lunes, 28 de abril de 2014

Apuros para el derbi

Todo se enreda. Tanto que con 180 minutos por delante, es decir, dos jornadas por disputar, la Unión Deportiva Logroñés y la Sociedad Deportiva Logroñés saltarán al campo el próximo domingo asumiendo que una derrota les podría condenar, como mal menor, a disputar la fase de promoción. Es lo que tiene no haber hecho previamente los deberes tras una primera vuelta esperanzadora de ambos conjuntos en la que, sin embargo, ya se apuntaba que el sufrimiento iba a ser máximo y hasta las jornadas finales, como así está ocurriendo.

La Cultural Leonesa (44 puntos) y el Tropezón (43 puntos) ya pueden festejar su continuidad (como mínimo SDL o UDL no podrían superar a los leoneses, mientras que los cántabros ganan el golaveraje a la UDL en caso de empate y siempre salen beneficiados con posibles empates dobles con Coruxo o triple con Coruxo y UDL), mientras que Compostela (43 puntos) todavía deben buscar un punto para, matemáticamente, repetir otra campaña en la división de bronce (le gana el golaveraje al Coruxo, pero con la UDL lo puede perder en la última jornada). El Coruxo (40 puntos) afronta dos jornadas finales con todo por decidir: Cultural, ya salvado, y Racing, probablemente con el primer puesto decidido y sin nada en juego para los cántabros. Con todo ello no sería de extrañar que uno de los dos conjuntos riojanos, siempre y cuando el Caudal (35 puntos), aún con opciones de evitar el descenso directo, no logre los 6 puntos en juego (ante Oviedo y Guijuelo), que bien UDL bien SDL prorroguen su temporada por espacio de dos encuentros.

Y eso que el fútbol es caprichoso. Hubo momentos, ayer, en los que la SDL parecía a salvo de peligro y le pasaba el 'marrón' de la promoción a su vecino cuando iba ganando en el campo de Santa Ana, y la UDL perdía en Las Gaunas. Pero el Tropezón le dio la vuelta en los minutos finales y los de Raúl Llona empataron con uno menos y se afanaron en trabajar para no encajar más goles ante un rival superior al que le faltó paciencia y tranquilidad en la circulación. De esta forma, la semana que les espera a ambos, de cara al duelo agónico del domingo, es de aúpa. Pero ya habrá tiempo para especular sobre las posibilidades de ese encuentro. 

La Sociedad Deportiva Logroñés tuvo cerca el haber sumado por tercera jornadas seguida, pero el Tropezón sacó el máximo rendimiento posible a dos segundas jugadas tras una falta directa, primero, y tras un saque de esquina, después. Ahí quedó condenado el cuadro riojano. De poco, mejor dicho nada, sirvió el haber controlado el juego durante la primera mitad, el haberse puesto por delante en una contra gracias a la velocidad y capacidad para resolver de Del Puente viniendo desde el extremos diestro. Todo ese esfuerzo y trabajo por sacar adelante el partido quedó en segundo plano cuando los cántabros voltearon el marcador en los últimos 15 minutos. Una pena porque a estas alturas de la liga lo que importa son los números. Se puede merecer más o menos, trabajar para obtener un marcador, pero luego debe reflejarse en el marcador. Hablar de lo que hubiera pasado si Loza, tras una falta lateral, hubiera puesto antes por delante a los logroñeses sería injusto porque Mandaluniz también tuvo trabajo en la primera parte. 

En este sentido, condenar el despeje de puños del meta vasco, hacia el medio, en el empate sería cruel para un portero que ha dado muchos puntos a los riojanos. Que el remate, en plancha y de cabeza, de Dorronsoro fuera perfecto tampoco era esperable y Ledo, probablemente, no confiaba en que el jugador local buscará un remate poco ortodoxo. En esta línea, del 2-1 poco se puede decir: saque de esquina, despeje, quizá poco contundente de la zaga riojana, y volea sublime de Álex que cruza la pelota para ponerla en la escuadra. Ahora, los blanquirrojos deben centrarse en lo que viene este domingo, el derbi logroñés. No cabe pensar en la posible mano, ya en el tiempo añadido, que pudo ser penalti y, a lo mejor, el empate a dos. Lo que sí queda es que Agustín Abadía fue expulsado tras esa acción y que Metola, lesionado en los primeros minutos, no podrá estar, en principio, para el decisivo duelo.

Con lo que sí debe quedarse es con el apoyo incondicional de la afición que, una vez más, respondió acompañando a los suyos en un desplazamiento. Mientras que en lo deportivo, el equipo debe estar orgullos del trabajo realizado, de haber maniatado a su rival durante gran parte del choque y de haber sumado ocasiones de gol. Siempre hay que ver lo positivo de las cosas para que la confianza no decaiga ante lo que les viene encima este domingo.

Por su parte, la Unión Deportiva Logroñés debe estar contenta por el punto obtenido ante el líder Racing. Un empate que sabe a victoria por cómo se sucedieron las cosas después de que Miguel viera la roja antes de la media hora. Sin duda, una acción que condicionó el desarrollo del partido. Con el gol de Javi Soria, desde los once metros, los blanquirrojos empataron rápido en una buena acción combinativa que culminó Javi Rodríguez seis minutos después de que los locales se quedaran en inferioridad. Como era de esperar, la iniciativa la asumió el cuadro cántabro. 

Los de Raúl Llona bastante tenían que contener, evitar la circulación cómoda de los visitantes y buscar alguna contra. Un planteamiento coherente y que se llevó, durante más de una hora, a la perfección. Cierto que el Racing tuvo ocasiones, pero, casualidad o no, las más claras fueron las menos elaboradas. Un pase directo de Javi Soria a Koné en la primera mitad, pero el delantero buscó una vaselina que se fue alta. Centro al área, ya en la segunda mitad, dejada con el pecho de Rubén Durán para que Ander Lafuente buscara otra vaselina imposible a 5 metros de la portería. Pase de la muerte de Francis al que no llega Mariano y Koné, dentro del área pequeña, envía el balón a las nubes...

De inicio, con igualdad numérica, la UDL salió con ambición, presionante y decidida a impedir el juego de su rival. El Racing no tenía la pelota, tampoco los riojanos, pero se jugaba, aparentemente, a lo que quería el cuadro local. El desgaste físico podía pasar factura más adelante y aunque no había ocasiones claras, los de Paco Fernández no estaban cómodos. Sin embargo, la expulsión de Miguel (aunque sea un acto inconsciente del jugador, considero que es mejor que el rival marque a cometer el penalti y quedarte con un jugador menos tanto tiempo; si esa acción es el minuto 80, a lo mejor sí es positivo realizar la pena máxima) tras un fallo de Gil al ceder atrás puso en escena otro partido diferente al que la UDL supo adaptarse. 

Tanto que Ubis pudo voltear el marcador con un gran remate de cabeza tras pase de Ibai en la mejor oportunidad de los blanquirrojos en la segunda parte. Asimismo, los riojanos supieron contener a un oponente que abusó, en exceso, en los minutos finales de colgar balones al área. Ahí, Gil, Herreros y Nando demostraron aplomo en las jugadas aéreas. A ello hay que sumar el buen hacer en este tipo de acciones de Sergio López, que transmitió seguridad y confianza en todo momento. Le hacía falta a la UDL un partido como el de ayer. Por muchas cosas, una por la confianza, otra por unir lazos con la grada y finalmente porque la salvación aún no está hecha, queda tajo por delante.

¡Menudo partido nos espera este domingo! No apto para cardíacos.

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