lunes, 20 de octubre de 2014

Liderato como rutina

Cómo hacer lo difícil aparentemente fácil. Cómo destacar con orden, trabajo y sobriedad defensiva ayudado de píldoras ofensivas además debcontundencia en el área rival. Cómo hacer del liderato algo rutinario, casi sin esfuerzo. Cómo competir durante 90 minutos con el mismo ritmo, sabiendo sufrir, pasándolo mal por momentos, echando mano, nunca mejor dicho, de un gran Miguel, para después asestar el golpe definitivo. Así es esta nueva Unión Deportiva Logroñés. Capaz de estar en lo más alto del grupo, de sumar victorias a domicilio como aquél que cuenta ovejas para dormir... un bloque formado y liderado por Carlos Pouso, todo un experto en inculcar el gen ganador a sus futbolistas y que éstos lo expongan sobre el terreno de juego. 

Esto es Segunda B y para ganar no hace falta realizar un fútbol espectacular, generar miles de ocasiones, meter al equipo rival en su campo y esperar el acierto de tu ataque. Esta categoría, para lo bueno y lo malo, es muy 'perra'. La diferencia se marca en las áreas. Por eso lo mejor es no regalar, no cometer fallos (un aspecto que ha lastrado tradicionalmente a este club en las temporadas precedentes), confiar en la actuación de tu portero (primoroso en este arranque liguero) y maximizar la pegada en territorio enemigo. Frente al Avilés el triunfo, por la mínima, se gestó de forma similar a lo acontecido en otras salidas del cuadro blanquirrojo.

Es como si este UD Logroñés estuviera fabricado para competir como visitante con maestría, con la sabiduría para pasar del sufrimiento a la alegría en una jugada. Para asumir que de la derrota a la victoria hay un fino margen y que los más de 90 minutos hay que saber llevarlos. No variar la hoja de ruta pese a las dificultades, ponerse el mono de trabajo cuando hace falta, apretar los dientes si las cosas se ponen complicadas porque, eso sí, este equipo posee dinamita arriba. Consciente o inconscientemente sabe que oportunidades para marcar va a tener. Además de jugadores desequilibrantes, fundamental para que el rival piense en ellos, el engranaje favorece que en cada partido haya alguno que asuma ese rol diferenciador para darle los puntos a los suyos. Si ante el Sporting B dos acciones individuales de Camochu e Íker Alegre resultaron decisivas, contra el Avilés, una acción de Titi por banda derecha y el rechace cogido por Joel Valencia, que evidentemente sabe hacer más cosas que controlar un balón, determinaron el triunfo de los riojanos.

Previamente, y después también, como de costumbre, Miguel se erigió en protagonista estelar. El capitán blanquirrojo se encuentra de dulce, todo lo contrario que hace unos meses cuando no transmitía ningún tipo de confianza a la grada. Pero parece otro portero, la verdad. De no haber sido por sus intervenciones, probablemente, la UDL llevaría menos puntos en su casillero y parece un comodín para los entrenadores rivales destacarlo en las posteriores ruedas de prensa. Yosu Uribe no fue una excepción. Porque el líder de la categoría no tiene reparos en dar la cota de protagonismo a todo el conjunto, desde el portero pasando por la zaga (habituada a no cometer errores y mostrarse sólida), mostrando solvencia y equilibrio defensa-ataque en la medular (a veces dominada, pero con capacidad para voltear la situación) y encontrando desparpajo, frescura y clase en la parte delantera (independientemente de quién sea el jugador).

Que el Avilés gozara de las mejores oportunidades en la primera parte, que los asturianos jugaran mejor que el UD Logroñés, que, por fases, metieran a su oponente en su campo no incomodó a los blanquirrojos. El carácter camaleónico de los visitantes salió a relucir cuando supieron adaptarse al rol que les imponía su rival.  Así, con el paso de los minutos, fueron equilibrando la contienda hasta el punto de mostrar su peligro cuando el conjunto asturiano se relajaba. Ante una complejidad, los de Carlos Pouso relativizan las cosas, cuentan con la habilidad para darle la vuelta y canalizan su fortaleza mental (mucho de eso hay en este equipo) para en dos llegadas poner la alfombra roja para continuar como líderes una semana más.

Es repetir lo dicho, pero el duelo de ayer, de haberse jugado otra campaña, habría acabado con derrota de la UDL. Sin embargo, esta temporada todo va a favor de corriente. Esa suerte, que algunos llaman, se trabaja durante la semana. Cierto que contar con una plantilla como la actual favorece a que este tipo de situaciones sean favorables, pero el mérito es evidente: primero con 22 puntos, con 4 de diferencia respecto a la quinta posición y 15 mejor que la última plaza de descenso (algo en lo que se pensaba en evitar cuanto antes). Los tiempos cambian y ahora la ilusión, generada desde julio, se mantiene y lo mejor de todo es que no tiene visos de cambiar

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