viernes, 24 de mayo de 2013

SDL, la unidad del bloque

Novato en la categoría, plagado de futbolistas riojanos (todos menos dos), con jugadores, algunos, con poco bagaje en Segunda B... no era sencillo debutar en la división de bronce con tantas incógnitas por despejar. Sin embargo, la Sociedad Deportiva Logroñés ha ido cubriendo etapas tal y como han venido. Ha sabido adaptarse a las circunstancias, resolver los problemas que han ido surgiendo con el paso de los meses, mostrarse competitivo (salvo algunas goleadas sonrojantes), explotar sus virtudes y ofrecer alternativas siempre teniendo los pies en la tierra y sabiendo de dónde venía. La clasificación final, décimo con 46 puntos, no hace sino confirmar que la temporada ha sido exitosa, ya que su único objetivo, que no es poco, era lograr la permanencia. Para averigurar dónde ha podido radicar ese éxito, quizá haya que apuntar a la unidad del bloque, al trabajo y al esfuerzo dado por todos los futbolistas por el bien común

En términos deportivos, la SDL ha terminado como el segundo equipo más goleado del grupo (60 tantos encajados). En este sentido, hay que destacar que en 9 partidos (casi un cuarto de la liga) ha recibido más 3 goles, una auténtica losa. Pese a ello, el conjunto no ha perdido el norte, ha sido consciente de que cada choque es un mundo y que en nada tiene que ver con el anterior. Los duelos directos son los que han marcado el devenir de la SDL y ahí sí que los blanquirrojos han sido competitivos, han demostrado saber estar y pericia para sacar adelante los encuentros. La culpa de esa posible bipolaridad recae en Agustín Abadía, que ha sabido adaptar a su equipo a las circunstancias (ahí están la infinidad de variaciones obligadas en defensa debido a las bajas por lesión y sanción), al rival que tenía enfrente (diferentes dibujos tácticos, diversos modos de jugar) y a los estados de forma de sus jugadores. Favorecidos o no por las sanciones y lesiones (un obstáculo en otros clubes que aquí se ha convertido casi en una virtud por cómo se ha gestionado), todos los futbolistas, algunos más y otros menos, han tenido oportunidades y protagonismo (se han sentido valorados e integrados en un bloque). En esta línea, la gestión de la plantilla ha sido excepcional, a la vista está el rendimiento de los futbolistas tanto a nivel individual como colectivo.

A continuación, aportaré un breve análisis sobre cada futbolista de la SDL. Empezaré por la portería. Pisón (decidió marcharse en enero) comenzó como titular mostrando sus cualidades, sobriedad y mando dentro del campo. Una lesión le dio la oportunidad a Gonzalo, que aprovechó sus virtudes, los reflejos, para ir asentándose debajo de los palos. Su alternativa fue en un momento complicado porque el equipo encajaba muchos goles, pero el guardameta riojano era, casi siempre, el más destacado. Su único lunar, como se ha visto a lo largo de la temporada, ha sido cierta inseguridad en los balones aéreos, un aspecto a mejorar. Por su parte, Mandalúniz ha evidenciado ser un portero más cuajado, con buen golpeo de balón y que ha dado más seguridad en las salidas. 

La línea defensiva, la más movida, ha mostrado una gran adaptabilidad. Salazar se lesionó contra el Lleida, por lo que poco se puede decir del jugador de Lardero, que, por si fuera poco, la semana que iba a volver a la convocatoria recayó de su lesión. Yécora ya comenzó la pretemporada con molestias en la rodilla, pese a ello trató de jugar, pero los dolores eran tales que tuvo que parar. Cuando parecía que se estaba consolidando en el centro de la zaga, se lesionó de nuevo. Por lo que sus aparaciones han sido intermitentes. Metola, otro central al que las sanciones y las lesiones le han ido poniendo y sacando como titular. Como le sucede a Moya, al ser dos jugadores de envergadura acusan, en negativo, cuando no está a tope físicamente. Ahí se les ven sus carencias, sin embargo, en plenitud de facultades, los dos, han demostrado ser rocosos en el juego aéreo, contundentes y expeditivos en las coberturas. Cuando más sufrían era cuando los delanteros tenían mucha movilidad y trataban de sacar del sitio a los defensas. El vizcaíno, por ejemplo, notó que llegó al equipo fuera de forma, lo que le costó un tiempo adaptarse a lo que exigía su entrenador. Cogido ese punto, ha sido un baluarte defensivo.

Todo lo que se diga de Gerardo puede ser poco. Futbolista con muchos kilómetros en sus piernas y que ha decidido poner punto y final a su trayectoria junto a su hermano. Ha demostrado que la edad no es un obstáculo, ahí está su ejemplo siendo el primero en emplearse a fondo en cada partido, en no esconderse, en tratar de liderar, desde el campo, al resto de compañeros. Como lateral derecho, izquierdo o incluso de central su rendimiento siempre ha sido el esperado. Quizá al comienzo liguero pecó de ganas, puesto que las tarjetas amarillas (fue expulsado en varias partidos) fueron una losa para mostrar su mejor cara. Omar, que también se ha retirado esta campaña, asimiló que le iba a tocar sufrir desde el lateral. Como extremo reconvertido, ya apuntó, desde el principio, que en defensa iba a tener problemas, sobre todo, con futbolistas veloces y que encaran (algo que también la ha pasado a Laencina). Las lesiones le han mermado en la ilusión y tras ver los pros y contras ha apostado por cerrar su etapa deportiva. Laencina se ganó el sitio en pretemporada. Otro extremo izquierdo adaptado a lateral que ha tenido su protagonismo, curiosamente, en la faceta ofensiva. El de Ribafrecha ha mejorado, con el paso de los meses en las labores defensivas, y ha evidenciado una buena salida de balón desde su perfil. Quizá le haya faltado continuidad. Por su parte, Ledo, sin duda, ha sido el futbolista blanquirrojo que más evolucionado. De aparentemente ser uno más en la plantilla a convertirse en titular indiscutible. Con el paso de las semanas ganó en confianza y en saber estar en el campo. Contundente y práctico en defensa, ha demostrado, en más de una ocasión, que la fe mueve montañas (ahí está el gol marcado contra la UDL en la primera vuelta). Como colofón a su excepcional temporada queda el tanto logrado ante el Barakaldo, sorprendiendo desde el lateral y poniendo el balón en la escuadra. El trabajo y las ganas como forma de vida.

Pitu comenzó siendo más importante en la primera parte de la temporada, dando equilibrio por delante de la zaga. Una lesión y una posterior sanción le apartó del equipo y Abadía tuvo que buscar alternativas. De hecho, le costó recuperar un sitio en el once. Rendimiento regular. Esaúl, por su parte, ha entrado y salido del once más por las ausencias que por méritos propios. Futbolista con calidad, al que su aparente frialdad le ha impedido jugar más minutos. Candelas supo reciclarse para prolongar su carrera deportiva, y poder jugar más minutos, y esta campaña Abadía lo ha utilizado más en labores defensivas en la medular que en las ofensivas. Quizá la sensación que queda es la del riojano golpeando, en muchas ocasiones, a la primera balones en largo sin destinatario. Nadie le puede reprochar que no se haya entregado en cada momento, más allá de que haya estado o no acertado durante el partido. Ha puesto la intensidad. Fran Sota es un futbolista de mucha calidad, que oxigena al equipo cuando el de Aldeanueva entra en contacto con la pelota. El pero ha sido la falta de continuidad, en ocasiones, debido a las lesiones que ha arrastrado. Entre líneas hace mucho daño y cuando ha sido el referente el equipo lo ha agradecido. Esta campaña ha tenido que emplearse más a fondo en defensa y eso ha mermado sus facultades ofensivas. Miguel, el capitán, ha sido el primero en renovar. Vital para Abadía ha sido una pieza importante en la SDL. Ha combinado el centro del campo con el lateral diestro e incluso el izquierdo, donde su rendimiento baja enteros. Futbolista diésel que, sin embargo, ha acusado, en determinados momentos de la temporada, cierto agotamiento físico. Sacrificado sin balón e inteligente con él.

En los extremos, Del Puente acusó el comienzo liguero. Falto de confianza no desbordaba, se quedaba siempre a medias, quería pero no podía. Curioso que tras retrasar su posición al lateral, por circunstancias, se vio al mejor Del Puente. Cuando volvió al extremo demostró su potencial, su habilidad para acabar jugadas, para superar rivales y para liderar las contras. Hierro gozó de minutos al principio de temporada y parecía que le ganaba la partida a Del Puente, pero una lesión le dejó el camino libre al calagurritano. En el tramo final ha tenido algo de presencia en la recta final de los partidos. Toledo inició la campaña siendo uno de los futbolistas más desequilibrantes del equipo, ya que parecía que todas las acciones de peligro salían de sus botas. Con el paso de las jornadas su rendimiento disminuyó, incluso fue desapareciendo no ya del once, sino de las convocatorias. Asumió que había que trabajar duro en los entrenamientos para ganarse de nuevo el puesto. Un peaje que ha tenido que pagar.

En la delantera, Jorge Herreros ha terminado la temporada como 'pichichi' blanquirrojo con 6 goles (con 5 se han quedado Toledo, Olavarrieta y Ledo). Comenzó siendo la referencia ofensiva; un incordio para las zagas rivales, jugando mucho de espaldas y tratando de finalizar las jugadas. El trabajo le pasó factura y fue perdiendo la chispa hasta el punto de pasar a un segundo plano. Pero no desfalleció, insistió para recuperar su lugar y tras la lesión de Olavarrieta gozó de oportunidades hasta el punto de no desaprovecharlas. Olavarrieta, bien de ariete o escorado a una banda, ha demostrado ser un jugador básico para la SDL. Su zancada, constante presión y velocidad han puesto en jaque a las defensas rivales. Ha tenido que luchar, en ocasiones, en solitario para crear generar ocasiones o goles de la nada (sirva como ejemplo el tanto logrado en Las Llanas). Futbolista solidario en el esfuerzo, consciente de lo que es y humilde dentro del campo. Tamayo, otro jugador que se ganó la ficha en pretemporada, ha evidenciado ser un futbolista útil. Ha cumplido un rol muchas veces ingrato, el de revulsivo. Insistente, veloz, incansable, con mucha movilidad ha sido insufrible para zagueros altos a los que se les hace de noche cuando la pelota va por abajo. Javi Torres ha podido ser el futbolista con menos oportunidades en el equipo. El joven delantero sabía que iba a ser una temporada para aprender más que para disfrutar a título individual. Pese a ello, tuvo su momento con el tanto decisivo, un auténtico golazo (muestra de su clase) en Copa del Rey ante la UDL.

En definitiva, un bloque repleto de individualidades que han sabido ponerse al servicio de un grupo perfectamente gestionado por Agustín Abadía, gran valedor del éxito blanquirrojo. Carácter, confianza y fe han sido características de un conjunto fiel a sus principios. Ahí ha estado la fuerza de este club al que sólo hay que ponerle una pega, que pese a haber subido de categoría no ha podido arrastrar a una mayor masa social. Quizá es el debe para poder continuar evolucionando como institución. 

2 comentarios:

  1. Interesante artículo. Pero me gustaría que fueras un paso más allá. Según tu criterio ¿A quien renovarías de la SDL y a quién darias la baja?

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  2. Gracias. Me pides mucho porque ni soy el director deportivo ni el entrenador de la SDL para saber qué es lo que quieren y qué opciones de fichajes tienen. Aun así, trataré de contestarte. Mandalúniz, Gonzalo (portería cubierta); Ledo, Moya, Metola, Salazar y Yécora (creo que a ambos los quiere renovar el club) y Laencina; Pitu, Fran Sota, Candelas (creo que tiene contrato), Miguel (ya ha renovado), Del Puente, Toledo; Olavarrieta (tiene contrato), Jorge Herreros y Tamayo. Todos estos serían jugadores, si se quiere una línea continuista que renovaría. Ahora bien, hay que saber si estos futbolistas también quieren seguir en el club y, como te he puesto antes, conocer qué posibles fichajes se sondean porque eso podría provocar que algunos puestos ya estuvieran cubiertos.

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