miércoles, 11 de diciembre de 2013

Acuciante carencia de gol

Gil, Ibai y Ubis, con tres goles cada uno, son los 'pichichis' de la Unión Deportiva Logroñés. Con 16 jornadas disputadas no parece que el conjunto blanquirrojo cuente con un referente ofensivo que haga temblar a las defensas contrarias. Omar, Íñigo Martínez y Julen Iriarte debían ser, al menos alguno de ello, los '9' que podían aprovecharse de la capacidad ofensiva de los hombres de Raúl Llona. Sin embargo, la escasez de tantos de estos tres protagonistas (un solitario gol de Íñigo Martínez), independientemente de las razones, están obligando a la UDL a tener que redoblar esfuerzos en sus labores ofensivas. No sólo eso, además el escaso acierto de cara a la portería rival (con 16 goles a favor es el 4º peor del grupo) tiene sus consecuencias negativas durante el desarrollo de los partidos. Como se pudo apreciar ayer en El Sardinero, donde el Racing salió victorioso (1-0) de un choque que probablemente no mereciera ganar, pero que como expuso su entrenador Paco Fernández a su conclusión son "esos encuentros que te hacen estar arriba", es decir, ganar sin merecerlo, pero sumar de tres en tres. Quizá la presencia de Koné, máximo goleador del grupo (12 dianas), fuera un activo importante para entender el triunfo de los cántabros. 

La UDL rompió este pasado martes una racha positiva de cinco encuentros sin perder. Además, lo hizo en un choque en el que trabajó para no irse de vacío y eso puede ser lo que más duela, lo que más afecte a la moral riojana. Sobre todo después de empatar en casa, y gracias, contra una Cultural Leonesa que fue a más en la última jornada. Esa imagen frágil había que cambiarla de un plumazo ante un 'coco' de la categoría. Que sí, que los problemas extradeportivos afectan, pero que el Racing es segundo con 30 puntos. Por lo tanto, en un campo motivante para el futbolista, el bloque riojano debía mostrar su mejor versión para tratar de ser competitivo. Lo hizo gracias a su intensidad en la presión, a no dejar maniobrar a un conjunto al que se le vio algo agarrotado (pudo influir el duelo de Copa del Rey). 

Con esas seña de identidad este campeonato, los de Llona sorprendieron a un conjunto local que no acababa de carburar. Eso propicio errores en la zaga local que, desgraciadamente, no aprovecharon los blanquirrojos (ayer de azul). De nuevo, a balón parado llegaron las mejores oportunidades visitantes, como un remate de Herreros tras una falta lateral. Pese a ello, el Racing, de la nada, avisó de su peligro y marcar su gol. Con Koné como finalizador, perdonó en la primera, pero no falló en la segunda (24'), los de Paco Fernández se ponía por delante en el marcador por pegada, que no por insistencia, dominio o juego. Cosas del fútbol. Un tanto que pudo hundir a los riojanos, pero que no lo hizo. El equipo se levantó e insistió en su buen hacer durante el resto de la primera mitad. Así volvieron a visitar con frecuencia a Mario Fernández, pero sin tino en el remate: tiro de Goñi que repelió un defensor, falta de Javi Rodríguez... La sensación al descanso era que si se continuaba trabajando así debía llegar la recompensa.

En los albores del segundo tiempo, el Racing trató de sentenciar el encuentro. Parecía que las tornas habían cambiado y que los visitantes perdían ese dominio. Los locales no querían llegar al final con un marcador tan apretado, por lo que se esforzaron en romper la inercia y el estilo que imponían los logroñeses. Con el paso de los minutos, al ver que el segundo no llegaba y que la UDL se había ido recomponiendo, el Racing dio un paso atrás o la UDL lo dio hacia delante. Los cántabros se la jugaban a esperar y buscar el contragolpe, mientras que los de Llona, con la pelota en su poder, intentaban encontrar algún resquicio para empatar. El asedio en los minutos finales fue insistente, pero el trabajo en las tareas defensivas de los locales fue solidario y certero. A ello se unió cierta precipitación y ansiedad mostrada por los riojanos a la hora de realizar el último pase y de conectar sus remates. Centros laterales, balones al área, jugadas embarulladas, varios ¡uy!, pero sin recompensa.

La derrota, además, deja la sensación de que esta UDL acude al derbi riojano (domingo, 17.00) con la pólvora mojada y con muchas dudas, por parte de su entrenador, sobre quiénes son sus mejores hombres en ataque. Con cambios constantes en los extremos y en la delantera, los futbolistas no acaban de cogerle el aire. De ser titular se pasa a la grada con mucho rapidez y esos golpes de efecto puede ser buenos, para generar un cambio de actitud, por ejemplo, pero también negativos, ya que algunos de ellos pueden pensar que haga lo que haga volveré a la grada. El ejemplo se vivió ayer en Santander. Dos de sus delanteros: Omar, titular los dos anteriores encuentros, y Julen Iriarte, hombre de confianza en las primeras jornadas, estaban en Logroño. Jaime Moreno y Javi Rodríguez salieron en el once en detrimento de los últimamente más utilizados, Barrón y Ubis (ayer acabó como delantero). Lo positivo, para los riojanos, como bloque, es pensar en lo que se hizo bien en El Sardinero para continuar por esa senda, independientemente del rival. Aunque un derbi siempre es un derbi.

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