viernes, 25 de mayo de 2012

Balance de Tercera (IV)

Prosigo con el penúltimo capítulo del balance de Tercera, sin los equipos que han jugado fase de ascenso. En esta ocasión son Pradejón, Berceo, San Marcial y Calasancio.

Pradejón, 14º con 36 puntos 

Con unas pretensiones coherentes y justas, el Pradejón buscaba asegurarse cuando antes la permanencia, tratar de agradar sobre todo a su afición y transmitir que los chavales se divierten jugando. Podrán lograr mejores o peores resultados, pero en Pradejón el fútbol se mantiene vivo. Sin volverse loco, ha logrado el objetivo. Acabó la temporada décimo cuarto con 36 puntos (18-18), 39 goles a favor y 83 en contra (tercero de la liga que más, un dato a tener en cuenta). Desde el comienzo se pudo ver que a los verdiblancos no les importaba perder por goleada (8 le metió el Varea en la jornada inaugural, 7 le endosó el Náxara), su propósito era buscar la portería rival. Quizá ese ímpetu provocara que a la contra equipos con gran finalización con espacio acabara 'matando' muchos partidos ante los de Roberto Ramos.

Lo de este equipo es curioso. Sumó sus primeros 12 puntos en 13 jornadas. Todos como local. Hasta ahí todo más o menos esperado. Lo anecdótico fue que luego encadenó 16 puntos seguidos a domicilio, no volvió a puntuar en casa hasta la jornada 31. Por un lado, dices, buen rendimiento como visitante, pero por otro, piensas, menos mal porque sino quizá ahora estaría en Regional. Probablemente esa falta de regularidad les ha pesado durante toda la temporada. Ha realizado partidos en los que ha ofrecido una buena imagen, con el equipo tratando de jugar, dominando, arrinconando a su oponente... pero sin gol. Es decir que su propuesta ha estado por debajo de lo generado. Y luego ha habido duelos en los que es como si no se hubieran presentado, inoperantes, carentes de actitud, fácilmente dominados... Esa irregularidad ha hecho mella, principalmente en casa, donde, como he apuntado, pese a causar una buena sensación les ha faltado rematar la faena. El ejemplo más claro se dio en el partido contra el Alfaro. Los verdiblancos fueron superiores, dejaron sin balón a los blanquillos y sufrieron mucho. Sin embargo, dos acciones a balón parado le dieron el triunfo a los visitantes. Así es el fútbol. Se podría decir que el bloque, como colectivo, ha pecado de cierta inexperiencia

El hecho de no estar nunca agobiado clasificatoriamente, pese a que nunca ha abandonado la zona baja de la tabla, y tener que disputar partidos a vida o muerte ha ayudado al rendimiento de los pradejoneros. Una vez lograda la salvación, ha existido cierta desmotivación aunque por lo menos volvieron a dar un triunfo a sus aficionados después de más de cinco meses. En definitiva, una campaña en la que la continuidad del ejercicio anterior y la apuesta por gente de la zona han hecho posible que el Pradejón continúe en Tercera. Abel León ha sido su máximo goleado (9) y uno de los más desequilibrantes de la plantilla en la que los Abraham, Benji, Garatea, Julen, Kike, David, Joseba, Samuel o Ángel (seguro que me dejo a alguno) han sido jugadores fundamentales para conseguir que el el club siga en la categoría.

Berceo, 15º con 34 puntos

Insistencia, trabajo, esfuerzo, intensidad, ritmo, unión... eso es el Berceo. Lo ha sido siempre. Sin esas características el club estaría en Regional. Víctor Ubis, exigente y metódico allí por donde pasa, ha sabido sacar el máximo potencia de un equipo en el que se ha mezclado la juventud de jugadores de la casa con la experiencia dada por otros futbolistas que han sabido mimetizarse con ese espíritu (Víctor, Ismael, Chuchi o Nacho, pese a que lleva varias temporadas). El bloque es lo que ha permitido que el Berceo haya logrado la salvación. A mitad de temporada parecía complicado, pero el equipo respondió ante las adversidades, sumó, independientemente el rival, y disputó cada partido como si fuera el último. Esa entrega da puntos al final de 38 jornadas. El mérito está mantenerla, en ser constantes y no bajar el pistón ni un ápice. Labor de entrenador. Con orden táctico, con intensidad defensiva, con presión asfixiante y con dosis de calidad, no vaya a ser que se piense que había cojos (permitirme esta expresión), los verdes han demostrado que había capacidad para estar tranquilos, pero sin bajar la guardia.

Pero claro cuando tras una primera vuelta en la que sólo se ha podido sumar en seis partidos, vienen las dudas. El Tedeón apretaba por detrás y parecía que la permanencia se complicaba. Por suerte la reacción fue extraordinaria para acabar décimo quinto con 34 puntos (12-22), 38 goles a favor y 61 en contra. Sin embargo, tras las primeras 19 jornadas, salvo algún partido puntual, la sensación era de que se estaba trabajando bien, ya que 9 derrotas habían sido por la mínima, es decir, que se disputaban hasta el final. Faltaba rematar la faena, el gol, un aspecto que se mejoró en la segunda vuelta (24 por los 14 de la primera). Quizá la irrupción, aunque fuera en los últimos meses del juvenil Rubén Peña fuera determinante (ha finalizado en Tercera con 10 dianas). Pero este grupo, apelando a lo mismo que trabajaba desde el comienzo liguero vio como el esfuerzo realizado en los meses anteriores daba sus frutos. El Berceo empezaba a sumar y eso daba confianza al equipo. La victoria ante el Anguiano fue el punto de inflexión. A partir de ahí creyeron más en sus posibilidades ofensivas y los resultados no tardaron en llegar.

La victoria ante el Calasancio en La Estrella resultó definitiva para amarrar la permanencia. Una muestra más de la comeptitividad y capacidad de este grupo se vio en el Príncipe de Viana, donde remontaron en los últimos minutos un 2-0 adverso. Ver para creer. Es lo que tiene el Berceo: empuje, empuje y empuje. Javi López, Íñigo, Terroba (que llegó en invierno tras marcharse del San Marcial), Juanmi, Cañas, Aarón, Acobi, además de los mencionados Chuchi, Víctor, Ismael y Nacho, en su última temporada, junto a otros muchos han hecho posible que el Berceo haya sido competitivo.


San Marcial, 16º con 34 puntos

Los números de Luis Miguel Torres lo dicen todo: 5 puntos, 6 goles a favor y 26 en contra en 11 jornadas. El San Marcial necesitaba un cambio porque el equipo entraba en una espiral negativa, ocho derrotas en los últimos nueve partidos. El exentrandor siguió en el club y dejó su lugar a Tito Bengoecha. Hubo reacción con 10 puntos en 8 jornadas (las seis últimas sin perder y con sólo dos goles encajados en un único partido). La clave estuvo en la defensa. Por ahí cimentó el nuevo preparador la permanencia. El club había encontrado el revulsivo necesario para sacar al equipo del pozo y darle tranquilidad. Aun así costó porque después de esa racha positiva llegaron seis derrotas que volvieron a crear dudas sobre la trayectoria de los de Lardero. Pero tres triunfos en el Ángel de Vicente (Calasancio, Vianés y Pradejón) dieron consistencia para demostrar que el camino era el adecuado. 

Después de la jornada 30, con 24 puntos en el casillero había una relativa calma porque el San Marcial aún tenía enfrentamientos directos con los equipos de abajo. Además, se había ganado en consistencia y competitividad. Ya no era ese colectivo frágil que a la mínima se derrumbaba, ahora la concentración duraba más allá de los noventa minutos (de hecho han sumado bastantes puntos en los instantes finales de los partidos) y los jugadores se veían capacitados para vencer y eso es importante, no salir derrotado antes de jugar. Eso se transmitía en el campo y era un síntoma de que el San Marcial, pese a un comienzo nefasto, iba a revertir la situación. Lo hizo y convenciendo. De hecho, tres victorias y un empate en las últimas seis jornadas propiciaron que el equipo apuntara a una clasificación impensable en octubre. Al final, el San Marcial acabó décimo sexto con 34 puntos (15-19), 29 goles a favor (el segundo que menos) y 75 en contra. 

Ha servido, además, para que Javi Torres, máximo goleador, haya explotado pese a que las circunstancias no han sido fáciles. También ha sido importante la labor de hombres experimentados como Vallejo, Jorge Rodríguez o Iván Delgado. Los goles, y el trabajo, de Rivas también han sido determinantes, así como la labor desarrollada por Samuel, Ubis, Vargas, Hernáez, Jimeno o Zapata, entre otros.


Calasancio, 17º con 31 puntos

Joserra, Óscar, Nacho y Santana, junto al entrenador Nacho Ruiz, habían dejado el equipo para emprender la aventura del Náxara. El club tomaba decisiones al respecto. Quitaba el filial, que estaba en Regional, y daba las riendas del equipo a Chuchi Martínez. Mucha gente joven, nuevo técnico... había dudas en el ambiente. Pese a ello, hombres importantes: Víctor Nicolás, Uyarra, Geru, Pipo, Gonzalo, Metola (que ha vuelto a recuperar sensaciones futbolísticas) permitían albergar esperanzas en esta transición. sin embargo, pasado el primer cuarto liguero parecía que los colegiales no iban a sufrir en exceso. Además, jugadores como Movellán, Chavarri, Nacho, Asier o Michel han contribuido a lograr el objetivo. Después de la jornada 14, cuando sumaron un punto en El Mundial'82 ante la SDL, el Calasancio llevaba 17 puntos en su casillero (margen de 12 sobre el descenso). Cierto que el equipo ya empezaba a dar muestras de que los duelos en La Estrella se le hacían muy largos, que le costaba mucho sacar adelante los choques, pero parecía el trabajo y la savia nueva marcaban el camino correcto.

Ocho derrotas consecutivas empezaron a meter el miedo en el cuerpo a los colegiales. El Tedeón había recortado la diferencia y después de la jornada 22 sólo había tres puntos de renta. ¿Miedo? ¿Nervios? De todo un poco. La inercia era mala. Por si fuera poco, ante la Oyonesa, en el siguiente partido, se pusieron 2-0. El duelo parecía ganado, pero los blanquiazules tiraron de orgullo en los minutos finales y aguaron el triunfo a los locales empatando. Otro resultado que generaba expectación. El duelo ante el Bañuelos se aplazó por nieve y los colegiales afrontaban cuatro reválidas importantes: River Ebro y Agoncillo (en casa), San Marcial y Ciudad de Alfaro (fuera). Era el momento de la verdad. Ahí podía estar la salvación. Contrario a lo que se podía pensar, la única victoria llegó ante el River Ebro, además de dos empates contra Agoncillo y Ciudad de Alfaro, en un choque en el que sí salieron las cosas. Se produjo un nuevo sentimiento, se pueden acabar con esas sensaciones negativas. ¿Fútbol? El Calasancio aprieta, no deja jugar, incomoda, entorpece, rompe el ritmo, aprovecha el balón parado para intimidar... esa es su manera de entender este deporte. Ahí saca el máximo rendimiento, cuando el choque está trabado, sin dueño, áspero. No se le puede exigir combinar desde atrás y llegar arriba con la pelota en su poder, abrir a bandas y centrar para su delantero. Sería un suicidio. Conocer sus limitaciones ha sido clave para que el Calasancio lleve varias campañas en Tercera.

Se llegaba a la jornada 28 con 7 puntos de margen. Pero 1 punto en cuatro partidos volvía a permitir al Tedeón colocarse a un duelo de diferencia. Los colegiales afrontaban un peor calendario, pero dieron lo mejor de sí mismo. Primero ante la SDL, perdieron por la mínima en un choque equilibrado en el que tuvieron opciones. Fue en La Planilla donde certificaron su presencia en la categoría. Su triunfo fue un bálsamo para los de Escuelas Pías, que afrontaban el duelo ante el Tedón con más tranquilidad. Por si había dudas, pasaron por encima de los de Navarrete para amarrar una permanencia sufrida. Al final, el Calasancio acabó en décimo séptima posición con 31 puntos (17-14), 33 goles a favor y 62 en contra.

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