viernes, 18 de mayo de 2012

Balance (II) y previas 19 mayo

Voy con mi segunda tanda sobre el balance por equipos de Tercera que estoy desarrollando. En esta ocasión, hablo de Oyonesa, Calahorra y Arnedo. Además, os dejo las previas de los partidos del sábado de la última jornada de Regional, en la que el Rapid puede certificar su quinto puesto y lograr un casi ascenso a Tercera.

Oyonesa, 8º con 62 puntos

Tres puntos en siete jornadas, ninguna victoria, 12 goles encajados. Impensable para la Oyonesa. Un calendario complicado había provocado que los blanquiazules a los dos meses de competición ya estuvieran pensando en cómo salvar la temporada. La posibilidad de pelear por la fase de ascenso, adiós. Difícil papeleta se le presentó a Jorge Ochoa. Pero supo resarcirse de ese mal inicio para concluir la campaña octavo (hasta pudo pelear por la séptima plaza) con 62 puntos (29-33), con 65 goles a favor y 42 en contra. Mucho se ha hablado de que si el cambio del Oion Arena por El Espinar ha perjudicado a los alaveses. Puede ser porque a los rivales les costaba adaptarse a un campo irregular y siempre complicado en el que los locales exprimían su rendimiento. Sin embargo, el técnico riojano ha ido moldeando sus piezas para que su plantilla sea menos directa, más combinativa, con más transiciones defensa, medio del campo y delantera, con más presencia entre líneas para que el bloque ofrezca una mayor intención de querer jugar. Todo ello sin olvidar la importancia que tiene en el juego de Ochoa el imprimir mucho ritmo, apelar a la intensidad defensiva y a la presión, así como a las jugadas a balón parado (defensivamente no han estado a la altura de otras campañas). De hecho, la paciencia y la tranquilidad, la tenacidad, insistir en las rutinas y en lo trabajado anteriormente fueron las claves para que la Oyonesa saliera del pozo clasificatorio y se colocara dónde merece. Quizá el debe sea que el equipo ha sufrido más defensivamente, ha recibido goles que otras temporadas no se daban y ello, probablemente, sí que haya que achacarlo a que el Oion Arena exige jugar con la defensa más adelantada, cuestión que los rivales han podido aprovechar.

Poco a poco fue asomando la cabeza. Siete partidos invicto (de la jornada 10 a la 16) y un total de siete triunfos hasta el final de la primera vuelta le permitieron tomar aire, pese a que Óscar Santos, una de sus referencias ofensivas, volvía a caer lesionado de gravedad (Nano lo haría más adelante). Pese a todo era una situación complicada porque se encontraba en una zona de nadie, sin un objetivo clasificatorio claro: lejos del 'play off' y sin equipos que le metieran presión por detrás. Sin embargo, la pasión, una de las normas de este club desde que Ochoa es el entrenador, propició que el equipo no cayera en el desánimo. Siguió competiendo, algo que es digno de admirar, hasta que las fuerzas y la cabeza les han respondido. Con un gran Sergio Domínguez, en la segunda vuelta, con la aportación de Escribano, en la faceta goleadora, con Indiano, una de las novedades en el primer equipo, o la experiencia de Carmelo, y con la base de otras temporadas: Berni, César Chasco, Jabo, Pinillos, David Sánchez, Nano, Toño o Gustavo Bezares, que cuelga las botas, el conjunto alavés, pese al tramo final, en el que ha acusado la falta de un objetivo por el que pelear, ha completado una campaña más que aceptable. Lástima de un comienzo tan dubitativo porque podía haber sido un animador como lo ha sido el Náxara hasta el final.


Calahorra, 9º con 58 puntos

Guillermo Zangróniz debutaba en Calahorra con una plantilla joven, con mucho que trabajar y en la que la nueva filosofía rojilla de apostar por la gente de la casa (a priori) podía mermar la competitividad del bloque. Salvatierra ya exprimió lo que había una temporada anterior, con un equipo que se fue diluyendo en la segunda vuelta. Algo similar ha ocurrido este ejercicio. Encontrar las causas es difícil, pero hay uno que es evidente, la falta de un objetivo clasificatorio ha mermado el rendimiento de una plantilla que se ha acomodado en el último cuarto liguero y que ha sido una sombra de la frescura, velocidad e ingenio exhibida en las primera jornadas. Mente y cuerpo funcionan a la vez. Encontrar la simbiosis es difícil, pero, visto desde fuera, quizá ha faltado pegar un golpe encima de la mesa para exigir hasta la última jornada, para que los futbolistas no estuvieran tan relajados y tan carentes de motivación. Al final, el Calahorra ha acabado con 58 puntos (35-23, su bagaje en la segunda vuelta es tristísimo), con 64 goles a favor y 46 en contra.

Comenzó con fuerza, demostrando que había frescura en las piernas, ganas de agradar, buenas intenciones futbolísticas y con mucho gol. Una derrota en once partidos era una magnífica carta de presentación para un equipo que quería competir hasta el final, sin marcarse el reto del 'play off', pero con la idea de pelear por ellos hasta que pudieran. Pero esa meta, inalcanzable, ha sido al final un lastre porque siempre que los rojillos tenían opciones reales, con un enfrentamiento directo, para acercarse al cuarto clasificado acababan perdiendo. Una sobre excitación. Tanto golpe anímico, "ahora sí podemos, perdemos, ya no se puede hacer... si ganamos aún se puede, derrota y vuelta a empezar...", ha sido una montaña de emociones que ha superado a la plantilla calagurritana. Finalizaron la primera vuelta a 7 puntos del 'play off' con la sensación de que si lograban más puntos ante los equipos de arriba era posible, al menos, acercarse. Si la preocupación, más allá de mirar hacia arriba, hubiera sido partido a partido, buscando que las dinámicas deportivas fueran las adecuadas y sin pensar tanto en la fase de ascenso... Mario Barco, brillante en la primera vuelta, ha pasado desapercibido en la segunda, devorado como su equipo. Seis goles en la segunda mitad liguera, por 14 en la primera. Sintomático que el faro deje de dar luz.

De hecho, la irregularidad ha sido una constante, por no decir que desde finales de marzo (jornada 30) los rojillos sólo han ganado un partido, el último. La inercia final no es digna de un equipo que quiere competir y eso es algo que debe mejorar de cara a futuras campañas. Sobre todo si se quiere progresar. Ojo que la culpa es de toda la plantilla por no saber revertir esa situación. No es de extrañar que el aficionado rojillo esté desencantado porque se han tirado muchos partidos antes de jugarlos y eso duele. Lo curioso es que hay material, como ha demostrado en muchos partidos en los que han sido mejores que equipos que les han pasado en la tabla, pero le ha faltado continuidad y levantar la cabeza cuando recibían un gol. Eso les ha pesado bastante. En el aspecto individual, también hay futbolistas que han podido perder la oportunidad de seguir progresando tras lo mostrado en las primera vuelta, caso de Pericolo, Javi Benito, Ritu, Cristian, Deivid, Mazana o el propio Mari Barco, entre otros. Siento si a lo mejor he sido un poco duro, pero mi crítica es constructiva por el bien de un club que siempre ha estado en la parte alta de la tabla y que ahora está construyéndose desde abajo, por cuestiones económicas.


Arnedo, 10º con 53 puntos

Al Arnedo le costó arrancar. La gran temporada anterior, tanto a efectos clasificatorios como por las sensaciones futbolísticas, parecía que habían colocado al conjunto riojabajeño en la élite de Tercera. Pero nada más lejos de la realidad. La marcha de parte de la columna vertebral, incluida el entrenador, se marcharon dirección Alfaro. Dejaron un club con un futuro complicado. Gonzalo Santamaría (recientemente nombrado coordinador del fútbol base del SDL) retornaba a la localidad en un momento más complicado del que se puede imaginar. Con unas elecciones a la vista, con la actual directiva despreocupada por lo que suceda y con el pálpito de que se vuelva al lugar de origen de hace cuatro años, cuando el club a punto estuvo de no jugar en Tercera (de hecho se inscribió fuera del plazo por mucho que la Federación dijera que sí). El caso es que ha finalizado la temporada en décima posición, un lugar inmejorable dada la situación, con 53 puntos (22-31), con 48 goles a favor y 34 en contra (tercero con menos goles encajado). Lo grave es que haya acabado, los últimos tres meses, con apenas 15 jugadores de la primera plantilla y tirando de los juveniles.

Lo dicho, los comienzos no fueron fáciles. Una victoria en nueve partidos dejaban la sensación de que era un bloque vulnerable, al que le costaba una eternidad hacer ocasiones de gol y que sufría cuando tenía que llevar el mando del partido porque había muchas imprecisiones, lo cual no quitaba que fuera competitivo ante conjuntos superiores. De hecho, a lo largo de la temporada, por regla general, cuando se ha tenido que enfrentar a equipos por encima suyo en la tabla el Arnedo ha demostrado una mejor cara. Después de esas primera jornadas, la afición, crítica siempre con los suyos, empezaba a impacientarse. Ellos sabrán qué es lo que quieren. Tres victorias, dos en casa y una a domicilio frente al Náxara liberaron clasificatoriamente a los de Sendero. A partir de entonces, el cuadro arnedano empezó a encontrar un poco el equilibrio. El engranaje defensivo comenzó a funcionar con más asiduidad y aunque como locales costaba, y mucho, sumar de tres en tres, como visitante el equipo respondía con orden y seriedad defensiva. Sólo le faltaba rematar la faena en el área rival.

Llegaba el ecuador de la competición y aunque hubo futbolistas que abandonaron el barco, el bloque no se resintió. Curioso. Los que había se comprometieron con la causa para dejar al equipo al final del curso en la mejor clasificación posible, sin mirar atrás, pero hablando todos en el mismo lenguaje, remando por un mismo objetivo. Lo que sucediera a partir del 13 de mayo ya llegaría. Y así fue como el Arnedo empezó a ser un hueso. Ahora incluso generaba ocasiones con más frecuencia y aunque les seguía lastrando ya eran un conjunto a tener en cuenta. Su rendimiento a domicilio en la segunda vuelta es digno de admirar con victorias, entre otras, en el Oion Arena o frente al Anguiano, así como empates contra UDL B o Alfaro. Los juveniles que ponía en el campo Gonzalo Santamaría respondían, el equipo era uno y aunque de vez en cuando había tropiezos (derrotas ante la SDL excesivamente abultada o por la mínima ante el Haro en un partido en el que los jarreros no fueron mejores que los locales), la inercia era que los riojabajeños iban a terminar la liga en buena forma, de hecho, han sumado 10 de los últimos 12 en juego. Un honor al compromiso. Laencina, Chacón, Crespo, Eraña, Darío, Eduardo Domínguez, Gemelo, Dani, Manu Rubio son algunos algunos de los que siempre han estado hasta ahí.


Previas Regional

Vianés B-EDF Logroño (Príncipe de Viana, 17.00): Los navarros intentarán lograr la victoria en el último partido ante un EDF que puede aspirar a la séptima plaza, aunque su meta será acabar la liga en la mejor posición posible. Un partido de trámite en el que ambos equipos buscarán el triunfo. Victoria visitante.
 
Anguiano B-San Lorenzo (Isla, 17.30): El filial serrano peleará por una victoria que le puede permitir ser tercera en la clasificación, a expensas de lo que haga el domingo La Calzada. Por de pronto, se despide de Isla ante el peor equipo a domicilio (sólo ha sumado un punto), pero que viene de golear al Autol en Ezcaray. Todo lo que no sea victoria local será una sorpresa.

Casalarreina-Rapid (El Soto, 18.00): Lástima que este duelo sólo le importe al Rapid, que se juega el casi probable ascenso a Tercera. Una pena que los locales perdieran hace unos días las opciones de alcanzar la quinta posición porque este choque hubiera sido terriblemente emocionante. Aun así, los locales tratarán de aguar la fiesta a los murillenses. Las dimensiones del campo y el empuje local, en condiciones normales, puede ser el principial obstáculo para que el Rapid no sume los tres puntos. Los de Borja Lerma, pese a sus altibajos, han sido más o menos regulares en esta segunda vuelta (con muchos empates en el camino), lo que les ha permitido llegar a la última jornada dependiendo de sí mismo. Sólo el gran tramo final del Aldeano les ha complicado la quinta plaza, que puede ser de ascenso. Difícil hacer un pronóstico, pero el Rapid pondrá más en el partido y lo lógico será que se lleven los puntos, pero El Soto es un campo complicado y todo es posible. Lamentable que no haya horario unificado.

Los Titanes-Haro Promesas (El Salvador, 18.30): El Haro Promesas buscará un triunfo que le coloque séptimo en la clasificación. La duda estará en el bando local por saber con cuántos jugadores se presentan después de que el sábado pasado protagonizaran un esperpento de partido al comparecer con nueve futbolistas. Quizá legalmente no se puede hacer nada, pero la Federación debería tomar cartas en el asunto para que estos hechos, en el futuro, no vuelvan a ocurrir. Triunfo visitante, aunque si Los Titanes presentan once jugadores son capaces de cualquier cosa.

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