domingo, 15 de diciembre de 2013

A por el golpe anímico

UD Logroñés-SD Logroñés (Las Gaunas, 17.00)

Se podía perder mucho tiempo sobre el sentido o sinsentido que tiene la celebración de un derbi logroñés en Segunda B. No es nuevo, porque ya lo he comentado varias veces. Lo ideal sería que sólo hubiera un club, que fuera referente en Logroño, pero la realidad, ¡vaya usted a saber los motivos!, no es ésa. El presente determina que tanto Unión Deportiva Logroñés como Sociedad Deportiva Logroñés compiten en la misma categoría y grupo. Por lo tanto, más allá de pensar en lo que podía haber sido, toca enfrentarse con lo inmediato, con lo que va a ocurrir este domingo a partir de las cinco de la tarde. Hablar de aspectos extradeportivos sería acumular palabras que no llevarían a casi ningún sitio (de hecho, creo que me he extendido demasiado).

Por eso, me centraré en lo que puede ocurrir dentro del terreno de juego, en cómo llegan ambos equipos a esta cita y en dónde pueden estar las claves del partido. Es cierto, que las estadísticas están ahí y que sirven como referencia para adivinar, más o menos, cómo actúan los diferentes equipos. Sin embargo, cuando dos rivales de la misma ciudad pelean por el triunfo a lo largo de 90 minutos, de poco sirve el pasado. Los números dicen que la UDL, que ejerce de local, como anfitrión viene sumando en los últimos seis encuentros en Las Gaunas (3 victorias y 3 empates). Por su parte, la SDL, como visitante, también está de dulce: 3 empates y 1 victoria en los 4 últimos desplazamientos. Atendiendo a todo esto, cabe pensar que el empate sería el resultado más lógico. En cuanto a la clasificación, la SDL suma 22 puntos y es 9ª, mientras que la UDL cuenta con 20 puntos para instalarse en la 11ª plaza. En este sentido, el triunfo visitante sería un golpe de efecto demoledor, puesto que aventajaría a su adversario en 5 puntos.

En lo que puede esperarse en el derbi, la UDL se está mostrando más irregular que su rival. Los de Raúl Llona apuestan por una intensa y, en ocasiones, asfixiante presión en la medular que incomoda a sus oponentes. Esto provoca que, sobre todo en Las Gaunas, durante los primeros minutos tengan mucha presencia en el campo contrario. No en vano, los blanquirrojos tratan de intensificar ese dominio territorial con gran cantidad de centros laterales que obliguen a su rival a retroceder. Cuando esto ocurre, la clave pasa por tener acierto en el remate, sin duda uno de los debes, con mayúsculas, de la UDL. En esta línea, el peligro suele llegar de las jugadas a balón parado, donde los de Llona han demostrado ser capaces de generar ocasiones. Primero fue Gil, después le tocó el turno a Herreros, Garrido viene avisando en muchos partidos e Ibai ha dado puntos con dos tantos de falta directa., por no hablar del acierto desde los once metros, tanto Ubis como Goñi

Otro cantar es en ataque posicional (cuarto peor ataque del grupo con 16 tantos). Ahí, la UDL no acaba de carburar. Cierto que la sorpresa de los hombres de segunda línea (Goñi, Ibai o los extremos) está siendo la manera de crear ocasiones, porque los delanteros natos no ven portería. Entre Julen Iriarte, Íñigo Rodríguez y Omar suman 1 gol. Puede que la poca continuidad dada (del once se pasa al banquillo o a la grada o viceversa), la gran diferencia que supone jugar con uno u otro (son estilos muy distintos; Iriarte da más sentido a un juego directo; Íñigo se mueve más, combina, cae a las bandas; y Omar ofece velocidad y otros aspectos) o que este equipo no juegue para que el '9' acabe las jugadas. Sea como fuere el caso es que la UDL tiene que remediar esta carencia. 

La defensa de la UDL ha tenido que sufrir múltiples cambios, aunque casi siempre se ha debido a lesiones y sanciones. Ormazábal y Sergio Martínez son habituales en los laterales. Garrido, Gil y Herreros han compartido el centro de la zaga (también con el reconvertido Nando). En la medular, Llona ha preferido a Moisés y a Goñi para llevar la manija, aunque Nando también ha dado recambio al centrocampista riojano. Con todo, el preparador riojano sólo deja fuera de la lista a Javi Pascual, por enfermedad, por lo que instantes antes del choque deberá descartar a varios futbolistas. Aunque de momento, no da pistas a su oponente, que también cita a todos los disponibles, salvo Jorge Herreros y Metola.

Enfrente está una SDL que vive cada partido sin mirar atrás. Se centra en lo que le toca cada domingo. Además, se muestra fiel a una idea que, esta temporada, está llevando hasta el final, independientemente del resultado, rival o lugar en el que juegue. Me explico. Agustín Abadía ha hecho que la SDL sea un bloque competitivo porque insiste en mostrar sus virtudes y ocultar sus debilidades. Lo ha comentado en más de una ocasión el propio entrenador, "cada vez que tenemos la posesión nos crean problemas". El ejemplo está en lo sucedido contra el Tropezón hace siete días. Los cántabros dieron el balón a los riojanos y Abadía, lo confesó en la rueda de prensa posterior, meditó retrasar su línea de presión (cosa que hizo) para esperar a que su rival le dejara huecos y metros para salir en velocidad. Hasta el momento, el trabajo realizado está dando sus frutos y los resultados acompañan, por lo que poco hay que decir al respecto. Otra cosa es que guste más o menos. Pero a la larga, el aficionado lo que desea es ver ganar a su equipo.

Además, la SDL tiene mimbres para hacerse fuertes en la parcela defensiva, últimamente les generan pocas ocasiones de gol y cuando las realizan Mandaluniz se erige en protagonista positivo. Ledo, más asentado como central que de lateral, con un Moya en buena línea, sobre todo en los balones aéreos, y con un Alcántara más centrado que al comienzo de temporada cuando se le acusaban más sus carencias defensivas, unido a la velocidad y sacrificio de Iñaki Jiménez desde el lateral ha provocado que la SDL siga creciendo. Pero si tiene que jugar Loza, bien de central bien de centrocampista, no se acusan las bajas. Y esto no sólo ocurre en esta parte del campo. Da igual la línea. Cada futbolista, eso es cierto, da unas cosas, pero siempre las pone a beneficio del grupo y eso hace que la unión de todos no permitan pensar en los que no están en el campo. Un gran mérito.

El ataque de los de Abadía cuenta con un hombre, Javi Torres, que transmite sensación de peligro cada vez que coge la pelota. Puede estar gris, como por ejemplo el día del Tropezón, pero cada balón que recibe genera incertidumbre. Ahí están sus seis goles, sus asistencias y su trabajo, aunque muchas veces parece ir por libre. Del Puente, Mario León, Laencina y Toledo son los hombres con los que el técnico de Binéfar confía para ser esa segunda línea que llega desde atrás. Mientras que Del Puente y Laencina tienen más gol, Toledo ofrece desequilibrio y Mario León trabajo y combinación entre líneas. Es decir, que hay dónde elegir. Mientras que en la medular, Rojas, Candelas, Migue, Fran Sota, Loza o Salazar (pese a sus pocos minutos) también permiten que Abadía encuentre alternativas en función del oponente o de lo que pretenda ese día realizar.

Con todos estos elementos, qué se puede esperar. Sobre el papel, puede ser un encuentro más táctico que brillante, al menos en su comienzo. La UDL insistirá en presionar en la medular y asegurar que su rival no pueda salir al contragolpe con transiciones rápidas (las vigilancias puede resultar decisivas). Mientras que la SDL, es de esperar, se querrá dejar dominar (hasta cierto punto) para buscar las contras. Puede que el tablero de ajedrez se rompa si alguien cobre ventaja de forma rápida. Entonces, se podrían ver otras intenciones en ambos conjuntos. Quiere esto decir que el devenir del marcador influirá en las ambiciones de unos y de otros. Por clasificación y por ejercer de locales, es la UDL la que está como más exigida.

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