gonzalo que dejó desprotegida la portería. Casualidad o no, la SDL se resarció con un par de contras para demostrar que no se iban a dejar amedrentar por los aragoneses. De hecho, Esaúl tuvo el 2-0, pero Sidibe, con Bodo batido, evitó que la pelota llegara a la meta de los turolenses. 

Era el momento de dar la puntilla y eso hizo la SDL. Miguel robó la pelota, se la cedió a Esaúl. El centrocampista condujo hasta que asistió a Del Puente, que le doblaba por la derecha. El extremo no perdonó y puso el 2-0. Partido casi sentenciado. Sólo se podía echar a perder y los locales así lo entendieron. El 'goal average' particular con el Teruel estaba empatado y la SDL lo daba por bueno. Pese a ello Jorge Herreros, en una brillante acción, pudo marcar el tercero. Hubiera sido un gol para enmarcar. El delantero recogió un balón, se revolvía, fintaba y amagaba para buscar el tiro y cuando todos pensaban que iba a golpear con fuerza, lo hizo con sutileza, picando el esférico en busca de una vaselina espectacular. Bodo, de forma milagrosa, rozó la bola y ésta impactó en el larguero para salir a córner. Pudo haber sido el broche de oro a un partido que acabó con victoria, justa y merecida, de la SDL ante un Teruel previsible y con poca magia en ataque.

4 comentarios:

  1. Valla parida! ¿a alguien le interesa tus paridas? ¿de que hablas?

    ResponderEliminar
  2. ya puedes jubilarte, no te lee ni Dios.....

    ResponderEliminar