martes, 22 de mayo de 2012

Balance de Tercera (III)

Continúo con el balance de Tercera. En esta ocasión, hablo de Vianés, River Ebro y Agoncillo.

Vianés, 11º con 44 puntos

El Vianés ha logrado esta campaña su mejor clasificación histórica en la categoría al acabar undécimo con 44 puntos (21-23) con 51 goles a favor y 60 en contra. Una temporada en la que se apostó por un hombre de la casa, Jesús Fernández, y que se pensaba que se iba a sufrir más de la cuenta. Sin embargo, se ha demostrado que no volviéndose loco, creyendo en el bloque de jugadores del pasado ejercicio, haciéndose fuerte en el Príncipe de Viana, y demostrando compromiso por unos colores, el Vianés ha conseguido labrarse una clasificación tranquila en Tercera. Cierto que contar con dos delanteros, contrastados, como Javi Cuadrado y Dani Flores (en su última campaña en activo), que han marcado más de diez goles cada uno, ha favorecido a que el cuadro navarro haya cuajado una grandisíma campaña.

Llevar cinco victorias, todas como local, en once jornadas fueron una base más que sólida para que el Vianés tuviera tranquilidad. Triunfos sufridos, algunos, y otros muy merecidos que colocaron a los de Jesús Fernández en una holgado lugar en la tabla. Ese margen propició que el equipo bajar un poco sus prestaciones y atravesara por una mala racha de resultados (1 punto sobre 21) que encendieron las alarmas. Pese a ello, el Vianés no ofrecía una imagen de equipo perdedor y derrotado. Al revés, era competitivo, fuerte y agresivo, por momentos, pero que tenía lapsus de juego que eran aprovechados por sus rivales. Es decir, que en el momento que bajaban la intensidad sus deficiencias salían a relucir. Había que volver a recupera la regularidad y la tensión durante los 90 minutos. Dos victorias en casa y el primer triunfo a domicilio (en Navarrete) dieron alas a un equipo que ha dado su mejor versión como local (ha sumado 29 puntos de los 44 totales). Otra inercia positiva colocó a los navarros en mitad de la clasificación a un paso de superar los registros de la anterior campaña. Pero de nuevo, llegó un calendario más complicado y sumar de tres en tres costó demasiado. Entre medias incluso estaba la pelea por la décima plaza, pero pronto se vio que era una lucha perdida.

Sin embargo, la motivación de medirse a un invicto líder como la SDL propició que el Vianés diera lo mejor de sí mismo en ese envite y derrotara, por primera vez en liga a los de Abadía. Fue un triunfo trabajado y merecido que animó a los navarros de cara al sprint final de la temporada. Con esa inercia se puede entender el triunfo cosechado ante el Calahorra y la derrota, por la mínima, ante un Varea que se jugaba la vida para meterse en el 'play off'. Ha sido, por lo tanto, una magnífica temporada en la que algunos jugadores han seguido creciendo y adquiriendo galones, caso de los gemelos Pavía, de Bruno, Echeve, Duque o Guillermo, entre otros. Asimismo, Cuadrado y Dani Flores han aportado gol, calidad y oportunismo. En este sentido, Roberto haya tenido menos protagonismo individual que en otras temporadas.

River Ebro, 12º con 42 puntos

La enésima decepción del River Ebro. Promete, siempre promete, pero nunca acaba de plasmarlo en realidad. Su duodécima posición con 42 puntos (23-19) y su balance de goles negativo (41 a favor y 67 en contra) son indicativos del devenir del equipo. Patxi Bronte, como entrenador, y futbolistas con experiencia y calidad parecían propiciar que esta temporada los rinconeros podían pelear por estar en la parte alta de la tabla, no quizá para meterse en el 'play off', pero, qué menos, que lucharlo. Pero nada de nada. Un horrendo comienzo, cinco derrotas seguidas, fue un martirio para los rojiblancos. Sin embargo, eso no quita para, como ha hecho la Oyonesa, con un inicio similar, fuera cogiendo el ritmo a la competición y fuera subiendo sus prestaciones. Al contrario, verse tan abajo en la tabla, desmotivó a los jugadores (para qué está el cuerpo técnico), que en más de una ocasión han saltado al campo para cumplir el trámite. Para eso mejor no comprometerse. En este sentido, se ha podido comprobar que la exigencia no ha sido mucha. Como local aún ha demostrado una mejor cara, ha sido capaz de ganar a equipos con menos calidad, pero a su vez se ha visto impotente para hacer frente a determinados conjuntos, caso de los primeros de la tabla. Salvo alguna que otra excepción, la imagen ofrecida ha sido bastante mala, inferior a la plantilla confeccionada.

A mitad de temporada era décimo y tenía que estar más pendiente de tratar que no le pasara que de alcanzar al noveno. Una muestra más de las pocas aspiraciones reales que se han manejado. En este sentido, Bronte parece que ha sido condescendiente con los suyos y ha bajado el pistón a medida que transcurría la liga. La segunda vuelta, claramente, ha sido para olvidar. Con pocas alegrías, con muchas derrotas (hasta diez) y con pocos goles a favor (19) han sido unos meses de calvario pese a que en las últimas jornadas, cierto que con un calendario más asequible, han sido medianamente competitivos. La veteranía de Moisés, Javi Tres o de Arpón, en los pocos partidos en los que ha estado presente, así como de gente del pueblo como Juanma, Parri, Tito o Escalada, entre otros, no ha evitado que la desilusión haya sido una constante en el San Miguel. Momento para recapacitar y reflexionar, de darle una vuelta a lo sucedido en las últimas campañas y actuar en consecuencia. Quizá un proyecto menos ambicioso, pero más compromiso pueda ser la clave para que el fútbol no decaiga en Rincón de Soto. Al menos, con la cantera sí se está trabajando.
Agoncillo, 13º con 38 puntos

El Agoncillo quería, esta temporada acomodarse en la zona templada. No pasar apuros y dar continuidad al proyecto de la campaña anterior. Para ello, hubo refuerzos de jugadores que habían estado en clubes mejor clasificados y que se suponían iban a dar un salto cualitativo a la plantilla. Sin embargo, verse en la jornada 11 con 5 puntos en el casillero, y con 5 goles a favor (el que menos en esos momentos), no fue lo más adecuado para exprimir el rendimiento de la plantilla. Por suerte, tras la destitución de Héctor Blanco y la llegada de Israel Villarreal, después de perder frente al Bañuelos y ver que el Agoncillo parecía agonizar y a la vista de la recta final de la primera vuelta, donde los avioneros tenían que medirse a rivales directos, el conjunto de San Roque enderezó el rumbo y pudo concluir la temporada como décimo tercero con 38 puntos (16-22), 35 goles a favor y 57 en contra (los números con Villarreal son 29 puntos, 27 a favor y 33 en contra en 23 jornadas).


Lo dicho el equipo no carburaba. La apuesta por defender y esperar la oportunidad al contragolpe no funcionaba. Parecía había muchos problemas defensivos, con una zaga vulnerable y frágil que no estaba respondiendo a las expectativas. Por si acaso, el centro del campo no estaba cómodo jugando a esperar y sufría más de la cuenta. Evidentemente, el ataque parecía casi olvidado. Sólo el bagaje de goles de 8 goles en 15 jornadas era significativo. El cambio vino con el nuevo entrenador. Se consiguió un mayor equilibrio defensa-ataque al que ayudaron los 7 puntos sumados en las cuatro últimas jornadas de la primera vuelta. Se tomaba un respiro y se alejaba de la zona peligrosa, aunque siempre con la tensión de no olvidarse de dónde venían. Era como si el grupo jugara ahora con otra alegría, menos robotizado y más dinámico. El triunfo en Isla ante el Anguiano vino a ratificar que el trabajo estaba dando sus frutos y que este grupo podía seguir evolucionando. Después de la jornada 22, que el Agoncillo fuera décimo tercero con hasta 9 puntos de ventaja respecto al descenso era todo un logro. El cambio de entrenador fue acertado.


Le llegaba entonces un calendario complicad, sobre todo en casa, ante rivales de otra liga. Pese a que el equipo fue competitivo, pequeños detalles provocaron que se llevaran goleadas quizá excesivas. Parecía que la relajación había vuelto a aparecer, pero unos últimos dos meses en los que se combinaban derrotas, con empates y algunas victorias dejó al Agoncillo, al final, en una posición por encima de lo ha estado durante la temporada. De hecho, los 17 puntos que ha sacado al descenso son demasiados, ya que durante el primer tercio liguero estuvo codeándose con ellos. La experiencia de Josean, que se retira tras comprobar que podía volver a jugar tras una importante lesión, y de Cata, unido a la constancia de Navarro o de Luis, así como al saber hacer de Jaime, Buchi, Tote y Javi Sanz, quizá menos regulares que en otras campañas, la aportación de Joel, el trabajo de Jony, el desequilibrio, cuando ha podio explotarlo, de Joi Gordo y la capacidad goleadora de Javi Gómez y de Diego (importante en la segunda vuelta) han sido suficientes para aliviar las penas de un Agoncillo que tuvo que actuar porque la dinámica era negativa.

2 comentarios:

  1. El cambio de entrenador y también el fichaje de Javi Gómez y luego de Diego le dieron mucho gol al equipo. En mi opinión mas lo segundo que lo primero.

    ResponderEliminar
  2. Ambas circunstancias coincidieron. El primero quita la dinámica negativa existente y los dos delanteros le dieron gol. En estas cosas nunca se sabe si el entrenador o los jugadores son más determinantes. La combinación de ambos, eso seguro, ha permitido que el Agoncillo no haya sufrido en las últimas jornadas.

    ResponderEliminar