lunes, 7 de enero de 2013

Pocos cambios en 2013

A quiénes piensan que el comienzo de año es el momento perfecto para pasar página, para empezar de nuevo, para ilusionarte por un cambio de calendario, para buscar alicientes... ¡¡¡tonterías!!! Todo es mental. Ese supuesto plus de motivación debería ser igual después de cada encuentro disputado, ya que también es un ciclo: empieza la semana, entrenamientos, partido... En ocasiones, sí que se vislumbra un giro radical a la mentalidad, a las proposiciones, sobre todo al principio, sin embargo, como en la vida, pocas cosas cambian. A los hechos me remito. La Sociedad Deportiva Logroñés volvió a demostrar fragilidad defensiva en Lasesarre y nula capacidad de reacción, mientras que la Unión Deportiva Logroñés repitió hábitos en Las Gaunas ante el Sestao. La consecuencia de los últimos resultados, derrota de los hombres de Agustín Abadía y empate de los de Pepe Calvo, provoca que los primeros acaben la primera vuelta en puesto de promoción (con 20 puntos) y que los segundos lleguen al ecuador de la campaña en noveno lugar a ¡¡¡7 puntos!!! de la cuarta plaza. Esto es lo que hay. Guste o no. Entre el miércoles y el jueves trataré de poner algo más de luz (si es que estoy capacitado) sobre el rendimiento de ambos equipos. Pero ahora, hay que ir a lo más inmediato; los duelos del domingo.

La SDL viajaba a Barakaldo con la intención de dar continuidad a sus buenos resultados de las dos últimas jornadas en casa: victoria y empate. Sin embargo, la realidad está siendo cruel con un equipo excesivamente mermado, por lesiones y sanciones, en defensa. Ayer le tocó el turno a Moya, que se retiró pasada la media hora obligando a Miguel a tener que jugar en un puesto, central, en el que su rendimiento baja enteros. Pero más allá de los múltiples factores neagtivos que le impiden tener un poco de suerte, el conjunto blanquirrojo volvió a mostrar vicios de los últimos meses: sin capacidad de reacción, goles encajados a balón parado... Que el equipo menos goleador del grupo anotara cuatro tantos es un detalle más. Que la sangría de ocasiones en la meta, en este caso de Gonzalo, se sucedan es un problema (acabar la temporada con 70 goles recibidos dificultaría repterir en Segunda B). Para tratar de lograr la salvación el primer cometido de los riojanos pasa por sellar la meta propia. Fundamental

En Lasesarre fueron tres los tantos recibidos en acciones de estrategia (casi cuatro si se cuenta el primero, ya que fue tras una segunda jugada después de un saque de banda en contra). El rechace de un penalti, un saque de esquina y una falta lateral. Lo curioso es que la SDL mantuvo el tipo durante una primera parte más o menos equilibrada con un Barakaldo más decidido a acercarse a Gonzalo, pero con un conjunto blanquirrojo que esperaba su oportunidad a la contra. Pero en apenas 15 minutos, los visitantes tiraron por la borda el trabajo inicial. Si ya el 1-0 de Medina, antes del descanso, había sido un jarro de agua fría, el penalti fallado por Basagoiti (parada de Gonzalo) y el posterior rechace e Orbegozo fueron insalvables. Si a ello, se le suma que 7' después Garrido, libre de marca, ponía el tercero, la situación para la SDL era complicadísima. Para ahondar en la herida, Metola, en propia puerta, anotaba el cuarto. Lo peor, sin duda, fue que Gonzalo se tuviera que convertir en salvador de una goleada que pudo se más amplia. Toca recapacitar y ponerse en faena para, por lo menos, cortar de raíz las dudas defensivas que han llevado al cuadro riojano a ser el más goleado.

Qué decir de la UDL. Ocasiones: dos claras, casi seguidas y calcadas, de Quero por una de Abasolo, poste tras una falta lateral. Bagaje pobre para el cuadro local en 90'. No vale contar con un buen centro desde la derecha de Quero que despejó con valentía Montero, un tiro desviado de Víctor, un remate de cabeza de alto de Juanjo o alguna oportunidad más. A un equipo que aspira a colarse entre los cuatro mejores se le debe exigir más, mucho más. Sobre todo cuando sabía, antes de empezar el partido, que si no ganaba el 'play off' se volvía a alejar. Ese hambre, esa ambición, esas ganas por lograr la victoria apenas se vieron en Las Gaunas. Cierto que en los primeros 10' la UDL parecía que quería meter en campo rival al Sestao gracias a dos acciones por banda. Pero poco más. A medida que iban pasando lo minutos, los visitantes se iban encontrando más cómodos en el campo. Quizá la explicación haya que encontrarla en que cuando se tiene un patrón de juego, por muy simple que sea, es más fácil ir sacando la cabeza. Los de Ribera (cuando era jugador era un central contundente, sobrio, regular, sólido, sin florituras) apuestan, desde su 4-2-3-1 para que seis futbolistas (la línea de cuatro defensas y los dos pivotes) trabajen en defensa y cuatro jugadores (los tres medias puntas, veloces, intensos y con desparpajo, y el delantero, un Abasolo, virtuoso del balón) se busquen la vida en tareas ofensivas. Simple, nula elaboración y practicidad máxima. Algo más de lo que plantea la UDL.

Porque los de Pepe Calvo, ayer sancionado no pudo estar en el banquillo, hay veces queparece que saben a lo que juegan, pero en otras, la inmensa mayoría, sufren un colapso generalizado. Hasta la fecha, cuando los blanquirrojos percuten por los costados, principalmente, por el izquierdo muestran su mejor cara. El ejemplo más cercano, ayer. Dos internadas, casi seguidas en el segundo tiempo, de Víctor y de Iñaki acabaron con un centro al área donde en el segundo palo Quero tiró a portería. En la primera, Montero repelió el esférico cual portero de balonmano con unos reflejos; mientras que en la segunda, el guardameta sestaotarra, bien colocado, evitó el tanto. La pregunta que uno puede hacerse es por qué no incide más este equipo en este tipo de acciones. Pero es que a lo mejor habría que cuestionarse antes, cómo debe llegar hasta esas zonas el balón. Hay dudas. La elaboración, ayer, fue inexistente. Puede que el campo no ayudara a ello y que se evitaran fallos en los pases en zonas calientes. Lógico. Pero entonces, el camino más fácil es con cambios de orientación o con balones paralelos, o diagonales, desde el lateral. Pues no fue el caso, ya que casi todas las opciones, principalmente en la segunda mitad cuando la UDL parecía decidido a cercar al Sestao en su área, fueron balones hacia el medio y de cara para los centrales vizcaínos.

Que Sergio Rodríguez no jugara, por sanción, no es caballito blanco. La ausencia de un jugador no puede determinar la manera de actuar un colectivo. Si eso sucede, malo. Lo que sí parece evidente es que Iturralde y Rubén García ayer parecieron dos jugadores menores. El navarro es un jugador que si físicamente no está a tope lo acusa. Ese puede ser el motivo por el que en el último mes y medio no haya jugado más minutos. Ayer se le notó falto de ritmo en los desplazamientos cortos, sin la chispa necesaria para ser el hombre que da equilibrio entre la defensa y el ataque. Rubén García estuvo en el campo, pero sólo eso. Desconozco los motivos por los que tiene capacidad para hacerse invisible. Probablemente, se le debería exigir una mayor presencia en la canalización del juego. Juanjo, nadie duda que no le ponga ganas, está como ausente, ni participa, ni remata... Será cuestión de confianza y de marcar el primer gol. Quero, ojalá algún día se acuerde de encarar a su rival, se acostumbra a centrar y poco más. ¿Eso hacía en el Lugo? Iñaki, un futbolista eléctrico, activo, insistente, peleón, combativo... ayer parecía un primo lejano. Quizá se contagió de sus compañeros, pero si el calagurritano no mete una marcha más quién la va a poner en la UDL. Barrón lo intentó, cierto. Pero sus virtudes pasan más por encarar y desbordar que por combinar, elaborar o dar el último pase por el centro.  

Mario Barco no puede batallar, chocar, pelear, presionar, robar, central y marcar el gol. Necesita ayuda. El '9' del equipo no puede asumir tantos roles dentro del grupo. Algo falla. Si fuera una estrella, quizá, pero para un chaval de 19 años es demasiada responsabilidad. No sólo eso, es que su rendimiento no será productivo. Que los defensores se acostumbren a ser los más regulares y, en ocasiones, los más destacados es bueno y malo. Positivo porque quiere decir que cumplen con sus funciones, pero negativo porque nadie se erige en protagonista en otras parcelas del campo. Víctor, otra vez con detalles para subir la banda, y Ormazábal, espera olvidar los problemas de lesiones para afianzarse, son dos laterales muy interesantes para la UDL. Atacan, defienden, tienen buena colocación, saben lo que tienen que hacer... Gil, ante la ausencia de Jano, es sin duda el hombre fuerte de la zaga. Expeditivo, seguro en el corte, bien por alto... Raúl Torres cumple y no se le puede pedir más. Castilla, la mejor noticia es que fue casi un espectador.

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