lunes, 15 de diciembre de 2014

La estrella de algunos

En todos los equipos, hay jugadores estrellados y otros nacidos con estrella. La Unión Deportiva Logroñés no iba a ser una excepción. Desconozco el motivo, pero el aficionado, no digo que en general aunque sí un sector, tiende a criticar el producto local cuando por unas cosas o por otras esa persona comete más errores de los habituales. También, en esta línea, suele reprochar, está en su derecho, el desacierto de aquellos futbolistas, sobre todo, negados cara a portería. Si ambos aspectos se juntan, el cóctel puede ser explosivo. Si hay alguien en el punto de mira de los blanquirrojos es Ubis (ojo porque Miguel también suele incluirse en esa lista de marcados), capitán del equipo, criticado desde que regresó a Logroño, y que ayer, un día más, tuvo que escuchar algún que otro silbido desde las gradas hacia su persona.

El delantero, reubicado ante el Marino de Luanco como enganche, estuvo con el punto de mira desviado. Falló un penalti, desperdició una gran oportunidad por picar cuando a lo mejor lo más práctico era buscar portería y cruzó en exceso cuando lo más complicado, sobre el papel, era enviarla fuera. Tres acciones puntuales, tres posibles goles, que generaron una ansiedad y presión en el futbolista desmedida. Poco se habla del trabajo realizado, de la buena presión ejercida durante el tiempo que estuvo en el campo, de cómo realizó desmarques, tanto de apoyo como de ruptura, para dar facilidades a sus compañeros, de la predisposición constante que tuvo para ayudar a los suyos. Al final, con lo que la gente se queda es con los tres errores. Tres fallos que provocan que en la sustitución sea despedido con pitos, aunque también hubo algún aplauso.

En el otro lado, aparece Joel Valencia. Un futbolista diferente en esta UDL. Habilidoso, muy técnico (aún está en la retina el primoroso control realizado frente al Coruxo para evitar que la pelota se marchar fuera de banda), con gran desborde en carrera, combinativo... Cuando un jugador sale al campo y es aplaudido el subidón que da ayudará a jugar con más confianza, a atreverse a hacer cosas que en otras circunstancias no se intentarían. Cierto que cuando recibe el balón se esperan detalles distintos y en muchas ocasiones así es. Sin embargo, aparentemente, el número de minutos debería ser mayor en función del agrado del aficionado. Cabe preguntarse los motivos por los que hay veces que ejerce de revulsivo, las causas que provocan que Pouso pocas veces lo haya puesto como titular. Quizá pese más la regularidad, el trabajo constante, el aprovechar las virtudes de un futbolista que con espacios puede ser letal, que sirve para revolucionar los encuentros cuando están atascados (sobre todo al comienzo liguero, ahora ya no es tan 'microondas'), pero al que le cuesta ir hacia atrás, trabajar para el equipo, principalmente si juega por delante de los dos pivotes. Pero claro eso en la grada no se percibe, lo que gusta, y me parece lícito, es el ofrecer destellos que, en ocasiones, son poco productivos (las cosas como son) para el equipo.

Puede que me haya extendido, pero consideraba importante reflexionar sobre ello. Ahora habrá quienes piensen que me gusta más Ubis que Joel Valencia, a lo que contesto que más que hablar de preferencias pienso que es más interesante pensar en qué jugadores te van a dar más (con sus pros y sus contras) en el campo (lo que hagan fuera de él mientras no interceda en su rendimiento debería ser indiferente) en determinado momentos. Seguramente, mi racionalidad puede más que el sentimiento y eso que si fuese un aficionado fijo que Joel Valencia sería mi apuesta.

De la victoria pírrica 1-0 de la UDL frente al Marino de Luanco me quedo con el poco acierto del equipo. En el primer tiempo desperdició varias oportunidades, todas elaboradas a partir de jugadas de estrategia, excepto la que salvó José Ángel sobre la línea y el gol de Sergio Martínez, previo error de Rafa Ponzo en la salida, en la última acción del primer tiempo. Y en la segunda parte también careció de puntería aunque, sobre todo, de tomar la decisión correcta en el último pase. Los riojanos generaron varias contras, buenos primeros pases para ganar la superioridad y aprovechar los espacios dejados por el rival, pero no estuvieron acertados en el momento de dejar al compañero en la mejor situación posible, muchas de ellas era casi un uno contra uno. Pero esta versión errática del UD Logroñés lleva consigo que en los minutos finales le entre el miedo a dejarse puntos en el camino ante el safari que supone codearse con los mejores

Carlos Pouso hablaba en la rueda de prensa posterior que "a este equipo le falta un hervor". Asumía que "hay presión por estar arriba después de cómo hemos empezado" y ahí en esa gestión, los blanquirrojos, quizá por no estar acertados cuando deben, ofrecen dudas en los minutos finales cuando ceden la iniciativa, no es nuevo, cuando confían en lanzar un contragolpe letal, que nunca llega. Podía incluso pensarse que hasta el cansancio físico hace mella, ayer por ejemplo tanto Jacobo Trigo como Abaroa, menos participativo en el doble pivote que como unos metros más adelante, estaban más pendiente de recular y juntarse con los centrales que de atosigar a sus rivales, de dar un paso al frente y querer la pelota para administrarla e impedir que el Marino de Luanco, inoperante en ataque, pudiera ni siquiera creer en el empate. Porque las tablas pudieron llegar si tras un córner, Miguel midió mal la salida, en la infinidad de rebotes que se generaron dentro del área, los asturianos hubieran acertado.

Evidentemente, lo mejor es que el equipo volvió a sumar tres puntos y mantuvo la portería a cero, sólo concedió dos ocasiones (la citada de los mil y un rebote, y un tiro lejano de Imanol nada más empezar el partido que Miguel despejó con una brillante parada). Que hay lagunas y aspectos a madurar, por supuesto. Que enfrente había un rival inofensivo, sin mordiente y que va colista por algo, también. Pero después del nivel impuesto (los riojanos son terceros en la tabla), no hay que olvidarse que en Segunda B es complicado ganar cada domingo independientemente del rival. Quizá la peor noticia sea que Gago tuviera que abandonar el campo lesionado, pinchazo muscular. Por acabar, con una buena nueva, que pocos se acordaran de Moisés, sancionado por acumulación de tarjetas, habla bien de Herreros, al que todavía se le nota que no está tan fino como le gustaría, y de Julio Rico, pese a ser un poco canso le veo más cómodo unos metros por delante, en el centro de la zaga.

No hay comentarios:

Publicar un comentario