lunes, 14 de enero de 2013

Domingo de contrastes

Con alguna secuela después de tres días seguidos de fiebre y con fuerte dolor de garganta, trataré de apuntar las sensaciones que han dejado Unión Deportiva Logroñés y Sociedad Deportiva Logroñés tras sus partidos del domingo. Mientras que la victoria, necesaria y ante un rival directo, de la SDL en Las Llanas permite a los blanquirrojos apuntalar su intención por lograr su objetivo: la salvación; la derrota de la UDL en Las Gaunas, inconcebible y ante un rival directo, ha hecho explotar a los aficionados riojanos que ven que el cuarto puesto queda a 10 puntos y que las sensaciones que ofrece no son muy alentadores de que se pueda recuperar terreno. Empecemos por lo negativo.

Que los pitos y los cánticos ('José Ignacio, dimisión' y 'Revuelta limpia el club') destaquen no es un buen síntoma para la UDL. Tampoco que tras el partido hubiera una reunión de urgencia en el propio campo municipal entre José Luis Bermejo, José Ignacio, Ángel Martínez Lledó, Pepe Calvo, Javi Pineda y Adrián Gallego. Pero es que motivos durante los 90' había de sobra para pedir explicaciones. Por de pronto no es concebible que un equipo que sabía de la necesidad de la victoria sólo salga con la intención de lograr los tres puntos durante apenas un cuarto de hora para después dejarse ir, bajar la intensidad y permitir que el Amorebieta, con lo justo, aproveche los errores locales. Los vizcaínos, antes de los dos goles en el segundo tiempo, tuvo oportunidades para acercarse a un Castilla, ayer algo más inseguro en las salidas que en otros días. Por suerte, las tablas al descanso debían ser un acicate para los riojanos.

Sin embargo, no hubo reacción. Además, Mario Barco tuvo que dejar el partido al sentirse indispuesto y, casualidad o no, 2' después llegaba el tanto de Urko Arroyo, un zapatazo de desde casi 25 metros. Restaba media hora y la UDL tenía que dar un paso adelante, aunque fuera por orgullo. Cierto que el campo no invitaba a las florituras, pero en esos casos hay que tirar de empuje, de presión y de garra; aspectos no deportivos que a lo mejor no tienen asimilados los jugadores blanquirrojos. Con los locales impotentes, llegó la sentencia del Amorebieta. La desgracia se cebó con los centrales blanquirrojos. Goikoetxea corría a un balón largo, los dos zagueros estaban en línea, el balón pega un bote, Castilla sale, Gil golpea la pelota con el hombro y le deja en bandeja el esférico al delantero visitante, que eleva ante la salida de Castilla. 0-2. Pitos. Cánticos. El tanto de Barrón, buen remate de cabeza, en el tiempo añadido no sirvió para nada. Toca reflexionar y, por de pronto, ponerse las pilas y mostrar otra imagen. 

El lado positivo lo vivió la SDL en Las Llanas ante el Sestao, un rival al que le cede el puesto de promoción. Curioso que el regreso de Pitu al once significara la victoria blanquirroja. No quiere decir que con él en el campo siempre se sumen los 3 puntos, pero sí que el equipo está más predispuesto, encuentra el equilibrio entre defensa y ataque, y se convierte en menos vulnerable. Eso no quita para pensar que la victoria fue un camino de rosas. Los locales tuvieron sus opciones y si el partido acaba con otro marcador tampoco hubiera pasado nada. Los visitantes esperaron en su campo para robar y salir al contragolpe. El Sestao es un equipo de juego directo, que aprovecha la velocidad de sus extremos, el trabajo de su media punta y la calidad de su delantero. El resto trabajan defensivamente para ellos. Por eso, la SDL sabía que tenían que limitar los espacios, tapar los pases entre líneas y esperar su oportunidad al contragolpe.

El Sestao avisaba y la SDL respondía con alguna genialidad de Del Puente, por su costado diestro, con algún destello de calidad de Esl, jugando entre líneas, o con alguna acción de Olavarrieta, como un remate suyo de cabeza que atajó Montero. Los locales empujaban y aunque los blanquirrojos no se querían dejar intimidar, Gonzalo salvó un mano a mano ante Solabarrieta. En el segundo tiempo, la tónica y el equilibrio de la primera mitad cambió. Ahora eran los locales los que buscaban la portería visitante, mientras que los de Agustín Abadía, sin sufrir en exceso, buscaban descaradamente el contragolpe. El tiempo pasaba, el Sestao no encontraba la forma de llegar y la SDL se encontraba cómoda. Más aún después de que tras un balón largo, Olavarrieta se inventara un gol. Se marchó de dos defensas por velocidad y cruzó ante Montero. 0-1. Las prisas dominaron a los verdinegros que cometieron más errores de los previstos. La SDL puso sentenciar, pero no estuvo fino en los últimos metros para llevarse una victoria más holgada. Pese a que tocó sufrir en los minutos finales, la SDL demostró que tiene capacidad para conservar la categoría.

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