Cada uno ocupa su sitio

Se llega al ecuador de la liga en Tercera. 19 jornadas. Tiempo suficiente para demostrar el potencial y los mimbres que existen. En algunos casos no ha habido paciencia y dos clubes han prescindido de los entrenadores con los que comenzaron la temporada: el Varea destituyó a Iñaki Pacheco y contrató a Emilio Remírez, mientras que La Calzada hizo lo propio con Patxi Hermoso de Mendoza para ascender al entrenador del juvenil Josean García. Por el momento, los resultados no acompañan a ninguno de los dos equipos. Los arlequinados se van a tener que contentar con pelear por un puesto en el 'play off' cuando su objetivo era el liderato. Demasiadas pretensiones. En Santo Domingo, desde el cambio de técnico, los rojillos no han sumado un punto. Otro entrenador ha dejado la Tercera riojana. Pero esta vez ha sido por la llamada de un conjunto de superior categoría, ya que el Izarra fichó a Chechu Martínez tras su gran trabajo en el Calasancio. Por el momento, José Quiroga está dando continuidad.

La Tercera, una veza acabada la primera vuelta, deja cuatro grupos diferenciados. Lucha por el liderato, batalla por la fase de ascenso, zona tranquila y la pelea por la salvación. Alfaro y Haro se han quedado como únicos opositores al liderato. Los blanquillos han tratado de dar continuidad al juego exhibido la pasada campaña: velocidad, ritmo, combinación, amplitud... Aunque ha habido ocasiones en las que sí han mostrado sus posibilidades, los alfareños están siendo más irregulares de lo previsto dando la sensación de que ganan por inercia gracias a la calidad de sus hombres más adelantados. Contar con gente tan determinante es un plus, aunque también puede ser que Eduardo Arévalo sea consciente de que cuando hay que estar a tope es en mayo. Veremos la evolución esta segunda vuelta, sobre todo, después de encajar su primera derrota. Por su parte, el Haro está siendo más constante. Es un equipo que, como ya sucediera la temporada anterior, apuesta por la solidez defensiva, por el trabajo del grupo y por el desequilibrio por los costados y la calidad por el centro. Ante equipos, en teoría inferiores, les cuesta abrir la lata. El juego directo de los jarreros tiende a complicarles, aunque finalmente destellos individuales evitan problemas. Menos brillantes que en otras épocas, el conjunto blanquinegro trata de explotar sus recursos siendo competitivo, tratando de conservar la portería a cero y siendo consciente de que va a generar ocasiones.

Oyonesa y Calahorra parece que en las últimas jornadas quieren consolidarse como opciones para la fase de ascenso. Los alaveses, curiosamente la temporada en la que su presupuesto se reduce, han vuelto a encontrar la tecla para ser uno de los mejores del grupo. Jorge Ochoa no ha variado sus intenciones. Intensidad, ritmo, sobriedad son aspectos que deben interiorizar sus jugadores. Eso provoca que se le pueda dar la vuelta a los partidos en los minutos finales. Por su parte, el Calahorra, con el regreso de Javier Salvatierra, se ha aprovechado de su buen nivel como local para asentarse en la zona privilegiada. Su objetivo pasa por ganar los partidos ante rivales inferiores y luego tratar de ser competitivo ante los rivales directos. En ello está. Puede que ante equipos superiores sean menos competitivo, pero le puede servir para estar entre los cuatro mejores. 

No se pueden descuidar porque desde atrás, con nervio y con ganas, aparece un Náxara herido tras un nefasto comienzo. Los de Nacho Ruiz, ahora sí, que recuerdan a ese bloque blanquiazul capaz de poner en jaque a cualquier rival. Las dudas del comienzo de liga parece que le vinieron bien para recuperar el hambre y las ilusiones, en definitiva, su identidad. En el momento que los najerinos olvidan quiénes son, se vuelven vulnerables. La inercia actual es positiva y no puede bajar en sus prestaciones si quiere aspirar al 'play off'. Pero no es el único candidato porque Calasancio y Agoncillo, creo que nadie apostaba por ellos en verano para estar en esta pelea, quieren dar continuidad a su buen hacer durante esta primera vuelta. Los colegiales y los avioneros están de enhorabuena, con confianza. Todo suma. No tienen nada que perder, al contrario, y mucho que ganar. Ya han cumplido esta campaña, pero siempre se quiere más. Su meta, ahora mismo, pasa por seguir siendo competitivos, si hay premio, perfecto. Son dos conjuntos con varias similitudes: van todos a una, son un bloque. El cuadro de Israel Villarreal cuenta con jugadores de más calidad y eso le ha servido más de una vez para sacar adelante los partidos sin completar un gran partido. Por su parte, los amarillos son más intensos, lo basan todo en el orden defensivo y en aprovechar su oportunidad al contragolpe o a balón parado. Simple. Parece fácil. Además, el irregular Varea no quiere perder su oportunidad. De ser uno de los favoritos a estar en la pugna por el primer puesto a convertirse en un equipo vulnerable. Eso le ha hecho perder muchos puntos y ahora toca recuperar el terreno y remar contracorriente. Emilio Remírez parece que ha encontrado, aunque haya sido tarde, la forma de sacar los partidos adelante. Tiene jornadas para rectificar y demostrar que son una plantilla cualificada para la fase de ascenso.

En una zona tranquila parece que se ha quedado el Vianés, aunque se encuentra a 7 puntos del cuarto puesto. Ya a comienzos de liga se especuló con que los navarros podían estar con los mejores. Su campaña es muy buena, pero para estar entre los elegidos... es hablar mucho. Defensivamente son un bloque compacto, muy ordenado que trata de explotar sus recursos en el contragolpe y, sobre todo, a balón parado (una de sus principales armas). Competitivo en cada jornada, el Vianés demuestra que con trabajo se obtienen resultados. El Arnedo, merced a una mala racha de resultados, ha bajado sus prestaciones y de estar a un paso de los mejores ha retrocedido para cobijarse en la parte tranquila. Los de David Ochoa son un equipo al que le gusta tratar bien la pelota, darle ritmo a los partidos, elaborar, combinar, llegar por los extremos. Pero tienen dos peros importantes. La falta de un '9' les ha impedido sumar más puntos y los errores defensivos han condenado en más de una ocasión a los blanquillos. Anguiano y River Ebro les siguen en la tabla. Los serranos tuvieron, como le sucedió al Náxara, un inicio liguero para olvidar: sin gol y con problemas en defensa. Los de Jesús Carazo supieron rectificar y se han colocado en mitad de la tabla. La intención pasa por seguir hacia arriba, aunque siempre es complicado encontrar la motivación. Los rinconeros están sabiendo sacar provecho a su rendimiento como local. Los rojiblancos, irregulares tradicionalmente, no se han vuelto locos y han apostado por gente de Rincón. Les está dando buenos resultados para seguir en Tercera sin problemas.

El Berceo, con 20 puntos vive tranquilo. El mérito hay que encontrarlo en saber sumar ante todos los equipos que están por detrás suyo en la clasificación. Suficiente para lograr la permanencia. El resto de choques son para aprendeer, para dar bagaje, para tratar de seguir creciendo. Eso sí demustran que son un equipo competitivo porque ganan a quienes tienen que ganar. Gran mérito motivador. Un ejemplo para equipos que también se quieren salvar. El San Marcial, irregular y con dudas, parece que tiene cierto margen con el descenso, 5 puntos. Pero no se puede descuidar. Es un equipo con problemas en ataque y en defensa. En ocasiones parece que las piezas se desconectan y se convierte en un grupo vulnerable y sensible ante cualquier tropiezo. Sin embargo, como locales van tirando y sacando adelante partidos, suficiente para vivir con algo de renta. 

El Rapid, uno de los principales candidatos al descenso al comienzo de liga, ha sabido tener paciencia, encontrar su momento y dar lo mejor de sí mismos para, primero, abandonar el farolillo rojo y, después, los puestos de peligro. Orden, trabajo máximo, intensidad, velocidad y contragolpe son sus bazas. No engañan. Por el momento, le vale. El Villegas ha perdido algo de frescura respecto al inicio. Pese a ello, ir a jugar a La Ribera sigue siendo complicado. No les queda otra a los encarnados. La salvación pasa por su rendimiento como locales. Orden, trabajo, presión y juego directo. Es otro equipo que no engaña a nadie, que es consciente de sus limitaciones y que intenta explotar sus virtudes. Hace lo que debe. El Aldeano, después un sinfín de jornadas en descenso, salió el pasado fin de semana de la quema. Los de Víctor Morales sorprendieron en las primeras jornadas, donde sumaron bastantes puntos. A medida que fue pasando la competición, se comprobó que los blanquillos iban a tener muchos problemas. Pese a la gran cantidad de derrotas seguidas, diez, que acumularon, el resto de rivales no supieron aprovecharlas. Pese a ello, van a sufrir, pero opciones para la permanencia hay.

En descenso están Yagüe, La Calzada y Pradejón. Los amarillos deberían estar más arriba en la clasificación. Un equipo que pone en jaque a equipos de más enjundia, que ofrece buena imagen ante bloque superiores y que merece mejores resultados, en ocasiones, no debería estar luchando por la salvación. Pero es lo que toca. Tienen que ser conscientes de ello, apostar por la unidad, el bloque y remar todos hacia el mismo lado. Además, de demostrar que quieren luchar por la permanencia. Cuando se entra en una espiral negativa es difícil salir de ella. Quizá tratar de sellar la meta propia puede ser un paso. A La Calzada le están pasando factura, entre otras cosas, sus malos comienzos en los segundos tiempos. Ni uno ni dos ni tres encuentros, los rojillos han visto como los rivales les daban la vuelta al marcador en esta fase de los choques. Es un equipo al que le cuesta hacer gol, pese a que genera ocasiones. Sólo les queda seguir trabajando. El Pradejón, por su parte, está encontrando más problemas de los esperados. Los verdiblancos han tenido que rejuvenecer la plantilla, apostar por gente de casa, dar oportunidad a juveniles... y eso tiene un precio. Pese a ello, son conscientes de lo que son y ésa puede ser una vía para lograr el objetivo.