lunes, 13 de enero de 2014

Poco premio para el trabajo realizado

Cuesta ganar. Y mucho. La victoria se resiste. Se puede trabajar para estar cerca del triunfo, como le sucedió ayer a la Unión Deportiva Logroñés, que llevó la iniciativa ante un Racing de Ferrol peligroso y bastante efectivo. Sin embargo, pese a la entrega exhibida durante los 90 minutos, las ocasiones generadas y demostrar cuáles son las señas de identidad de los blanquirrojos los pupilos de Raúl Llona se tuvieron que conformar con un punto, alargando su racha sin sumar 3 puntos de una tacada en 3 choques. También es posible, que un conjunto se esfuerce durante 45 minutos, demuestre sobre el campo que juega mejor que su rival, se adelante en el marcador, pueda sentenciar el choque y se vea superado tras recibir el empate. Algo parecido aconteció en Miramar donde el Marino de Luanco volteó el 0-1 que manejaba con cierta soltura la Sociedad Deportiva Logroñés hasta casi el ecuador del encuentro. El problema, más allá de la remontada, es que los de Agustín Abadía suman 5 jornadas sin ganar.

De esta manera, ambos equipos riojanos se acomodan en la parte media baja de la tabla con 24 puntos. Los dos tienen que mirar, de reojo y con cierta cautela, al puesto de promoción, que ahora queda a 3 puntos (el descenso está a 4), mientras que la fase de ascenso, un lugar parece inaccesible para los dos logroñeses, está a 9 puntos. Demasiado. Sobre todo si no se cambia la inercia en la que tanto UDL como SDL parecen meterse.

La SD Logroñés demostró en Miramar que puede ser un equipo sólido, que puede llegar por los costados, que tiene remate en sus jugadores de segunda línea (ahí está el gol de Rojas), que puede controlar un partido como visitante... pero también evidenció que bajó los brazos, aunque no fuera esa su intención, en cuanto el Marino imprimió una marcha más tras ver que era posible la victoria. Puede que ayer el aspecto anímico afectara: encajó el empate en la recta fina del primer tiempo, cuando más entero se veía a los riojanos; y recibió el segundo nada más comenzar la segunda mitad. Sin embargo, los de Abadía no tuvieron capacidad de reacción. Se vieron desbordados ante un rival que aprovechó las acciones a balón parado para sumar un triunfo que les aleja de la zona de descenso. 

De poco sirvió que Rojas adelantara a los blanquirrojos durante una primera mitad en la que la SDL estuvo más cómoda sobre el campo y en la que mereció un mejor resultado parcial al descanso. El técnico de Binéfar otorgó la titularidad a Salazar, como central, y Candelas y Alcántara, tras superar su sanción, tres cambios respecto al último choque en Las Gaunas. Metola, sustituyó a Moya, jugó el segundo tiempo completo reapareciendo después de muchos encuentros, mientras que los revulsivos Olavarrieta y Tamayo poco pudieron hacer para cambiar la dinámica, pese al esfuerzo visitante. No en vano, se puede decir que la SDL desapareció tras el empate en el 41'. Hasta entonces, era el Marino el que aguantaba como podía ante las ocasiones riojanas. Pero cuando Chus Hevia marcó, los riojanos se fueron diluyendo. El 2-1, tras un saque de esquina, de Muñiz fue un jarro de agua fría y más aún el 3-1, golazo de falta directa de Guaya. Toca levantar la cabeza y ambicionar el cambio de inercia, peligroso de mantenerse, porque la segunda vuelta puede ser muy larga. 

Por su parte, la UD Logroñés no pudo pasar del empate en Las Gaunas ante el Racing de Ferrol. Los blanquirrojos, tras la abultada derrota frente al Celta B (4-0), salieron con la intención de recuperar sus señas de identidad. Y podía decirse que así fue. La constante y agobiante presión existió. Tanto que incomodó a un contrario al que le gusta elaborar el juego. Los riojanos, realizando un gran esfuerzo, atosigaron a un cuadro ferrolano que tuvo que adaptarse a lo que exigía el partido. Como la iniciativa era netamente local, los visitantes bastante hacían con intentar salir a la contra. Llona sorprendió con varias novedades en el once. Por de pronto, la más comentada en la grada, fue el regreso de Miguel al once. Una variación poco entendida por parte de la afición y que fue respaldada cuando el portero riojano realizó un mal despeje y propició el empate a los 18'. Goñi recuperó su lugar en la medular y el equipo lo agradeció. Mientras que Ubis se colocaba como referencia, una posición en la que ofrece, por lo visto ayer, más cosas que los tres delanteros habituales (Iriarte, Íñigo Rodríguez y Omar): presión, entrega, pelea, movilidad... y gol.

De hecho, Jaime Moreno, a banda cambiada, centró desde la izquierda para que Ubis, adelantándose a su par en el primer palo, rematara de cabeza al fondo de la red para poner a los suyos por delante al cuarto de hora. La UDL estaba cómoda porque se jugaba a lo que ella quería y eso ya es un logro en esta categoría. Sin embargo, el error de Miguel 3 minutos después obligó a un esfuerzo extra a los riojanos que continuaron con su intensidad y alto ritmo tanto en ataque como en defensa. El empate no había alterado la marcha de los locales que insistían en sus argumentos. Sólo faltaba encontrar la vía del gol. Pero una falta lateral a favor propició el 1-2. Una contra perfectamente conducida por Dani Rodríguez terminó con el balón en la red después de que Pablo Rey, con tranquilidad batiera al meta riojano.

Por fortuna, la UDL supo reaccionar al instante cuando un balón de Herreros (gran parte el suyo en muchas facetas) lo bajó al piso con el pecho, de forma magistral, Goñi para girarse y rodear a su rival de manera que se quedó frente a Camacho al que batió colocando la pelota en el lado contrario. Un gran detalle de la habilidad del centrocampista para realizar un control orientado y para demostrar su llegada en segunda línea. El empate, pletórico de goles (gran acierto de ambos conjuntos), no era suficiente para los locales. Por lo que durante la segunda mitad, los blanquirrojos buscaron con ahínco el triunfo. Asumieron la iniciativa desbordando a un rival que se limitaba a tratar de ralentizar el ritmo cada vez que debían poner el balón en juego. A los gallegos les costaba salir de su campo y se limitaban a esperar alguna contra. Y esa intención casi le cuesta un gol a los riojanos a la hora de choque cuando Manu Barreiro, en el área, conectó un buen disparo que desvió Miguel a córner.

Sin embargo, en los siguientes 20 minutos, la UDL acorraló a su oponente para generar numerosas ocasiones de gol. Tantas que parece imposible que los de Llona no ganaran el duelo. Barrón, ya en el campo, se convirtió en un puñal por su costado izquierdo. Ibai y Goñi pisaban área con frecuencia, pero sus remates (uno a bocajarro de Goñi acabó en las manos de Camacho) fueron improductivos. Buenos centros, algunos rasos (como al que no llegó Goñi en el segundo palo), otros elevados (como el que desperdició Barrón con un remate desviado libre de marca en el segundo palo), tiros desde fuera del área, tiros desde dentro despejados por la defensa visitante... estaba de que no. El Racing de Ferrol sufría y su entrenador acertó sacando a Iván Forte al terreno de juego. Su presencia en la medular propició que la UDL dejara de atosigar a los departamentales durante los últimos minutos del partido para arañar un punto y continuar en puestos de fase de ascenso sumando por octava jornada consecutiva.

Pese a las tablas, la línea dibujada ayer es la que debe seguir una UDL que no puede desviarse del camino correcto, puesto que siempre que se tuerce acaba pagándolo caro. Cierto que hay algunos errores individuales que no debían continuar (fallo de Miguel en el despeje, contra cedida tras una falta lateral, quizá había que haber parado con falta la carrera de Dani Rodríguez) pero son acciones desafortunadas en las que no sería justo crucificar a los que fallan, fuera ayer u otros días. Sobre todo porque ahora llega el momento de remar todos en la misma dirección ante una clasificación apretada que no permite la relajación.

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