Todo es posible. Las cuentas están ahí. La pena es que la Unión Deportiva Logroñés todavía no depende de ella para meterse en la fase de ascenso a Segunda. Debe esperar un tropiezo más del Alavés, por si acaso también otro del Guijuelo, y una derrota (o dos empates siempre que no sea en el choque ante los balnquirrojos) del Amorebieta. Todo este baile se debe a que la UDL hizo lo más complicado, seguir vivo, tras ganar en el Ruta de la Plata en un partido en el que los riojanos volvieron a demostrar que están de dulce, que su estado anímico es superior al resto, que no se le ha olvidado jugar al fútbol, que ahora sí cree en sus posibilidades, que acepta los retos y que disfruta, aunque por momentos tenga capacidad para sufrir, de una racha (siete victorias en las últimas ocho jornadas) que no debe parar si el sueño, casi una pesadilla hace unos meses, esté latente y se respire.
Vencer en Zamora no fue sencillo. Sobre todo porque a los de Pepe Calvo les costó coger el ritmo al encuentro. Empezaron como dosificando, dejando hacer a un cuadro local, muy competitivo. Los locales, con poco, constataron que no iban a regalar nada, como ya hicieran en la primera vuelta en Las Gaunas, donde lograron un inmerecido triunfo.Sin embargo, Durán, fundamental en la evolución ascendente de este equipo durante la segunda vuelta, apareció para reivindicar que la UDL quería seguir soñando. Un par de acciones suyas envalentonaron a los suyos y metieron el miedo en el cuerpo a los castellanos, que empezaban a ver como su portero Sergio Sánchez se erigía en protagonista. Manu García pudo adelantar a los blanquirrojos, pero la meta se le hizo pequeña. Se llegaba al descanso con la sensación de que se podía ganar. Así se constató después.
La tónica fue similar en la segunda parte y de nuevo las ocasiones fueron visitantes. Parecía que el juego se trababa, que el Zamora respiraba un poco (incluso con una falta de Matador repelida por el larguero), pero entonces llegaron dos zarpazos letales en 5'. Primero Manu García, que está vez no desperdició su ocasión y desterró de un plumazo la mala suerte que se venía cebando con el futbolista esta campaña. Se aprovechó de un error de los centrales para colocarse delante del muro Sergio Sánchez. Pero esta vez, el vitoriano no falló. Picó el balón ante la salida del guardameta para alegría de los blanquirrojos. Sin tiempo para la reacción, Sergio Rodríguez, con calidad y experiencia, apuntillaba la victoria con un tanto que volvía a disparar la adrenalina. Había que 'matar' el choque y tratar que en los poco más de 20' los locales no se volvieran a meter en el partido. Se intentó. La UDL cedió unos metros y el Zamora, casi por inercia, empujó un poco.
La consecuencia fue que Josete recortara distancias y pusiera emoción al encuentro. Calvo movió el banquillo e introdujo piernas frescas para esos últimos minutos. Una decisión acertada porque el equipo había bajado la constancia en la presión. Los riojanos debían acabar la faena y no dejarla a medias. Supieron sufrir y se llevaron los tres puntos, que, en estos momentos, son vitales para que la entidad blanquirroja piense que aún es posible. Difícil porque hay mucha ventaja que recuperar, pero, por lo menos, que no se diga que no se haya intentado. De poco sirve lamentarse de puntos perdidos en el camino. Sólo hay que mirar el próximo partido ante la Segoviana.
Un enfrentamiento que, finalmente, será el sábado a las 17.00 horas. En esta ocasión, la Unión Deportiva Logroñés ha demostrado sensibilidad para ubicar el partido en ese día y a esa hora. Por un lado, evita coincidencia con la final del Parejas de pelota, donde la pareja riojana Titín III y Merino buscarán la 'txapela' ante Xala y Laskurain. Asimismo, se acepta la petición de los segovianos para que el duelo no fuera el domingo por la mañana (12.00 horas), puesto que de esta forma, tenían que haber pernoctado en Logroño, con lo que eso supone para la economía de un club ya descendido a Tercera. E incluso, tampoco habrá coincidencia con la salida de la Valvanerada, previsto unas horas más tarde del comienzo del partido. Es más, el club riojano no consumirá luz, al no tener que encender, en principio, los focos del campo. Un gasto menos para sus arcas. Diferente visión se podrá dar desde el lado del aficionado, que probablemente pueda tener otros planes para el sábado por la tarde. Sólo faltará la victoria y esperar que el Amorebieta pierda, entre otras cosas.
La tónica fue similar en la segunda parte y de nuevo las ocasiones fueron visitantes. Parecía que el juego se trababa, que el Zamora respiraba un poco (incluso con una falta de Matador repelida por el larguero), pero entonces llegaron dos zarpazos letales en 5'. Primero Manu García, que está vez no desperdició su ocasión y desterró de un plumazo la mala suerte que se venía cebando con el futbolista esta campaña. Se aprovechó de un error de los centrales para colocarse delante del muro Sergio Sánchez. Pero esta vez, el vitoriano no falló. Picó el balón ante la salida del guardameta para alegría de los blanquirrojos. Sin tiempo para la reacción, Sergio Rodríguez, con calidad y experiencia, apuntillaba la victoria con un tanto que volvía a disparar la adrenalina. Había que 'matar' el choque y tratar que en los poco más de 20' los locales no se volvieran a meter en el partido. Se intentó. La UDL cedió unos metros y el Zamora, casi por inercia, empujó un poco.
La consecuencia fue que Josete recortara distancias y pusiera emoción al encuentro. Calvo movió el banquillo e introdujo piernas frescas para esos últimos minutos. Una decisión acertada porque el equipo había bajado la constancia en la presión. Los riojanos debían acabar la faena y no dejarla a medias. Supieron sufrir y se llevaron los tres puntos, que, en estos momentos, son vitales para que la entidad blanquirroja piense que aún es posible. Difícil porque hay mucha ventaja que recuperar, pero, por lo menos, que no se diga que no se haya intentado. De poco sirve lamentarse de puntos perdidos en el camino. Sólo hay que mirar el próximo partido ante la Segoviana.
Un enfrentamiento que, finalmente, será el sábado a las 17.00 horas. En esta ocasión, la Unión Deportiva Logroñés ha demostrado sensibilidad para ubicar el partido en ese día y a esa hora. Por un lado, evita coincidencia con la final del Parejas de pelota, donde la pareja riojana Titín III y Merino buscarán la 'txapela' ante Xala y Laskurain. Asimismo, se acepta la petición de los segovianos para que el duelo no fuera el domingo por la mañana (12.00 horas), puesto que de esta forma, tenían que haber pernoctado en Logroño, con lo que eso supone para la economía de un club ya descendido a Tercera. E incluso, tampoco habrá coincidencia con la salida de la Valvanerada, previsto unas horas más tarde del comienzo del partido. Es más, el club riojano no consumirá luz, al no tener que encender, en principio, los focos del campo. Un gasto menos para sus arcas. Diferente visión se podrá dar desde el lado del aficionado, que probablemente pueda tener otros planes para el sábado por la tarde. Sólo faltará la victoria y esperar que el Amorebieta pierda, entre otras cosas.
Así es. Ni más ni menos.
ResponderEliminarSML