¿Qué pasa en el fútbol base?

Más que posible unión entre Balsamaiso y Varea, irrupción de un nuevo club Chiribitas... Algo está sucediendo últimamente en el fútbol base. ¿Qué pasa? ¿Por qué se produce? Aquí no creo que encontréis las respuestas, pero sí que lanzo mi opinión al respecto y, a lo mejor, es el propósito, hay alguien que toma nota y reflexiona sobre el asunto porque, por de pronto, se están anteponiendo los intereses particulares a los de las diferentes entidades y eso siempre va en perjucio de la formación, que, por cierto, es a lo que creo se dedican estos clubes. O deberían. 


Hace algo más de un mes, en mitad de la temporada, el Balsamaiso vivía una guerra interna que propició la marcha/despido de varios entrenadores (caso de José Ángel Muro, al frente del juvenil, o Julio Santolaya, al mando del cadete, entre otros), así como gente perteneciente al área técnica (Luis Mendoza y César Balda, como los más significativos). Desde fuera, da pena que un club histórico de Logroño haya sufrido esta incompatibilidad de caracteres en medio de la competición. Su imagen, más allá e independientemente de si ha sido o no la mejor solución para la entidad, se ha visto desprestigiada. Desde el desconocimiento y la prudencia, ¿no se podía haber esperado al final de temporada? ¿A quién ha interesado más esa guerra interna, a los que se quedan o a los que se han ido? Preguntas a las que sólo tienen respuesta sus protagonistas. 

Seguro que ambas partes, ahora, están satisfechas con las decisiones tomadas. No me meto en las cuestiones que han llevado a ello. Pero dónde queda la formación de los chavales, la planificación del club y los objetivos deportivos de los diferentes equipos. No hay que olvidar, por ejemplo, que el juvenil estaba peleando por evitar el descenso de Nacional y que el cadete está luchando por el ascenso a Primera. ¿Qué se ha priorizado, los intereses particulares o los del club? Una cuestión capital para la formación de jugadores.

Es como si últimamente el fútbol base fuera un negocio. Formar, dar cabida a los que quieran hacer deporte, acumular fichas y fichas, tener a toda costa un equipo en División de Honor, vivir de los réditos económicos (vía derechos de formación) que pueda dar que algún chaval en el futuro debute en Primera ... cuestiones que se entremezclan y que habría que tener muy claras a la hora de dirigir un club de fútbol base. Hablo desde la ignorancia de qué les mueve a los que organizan y dirigen a cada club, porque, dicho sea de paso, cada uno seguro que es un mundo, cada cual tendrá una percepción diferente y unos objetivos dispares, pero la sensación es que las cosas no se están haciendo bien, en general. Considero inasumible que se puedan adulterar las competiciones en categorías inferiores haciendo un equipo A potente y dejando uno B con pocos recursos. ¿Eso es fomentar el deporte? ¿Qué se les enseña a los primeros, a ganar? ¿Y a los segundos, a perder? Pero claro es que a lo mejor lo que cuenta al final de temporada es: soy el club que más títulos ha ganado. Error. 


Por no comentar los continuos 'robos' de futbolistas entre clubes en estas categorías. Muchas veces el objetivo final no es ayudar al chaval de turno, es ser campeón, prometer y vender humo, convencerle que es lo mejor para su trayectoria, que jugar en ese club y en esa categoría le abre las puertas... ¿Dónde estamos? ¿Esto qué es una jauría? Un poco de sentido común. Al futbolista que promete y apunta maneras se lo rifan y al que va todos los días a entrenar por diversión, por estar con los amigos, por hacer algo de deporte es menospreciado. Es decir, al que tiene cualidades (a lo mejor técnicas, pero no de otro tipo) se le mima, se le pone una alfombra roja, y al que es del montón se le hacen feos, se le impide progresar. ¿Por que hay que ser tan elitistas? Luego que la gente se asombra que hay muchos jugadores que se quedan en el camino. Si no hubiera tanta tontería... Sé de lo que hablo porque aún recuerdo de mi época en el Logroñés como en el fútbol base había jugadores endiosados, que al final han 'pasado' del fútbol, y otros a los que se obviaba han seguido disfrutando de este deporte. No hay que olvidarse de lo que es el fútbol y que no todo es llegar a Primera división. A lo mejor con jugar, estar a gusto en un grupo es suficiente, no todo es el éxito absoluto o el fracaso. Porque seguro que querremos que la Tercera siga progresando, que haya una Regional digna... eso se logra fomentando el fútbol base.

Qué me parece la alianza Balsamaiso-Varea, pues que no la veo. Que cada uno debe ir por su lado y que cada uno ya es mayorcito para hacerse una casa. Pero también digo que tienen todo el derecho del mundo a unirse y que ojalá les vaya bien y sea productivo para el fútbol riojano. Pero está claro que tarde o temprano habrá lucha de egos (no se mal interprete, me refiero a que unos querrán tirar por un lado y los segundos por otro camino) y se volverá al punto de partida, cada club por su cuenta, o se fusionarán en uno, lo que echaría por tierra la historia de uno de los dos. El Varea, es cierto, cuenta con unas instalaciones para aprovecharlas y tiene en el Tercera un equipo en el que consolidar a los que salgan de abajo. El Balsamaiso le pude dar chavales, un Regional, y varios equipos de cantera. Sobre Chiribitas pues que empiezan de la nada y que hay que darles tiempo para valorar. Veremos.


Dejo de enrollarme, cada club, hablo en general, tiene su filosofía, su 'modus vivendi', y con ella debe seguir. Podrá hacer modificaciones e innovaciones, como es lógico, para progresar, pero sin que sean radicales, porque de lo contrario se pierde la esencia. Su prioridad debería ser la formación, aunque creo que soy un iluso por pensarlo. Quizá en estos choques y maneras de pensar, se puede entender que no haya un referente en La Rioja al que todos los chavales les gustaría ir a jugar. Una pena.