lunes, 17 de junio de 2013

Sin ascensos a Segunda B

Varea y Haro cierran la temporada. Lo hacen, quizá, antes de lo que hubieran deseado, quedándose a las puertas de la última eliminatoria de la fase de ascenso a Segunda B. Pero con justicia. mientras que los arlequinados buscaron otra nueva hombrada en Llodio tras el 0-2 de la ida, los jarreros no supieron administrar la ventaja conseguida en tierras murcianas (1-2). Si los de Emilio Remírez tuvieron la fortuna de adelantarse e incluso soñar con la prórroga, los de Roberto Ochoa, presa de muchas cosas, pero de ninguna positiva, fueron acumulando mazazos hasta que Pirri forzó una prórroga esperanzadora. Nada más lejos de la realidad porque el Mar Menor, con todo perdido, nubló a los blanquinegros, incapaces de asumir la renta.

Laudio-Varea: 1-1 (3-1)

Efrén en el 69' hizo creer al Varea. 0-1, más de 20 minutos por delante y sólo un gol para forzar la prórroga. Lo vivido en los 160 minutos anteriores parecía no importar. Que el Laudio hubiera demostrado ser superior, dominar los dos partidos y generar ocasiones, entre otras, pasaba a un segundo plano. Que Rubén García fuera uno de los culpables de que los arlequinados siguieran con opciones también se olvidó. Con un increíble 0-1 ante un rival más hecho y con posibilidades. Curioso esto del fútbol. Y el Varea lo intentó, a su manera, con empuje, con balones largos, tratando de exprimir cada jugada a balón parado... que no fuera por ellos. Sin embargo, en honor a la verdad el Laudio ha sido justo vencedor de la eliminatoria. Si en el Municipal dejó una sensación de bloque superior en Ellakuri continuó evidenciando su favoritismo. Lo hizo pisando área rival, poniendo en aprietos a Rubén García y mereciendo el premio del gol. Y eso que Ramón Castelo dio descanso a algunos de sus mejores jugadores. Sin embargo, Galder, como sucedió en la ida, fue un tormento para los centrales visitantes. Pese a ello, el Varea aguantaba las embestidas locales o mejor dicho su portero desquiciaba a los rojiblancos. Se llegaba al descanso con la sensación de que mucho tenía que cambiar el choque.

El comienzo del segundo tiempo fue una continuidad: el Varea dominado en su campo a la espera de una conexión letal, como la vivida en el primer tiempo que acabó con un tiro de Sota que sacó sobre la línea Gaizka Bergara. Poco más podía, o le dejaba hacer el Laudio. Pero hubo un resquicio cuando Efrén, en un barullo dentro del área, estuvo más listo que el resto y empujó el balón al fondo de la red. Quizá sin merecerlo, pero el 0-1 subía y animaba a los visitantes. Sólo había que marcar por segunda vez. Fueron minutos en los que los logroñeses buscaron el tanto, aunque sin finalizar las jugadas. Los riesgos asumidos eran grandes y a la contra el Laudio podía sentenciar. Y lo hizo, ya en el tiempo de descuento por mediación de Tyson. Pese al empate y la eliminación en la segunda ronda, sin duda el Varea ha dado la cara en este 'play off', más allá de los resultados cosechados.

Haro-Mar Menor: 1-3 (3-4)

La situación parecía inmejorable para pasar de ronda, pero el Haro se acordará, bastante, de la primera parte en tierras murcianas. Ahí se empezó a gestar, casi sin quererlo, la derrota en El Mazo. En El Pitín, los de Roberto Ochoa pudieron sentenciar, tuvieron el 0-3, antes de que el Mar Menor recortara al filo del descanso. Ese gol cambió la eliminatoria, dio alas a los murcianos e hizo más pequeños a los blanquinegros. Los riojanos salieron temerosos ante su afición, sabedores de que la ventaja podía ser suficiente, pero con la sensación de miedo en el cuerpo. Era como si los jarreros, desde el pitido inicial, ya estuvieran pensando en administrar el 1-2. Mal asunto. Pero se puso el panorama cunado Emilio, a los 7', adelantaba a los murcianos. Lo peor que le podía suceder al cuadro riojano. Ahora pensaba en exceso, la cabeza, confundida, iba a muchas revoluciones y no dejaba actuar al cuerpo, que se dejaba llevar. La consecuencia fue que el Haro parecía ausente, sin identidad, excesivamente previsible en ataque (apenas existió) y dubitativo en las tareas defensivas. Ver tres pases seguidos en los locales parecía un imposible y el equipo de Paco García, ordenado y con las ideas claras, apretaba en busca del error. El descanso vino bien a los blanquinegros. Había que reorganizarse, aunque lo más importante era expulsar los nervios y la ansiedad. Emilio, por si acaso, hacía mella con el segundo tanto personal al poco de empezar el segundo tiempo. Nuevo escenario. Más de media hora por delante y el Haro, por primera vez iba por detrás en el marcador global. Los miedos debían desaparecer porque peor era difícil hacerlo. Sólo se podía mejorar. 

No fue fácil encontrar el camino porque los locales estaban muy atascado, demasiado. La confianza estaba del lado del Mar Menor, confiado en sus posibilidades y conscientes de la oportunidad que tenía. El tanto de Pirri tras una acción de estrategia en el 89' volvía a dar un vuelco. El 1-2 obligaba a la prórroga. 30' de esperanza para ver a un Haro diferente, más intenso y convencido de sus opciones. Pero no fue el caso. Álvaro colocaba el 1-3 y hacía prácticamente imposible que el Haro estuviera hoy en el bombo. Veinte minutos en los que el conjunto blanquinegro evidenció sus carencias cuando tiene que dominar y generar ocasiones de gol en juego estático. Algo que, sin embargo, no ha sido nuevo esta temporada, pero que ante equipos de menor calidad se lograba casi por perseverancia. Sin duda, tras el 1-2 de la ida, la decepción en los aficionados jarreros fue evidente. Tanto que hasta hubo pitos (también aplausos), algo inmerecidos pese a que la sensación fuera de haber tirado la eliminatoria. Hay que quedarse con el rendimiento global del equipo y con las cosas positivas. De la negativas, seguro que se aprende.

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