martes, 18 de junio de 2013

Resumen Tercera (VII)

Última entrega de mi resumen de Tercera. En esta ocasión, una vez eliminados de la fase de ascenso a Segunda B, toca hablar de Haro y Varea. Ahora sólo queda un balance general, que haré mañana, con el que bajo mi punto vista han sido los futbolistas más determinantes, así como los jugadores revelaciones o destacados.

Haro: 1º, 95 puntos (100-13)

Pese a que la sensación final en el Haro puede ser la de decepción después de desperdiciar el 1-2 logrado en tierras murcianas en la segunda eliminatoria de la fase de ascenso no hay que olvidar los logros cosechados por el equipo blanquinegro durante esta temporada. Sus números están ahí por algo. Por cuarta vez en las últimas 7 temporadas llega al menos a 100 goles en liga regular (100 en 2006/07, 2011/12 y 2012/13; 101 en 2007/08). Ha obtenido su récord de puntos en una campaña, 95, por delante de los sumados en la 2006/07 (94) y en la 2011/2012 (92). Su diferencia de goles también es la mejor, 87, superior a la de 2006/07 (85) y 2011/12 (81). Incluso la actual temporada ha sido en la que menos goles ha encajado: sólo 13 tantos; una cifra mejor que en la 2006/07 (15). Además, como parece una tradición en La Rioja en los últimos tiempos ha sido el último equipo de categoría nacional en perder. Lo que le ha supuesto acabar como líder de su grupo por segunda vez en su historia (la primera fue en la 2006/07). Circunstancia que también sucedió con Oyonesa y SD Logroñés. Para acrecentar su ego, el Haro estuvo 23 jornadas seguidas (las 23 primeras) invicto y acabó la liga regular como un tiro con 12 victorias consecutivas.

Hay que tener en cuenta, es importante, que el bloque del Haro, con Roberto Ochoa al frente, en las últimas campañas ha ido perdiendo amplitud de plantilla. En este sentido, podía decirse que el técnico jarrero ha utilizado apenas 16 futbolistas toda la campaña. Javi Pérez ha sido el portero titular, aunque Javi Ríos ha gozado de oportunidades para demostrar su valía. En defensa, apenas cinco hombres: Beraza, Mikel, Pirri, Txejo y Joseba. Entre ellos han venido ocupando la zaga durante todos estos meses. En el centro del campo, Alberto y Tato han dado equilibrio al centro del campo (Arias en alguna fase de la campaña ha sido titular), dejando en los extremos a Javi López y Breixo, siendo Aimar y Edu Martín futbolistas que han solido salir desde el banquilo. En ataque, Unai y Ander se han complementado, mientras que Morales, como revulsivo, ha dado más de lo que se lo podía pedir.

Grandes números para una plantilla corta a la que quizá le ha faltado la brillantez que sí determinan sus guarismos. Pero Roberto Ochoa, desde que asumió la dirección del equipo, comprendió que para poder aspirar al ascenso hay que ser sólido en defensa. Además, ha demostrado una gran adaptabilidad, puesto que ha sabido mover sus piezas en aras de conseguir un conjunto férreo en las labores defensivas, equilibrado en la medular y letal con espacios. Ha estado siempre más cómodo cuando tenía que esperar que cuando debía dominar el partido. De ahí que su juego en El Mazo, salvo excepciones, no haya sido tan visual como a lo mejor algunos espectadores hubieran deseado. Sin embargo, a domicilio sí que ha mostrado una cara más seria, más práctica, más eficaz cara a la meta rival. Competitivo hasta el final, pese a las tres derrotas en la fase de ascenso a Segunda B ha sido un conjunto que ha echado de menos a un futbolista que asuma la responsabilidad cuando las cosas van mal, un jugador que en el campo ejerza el liderazgo para llevar a su equipo a las mejores cotas. Quizá ese futbolista se cotice y por ello el Haro no ha podido contar con él. Otro debe, por decir algo, es que en el juego defensivo a balón parado no ha sido todo lo contundente que se esperaba. Pero seguro que la campaña que viene el cuadro blanquinegro lo vuelve a intentar.

Varea: 4º, 80 puntos (94-40)

Los 48 puntos (16 victorias de 19 partidos) sumados en la segunda vuelta han permitido al Varea mejorar los registros logrados la temporada anterior (78 puntos, 93 goles a favor y 43 en contra). Desde este punto de vista, el avance de los arlequinados ha sido positivo. Incluso en la fase de ascenso, ya que superó la primera ronda (de hecho ha sido el único equipo riojano capaz de vencer una eliminatoria). Sin duda, los números de la segunda parte del campeonato obedecen casi más a un campeón de grupo que a un cuarto clasificado (ha sido el segundo mejor equipo de la segunda vuelta por detrás del Haro que ha sumado 50 puntos). Un hecho que no debe caer en el olvido y que debe servir como motivación para que el cuadro arlequinado sí aspire la próxima campaña al liderato del grupo. En principio, una de las metas de esta campaña pasaba por pelear por ese puesto. Se intuía que Haro y Alfaro iban a estar en la terna. Pero al Varea le costó encontrar la regularidad al comienzo de liga, sobre todo, cuando ejercía de local, donde sufrió dos empates seguidos ante Pradejón y Yagüe que supusieron la destitución de Iñaki Pacheco tras la 7ª jornada (4 triunfos y 3 empates era su bagaje). 

Una noticia que no pilló de sorpresa al entrenador riojano, consciente de que el presidente iba a esperar el mínimo fallo para cambiar de técnico. Emilio Remírez tomó el mando de operaciones y lo hizo cambiando de forma radical la manera de jugar del equipo: de la combinación y elaboración se pasó a un juego más físico, directo y vertical. Asimismo, algunos futbolistas abandonaron el club y otros llegaron. Al preparador navarro le costó encontrar la fórmula para que los suyos se adaptaran a lo que quería implantar. La consecuencia fueron varias derrotas como visitante (en las primeras 9 salidas el balance fue de 6 derrotas, 1 empate y 2 victorias). Parecía que el Varea se alejaba incluso de la fase de ascenso, único objetivo posible. Antes del cierre de incorporaciones del mercado de invierno Rubén Pérez regresaba al Varea (17 goles en la segunda vuelta). Una decisión acertada. Es como si el futbolista de Miranda hubiera supuesto una motivación extra para los intereses de los logroñeses. Si el Varea quería llegar al 'play off' necesitaba una racha espectacular de resultados.

Para ello, Remírez apostó por un once en el que apenas hubo variaciones, salvo lesión o sanción. La confianza del grupo fue aumentando a medida que llegaban los triunfos. Carmelo Sota, Rubén Pérez, Chimbo, Efrén y Borja (los dos últimos desequilibrando desde los extremos) destacaban en la faceta ofensiva, mientras que la zaga se mostraba más consistente y regular gracias a la pericia de Reinares y Aguinaga en el centro de la zaga, dejando a Asier y Rocha en los laterales. En el centro del campo, Maño recuperaba una buena versión para dominar su parcela, mientras que Miguel, Nacho Elías y Urko (este último incluso se ganó la titularidad en la fase de ascenso) permitían dar descanso a los más habituales. Ahora todo parecía ir sobre ruedas. Cada llegada al área rival era una ocasión de gol. Había confianza y el equipo creía en sus posibilidades. Ni el 0-4 ante el Haro fue un impedimento para que el Varea lograra su objetivo. Se metió entre los cuatro primeros, superó al Novelda (1-3) cuando todo parecía perdido (1-2 en el Municipal de Varea) y se mantuvo con opciones ante el Laudio hasta los últimos minutos de la vuelta (0-2 en la ida y 1-1 en Llodio).

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