sábado, 7 de diciembre de 2013

Un simple punto

Un punto. Valorándolo objetivamente siempre es positivo sumar. Además, mantener la portería a cero ayuda a confirmar la confianza en la parcela defensiva. Dos argumentos esgrimidos por Agustín Abadía en la rueda posterior al partido contra el Tropezón. Moral arriba. El mensaje público es evidente; la línea de la Sociedad Deportiva Logroñés es buena. No se ha ganado, no pasa nada, seguimos sumando. Acertado, y entendible, discurso de cara al exterior. En este sentido, sería injustificado por parte del entrenador entrar en otro tipo de disquisiciones que, a lo mejor, deben ser tratadas dentro del vestuario. Sin embargo, el aficionado de a pie, el que no va a los entrenamientos, el que sigue a su equipo todos los domingos que puede, el fiel que acude a Las Gaunas haga frío o calor no entiende de argumentos de labor de grupo. Lo que quiere es ver ganar a su equipo y si pierde o empata ver que se ha dado todo sobre el terreno de juego. Y la sensación que tuvo ayer fue que se pudo ganar, se debió ganar, pero que no se puso todo lo que se debía para ello.

Cierto que el Tropezón hizo su trabajo, lo ejecutó perfectamente, se agazapó en su campo, le dio la pelota, como se esperaba, a una SDL que con el paso de los minutos se fue atascando y desquiciando. Abadía recalcó en sus declaraciones pospartido que en el descanso insistió que no quería posesiones largas. Es más, optó por retrasar su línea, esperar a su rival y darle la iniciativa, por momentos, para buscar las contras y los espacios a la espalda de los cántabros. Es decir, quiso que la SDL fuera fiel a lo que tan buen resultado le ha dado hasta la fecha: intensidad, velocidad y transiciones rápidas tras robo. Correcto en cuanto a mantener la identidad. Sin embargo, es una opinión, considero que se puede ser leal a unas ideas incorporando detalles que modifiquen el escenario que se presenta, que le otorguen más versatilidad al bloque y que le hagan ser menos previsible, más competitivo ante determinadas situaciones.

Por eso, puede que ante un rival que acudió a Las Gaunas con la única premisa de mantener la portería a cero, se echaron de menos más combinaciones, algo más de paciencia con el balón en determinados momentos (no está reñido con posesiones cortas), un toque de brillantez, de salirse del plan establecido, de aprovechar la amplitud del campo, de encarar a su par... creatividad, ingenio, chispa. Eso con balón en su poder. Porque en las tareas de contención, sobre todo en el primer tiempo, no hubo intensidad en las jugadas áreas y en las segundas jugadas en la zona ancha. Miguel y Fran Sota, con la ayuda de Toledo, bastante desaparecido, no estaban en el sitio adecuado. Todo lo contrario que Luis Alberto y Conde, más intensos en la pelea área y más sacrificados en defensa que sus oponentes. Al capitán blanquirrojo no se le ve fresco, mientras que a Fran Sota le cuesta adaptarse a un estilo en el que el toque es escaso. Ayer, por ejemplo, pasó desapercibido cuando, probablemente, debía haberse erigido en protagonista en las maniobras ofensivas

Con dos extremos, Del Puente y Laencina (inactivo durante muchos minutos), más destinados a presionar que a ser dos argumentos ofensivos, inhabilitados, los caminos para romper el entramado defensivo impuesto por los de Manu Herrera se limitaban a acciones por dentro. Allí se supone que estaba Javi Torres, casi siempre esperando el fallo del zaguero en vez de presentar batalla y a lo mejor provocar ese error para que otro compañero se aproveche de él. El delantero blanquirrojo no tuvo una buena actuación, la verdad. Y eso que de sus botas partieron las mejores oportunidades: una asistiendo a Del Puente en un buen centro lateral que el extremo mandó fuera y un tiro suyo, tras una jugada embarullada, que acabó en las manos de Iván. Puede que la grada se quede en la retina con el fuera de juego señalado al 'pichichi' riojano en los instantes finales cuando se presentaba ante el meta visitante sin oposición. Con este panorama, las aportaciones, sorpresivas, de los laterales podían ser una ayuda. Pero ni Alcántara, un centrochut suyo animó el comienzo de la segunda parte, ni Iñaki Jiménez, su labor no es ésa.

Por todo ello, en honor a la verdad, el empate fue un resultado justo para los méritos de unos y de otros. El Tropezón trabajó para cerrar la sangría de goles recibida en los dos últimos partidos (8 tantos encajados), aguantar en su campo y sumar un punto gracias a mantener la portería imbatida. La SD Logroñés buscó el triunfo, en apenas 10 minutos del segundo tiempo se gestaron tres mini ocasiones (más casi que en primer período), pero más con empuje que con criterio, sin generar oportunidades que hagan temer al rival, que transmitan que el gol está cerca. Ese carácter habitual cuando no se tiene la pelota, en las labores defensivas, esa ambición por morder, por derribar murallas no se vio ayer en Las Gaunas. Y eso no se debe perder nunca. Eso también es identidad

Sin embargo, hay que ver el lado positivo del empate, aunque probablemente se podría haber enganchado el tercer triunfo seguido. Mandaluniz, salvo un error al medir una salida tras una falta lateral (por suerte el remate del jugador cántabro se marchó alto), apenas tuvo que intervenir. Una buena señal para un equipo que apuesta por hacerse fuerte desde atrás. Contrariamente a lo que muchos piensan (véase Calderé) la SDL acabó el choque con sólo una amarilla, y fue por protestar (Moya). Es decir, aspectos optimistas de cara a los futuros compromisos (tres partidos seguidos en Las Gaunas). Con eso hay que quedarse, es mejor, que no con la idea de que la SDL podía haber hecho historia encadenando tres victorias seguidas, un hito para los blanquirrojos que deberá esperar.


Tercera

Berceo-Varea (La Isla, 15.30): El Berceo encadena 6 jornadas sin ganar. Una dinámica que ha provocado que el descenso quede sólo a 3 puntos. Es decir, el peligro existe. Por eso, los de Víctor Ubis deben tratar de romper esa inercia para no verse en mayores apuros. Por su parte, el Varea, de conseguir el triunfo, regresaría a la fase de ascenso, lo que le daría moral para los siguientes compromisos. Por calidad, los arlequinados no deberían acusar el esfuerzo realizado el pasado miércoles, aunque seguro que los verdes obligan a los de Guillermo Zangróniz a tener que esforzarse al máximo para sumar los 3 puntos en liza.

Náxara-Alberite (La Salera, 17.00): El Náxara necesita el triunfo para romper su racha sin victorias (5 jornadas seguidas) y para acercarse a los puestos de 'play off'. La visita del colista obliga a los blanquiazules a tomarse el choque sin confianzas ni relajaciones para lograr su objetivo de sumar 3 puntos. Enfrente, un Alberite que comprueba que sus rivales directos por la salvación suman. De ahí que los arlequinados afrontan cada encuentro como si fuera una final.

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