lunes, 6 de octubre de 2014

Primera derrota en liga

Momentos. Un partido de fútbol suele durar alrededor de 95 minutos y aunque todos los equipos parten con la idea de mantener la intensidad y el ritmo de principio a fin, de más o menos adaptarse a lo que exige el choque sin que el el rival te supere para asumir el control del juego, que no tiene que ser la posesión del balón, con tanto tiempo por delante, es habitual, sobre todo cuando se miden dos conjuntos destinados a estar entre los mejores, que existan jugadas que desequilibran la contienda. Y probablemente, quién lo sabe, si el Oviedo, como exigían algunos futbolistas blanquirrojos hubieran tirado la pelota fuera del campo para que atendieran a Menudo, el resultado final habría sido distinto, o no. El caso es que una acción "de listos o de menos deportivos", como calificó Carlos Pouso, el conjunto ovetense se llevó los tres puntos en juego. Cierto que era el minuto 55, que aún había capacidad de reacción, pero ese tanto, y en ese instante, justo cuando la Unión Deportiva Logroñés empezaba a creer en sus posibilidades fue crucial para que los pupilos de Sergio Egea jugaran a favor del crono ante la necesidad de los riojanos.

De esa manera, la UDL conoció la derrota por primera vez esta temporada en liga. Después de 5 victorias, todas ellas consecutivas, y 1 empate el cuadro blanquirrojo se marchó de vació de un partido. Pese a ello, continúa coliderando el grupo con 16 puntos (+5) junto a Oviedo (+10) y Coruxo (+5). Como muchas vece sucede en este deporte, los méritos van por un lado, el trabajo y el esfuerzo en ocasiones no da rédito, mientras que el resultado puede ser variable. Los riojanos saltaron al difícil campo del Carlos Tartiere con la misma mentalidad que en anteriores salidas (Compostela, Zamora y Murcia): ir creciendo a partir del orden defensivo y la seriedad, ya que si se mantenía la intensidad y con la manera de jugar y los futbolistas que acredita la UDL seguro que ocasiones iban a tener. Los enfrentamientos anteriores como visitantes se saldaron con victorias, pero sufridas, nada sencillas, ante rivales que apretaron y que tuvieron sus opciones de sumar. 

Era evidente que el Oviedo, esta campaña, sí que parece decidida a ser uno de los rivales a batir desde septiembre. Las exigencias en la ciudad asturiana son máximas y esa presión hace mella si los números deportivos no salen. Hasta la fecha, suman 4 triunfos como locales y el duelo de ayer era de envergadura por enfrentarse al UD Logroñés de Carlos Pouso. Como era de esperar, los locales trataron de amilanar a su oponente, pero los visitantes sobrios y prácticos asumieron el rol que tocaba en cada momento. Había que frenar las embestidas, por lo que el principal objetivo era continuar con la portería a cero. Linares, 'pichichi' del grupo, se quedó ante Miguel, pero su tiro se fue por encima del larguero. Susaeta también se acercó al gol, pero sin tino. La UDL, por momento, sufría pero sabía hacerlo para mostrar su peligro, poco y con cuentagotas: con dos acciones de Camochu y Menudo. Al menos se llegaba al descanso con el marcador inicial y con la sensación, como había sucedidos en otros desplazamientos, de que el equipo blanquirrojos iba ir a más.

El inicio de la segunda parte parecía más equilibrado, como si la UDL se hubiera sacudido del empuje local. Julio Rico, de cabeza, gozó de la oportunidad más clara. Parecía que los riojanos iban a más. Entonces Menudo se quejaba en el medio, el balón le vino al portero Esteban. Sacó en largo con el pie, Sergio García, en la posición de extremo izquierdo cogió la pelota y aunque los blanquirrojos pensaban que la iba a tirar fuera del campo, metió un pase interior para Linares que chutó sin pensárselo para batir por el primer palo a un Miguel algo descolocado al pensar en la deportividad del rival. Protestas visitantes, Pouso fuera de sí... mientras que el Oviedo estaba celebrando el gol. ¿Listo, antideportivo? Depende del prisma que se mire. Esto es fútbol y hay una persona que es la que ordena parar el juego, el árbitro. El colegiado no optó por detenerlo y el Oviedo, bien porque no lo creyó oportuno bien porque trató de aprovechar la pasividad la descolocación de su oponente sacó provecho de esta acción. Sin más. Antideportividad del Oviedo, puede ser, pero lo que no se puede admitir es la falta de concentración de los blanquirrojos y el dar por supuestas cosas que no son. Si al menos sirve para aprender.

El caso es que el 1-0 obligó a la UDL a darle un giro al partido. Como era de esperar, los de Pouso tuvieron que pisar más campo contrario, con los riesgos que podía acarrear el dejar espacio a su oponente. Pero el marcador obligaba a buscar al veterano Esteban. Hubo corazón, pero faltaron ideas y esa pizca de tranquilidad para buscar un buen último pase. Con Joel Valencia en escena, la UDL buscó su velocidad y con Goñi se intentó tener más presencia en el área contraria. Pero las oportunidades eran mínimas y sin remates certeros. El Oviedo aguantaba para tratar de sentenciar a la contra. Lo pudo hacer, pero ya había gastado esa suerte de la que sí gozó en el 1-0. El tiempo se agotaba, la UDL le ponía voluntad, pero poco más.

En definitiva, primera derrota liguera de la temporada en la séptima jornada. Para estar ilusionados, segundo en la tabla empatado con el líder Oviedo y con la sensación de que el UD Logroñés tiene materia prima para codearse con los mejores. Ahora toca pensar en dar continuidad a las cosas positivas que se están haciendo y en tratar de evitar (además de buscar alternativas) despistes. 

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