lunes, 30 de marzo de 2015

Trabajado empate

Cuatro jornadas sumando, 10 de 12 puntos posibles, ascendiendo en la tabla hasta la tercera posición (derrotas de Racing de Ferrol y Murcia) y manteniendo a 4 puntos al quinto clasificado. Con esa valoración conjunta, en cuanto al efecto del resultado ante el Guijuelo, debe quedarse la Unión Deportiva Logroñés. Si además se le une el buen trabajo defensivo realizado, la capacidad de concentración mostrada en un campo complicado como el del Municipal de Guijuelo, la buena labor, un día más, de Miguel que mantuvo a los suyos en el partido con algunas intervenciones de mérito y la entrega de todos y cada uno de los componentes utilizados por Carlos Pouso, que rotó más de lo que viene siendo habitual, el empate logrado debe ser visto como muy positivo. Sobre todo teniendo en cuenta que este jueves hay otro reto por delante, superar al Valladolid B en Las Gaunas para certificar que este equipo debe estar en la fase de ascenso a Segunda B. 

Y quizá pensando en este venidero duelo, Pouso refrescó tanto el centro del campo como la delantera en Guijuelo. Con la misma defensa que superó a la Cultural (incluido el cambio posterior de Gago por Miguel Santos), el técnico vasco oxigenó la medular con Abaroa (es importante que el futbolista tenga minutos para que pueda coger el ritmo competitivo que, por ejemplo, tienen otros compañeros) en detrimento de Muneta, salió en la segunda parte para dar descanso a Chevi, pieza clave en el engranaje blanquirrojo. Asimismo, Titi regresaba al once (posteriormente fue sustituido por Íker Alegre), Menudo caía banda izquierda y Camochu también recuperaba un puesto entre los elegidos después de muchas semanas (su última irrupción en el once fue contra el Compostela, día que falló un penalti y fue sustituido minutos después). 

Con un once diferente al de las últimas semanas, con quizá más presencia física en el campo, con Abaroa y Camochu, el UD Logroñés no se amilanó por medirse a un Guijuelo, que tras su última derrota afrontaba el choque con la necesidad de ganar para recortar los 4 puntos que todavía mantiene con los riojanos. Los blanquirrojos comenzaron muy metidos e impidieron que los verdiblancos estuvieran cómodos en la elaboración. Con mucho juego lejos de las áreas, sólo en acciones de estrategia se podía generar peligro. Moisés mostró su poderío en un remate inicial, pero con el paso de los minutos, fue el cuadro local el que intimidaría con varias faltas laterales. Ahí Miguel no estuvo fino, generando dudas por arriba. Sin embargo, eso le pudo servir para poner más de su parte en las siguientes acciones. No hay mal que por bien no venga.

El Guijuelo, poco a poco, como era de esperar fue haciéndose con el cuero y fue obligando a su rival a recular. Y eso que los riojanos lo querían evitar a toda costa. Los centrales locales se abrían demasiado con balón y hacían más grande el campo. Tocaba apretar los dientes, sufrir sin la pelota y esperar que el ritmo fuera decreciendo. Lo mejor era que no había ocasiones pese al dominio del Guijuelo. La UDL necesitaba salir de su campo y transmitir peligro para que su oponente tuviera que pensar también en defender. Y en éstas, los blanquirrojos pudieron hacer lo que más les gusta, que Titi cogiera una pelota en su banda, la pusiera en el área para que Menudo, sin pensárselo, tirara a portería para superar a Felipe. Un gol quizá cuando más agobios está pasando el cuadro visitante. Es lo que tiene el fútbol. 

El Guijuelo no bajó los brazos y tuvo el empate en las siguiente jugada con un tiro de Yeray al palo. La UDL buscaba el descanso. Era momento para no relajarse y concienciarse de que en el segundo tiempo había que trabajar y mucho en tareas defensivas. El Guijuelo salió en tromba, la derrota no le valía para nada. Se podía pensar que los locales se iban a ofuscar, a colgar balones y a esperar su oportunidad. Ni mucho menos. Atacó, y mucho, pero con criterio. Tratando de abrir el estrecho campo, moviendo a su rival de un lado a otro y buscando la manera de acercarse a Miguel con peligro. Valero se presentó ante el capitán blanquirrojo, pero el meta visitante comenzaba con su recital con varias paradas de mérito.

El UD Logroñés necesita combinar más, no perder el balón con tanta facilidad, coger un poco de aire obligando a su contrincante a retroceder. Era difícil ante la buena presión local. Pese a ello, gracias a un par de acciones, los riojanos parecían sacudir del agobio. Momento para que Muneta diera esa pausa. Pero claro, el Guijuelo también movió ficha y Raúl Ruiz demostró ser un gran incordio. Había que parar el ritmo y la aparición de Íker Alegre por Titi podía ayudar. Sin embargo, el cuadro vediblanco insistía en arrinconar a la UDL. Las ocasiones locales se sucedían y tanto Miguel como la zaga blanquirroja se tenían que multiplicar. Lambarri, a 10 minutos del final, gozó de dos ocasiones seguidas muy claras, pero Miguel, en una de ellos despejó con la cabeza, evitaba el empate. Miguel Santos dejaba su lugar a Gago en aras de tener más frescura en el lateral diestro.

El Guijuelo arriesgaba mientras que la UDL si enganchaba una contra podía sentenciar. Camochu cogió un balón, cedió a Íker Alegre y el asturiano, que quiso ser muy preciso con su tiro, pudo asegurar los 3 puntos. Había que seguir trabajando y cada acción a balón parado era clave. De una falta lateral, tras un rechace, el balón le llegaba a Valero que se presentaba dentro del área ante Miguel, entonces Julio Rico le trabó. Penalti en el minuto 85. Razvan asumió la responsabilidad y engañó al meta riojano para poner las tablas en el marcador. Pero el choque no había terminado y el Guijuelo trató de ir a por la victoria, lo que provocó que si la UDL robaba y daba un buen pase en profundidad el daño que se le podía hacer a la contra era letal. Lástima que no llegó ni siquiera un atisbo de ocasión visitante, ya los riojanos, centrados, pusieron todo lo que tenía en mantener el punto que hay que hacerlo mejor este jueves frente al Valldolid B que apura sus opciones de estar con los mejores y que viene de perder ante el Coruxo

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