lunes, 17 de febrero de 2014

Las victorias no llegan

Lo hecho, hecho está y nada se puede tocar. El pasado ya es historia y los dos conjuntos riojanos de Segunda B deben asumir lo que se les viene encima. La Unión Deportiva Logroñés, con algo más de margen y un partido menos, recibe en las dos próximas semanas a Tropezón, rival directo, y al Caudal, en descenso y al que puede dar la puntilla u oxígeno. Dos choques vitales para olvidar su último empate en Noja, ante un grupo desahuciado y que suma su 4 punto en 16 partidos. Por su parte, la Sociedad Deportiva Logroñés, con un 1 punto de ventaja sobre la promoción y 2 sobre el descenso (el Coruxo lleva dos partidos menos que los blanquirrojos), también debe pensar en sus dos siguientes salidas: Caudal, oportunidad de resarcirse de las dos recientes derrotas, y Compostela, otro rival directo. En este caso, los de Agustín Abadía sí que deben pulir pequeños detalles de lo exhibido frente al Racing, pese a la derrota, pero la actitud fue la adecuada para acabar lograr la salvación.  

La UD Logroñés acudió el sábado a La Caseta con la intención de dar un ligero salto y meter distancia respecto al peligro. Parecía que la victoria era obligada. Pero como casi siempre sucede, este equipo no acaba de actuar como debe en partidos en los que está presionado. Ya ocurrió esta misma temporada cuando un triunfo le podía haber acercado a los puestos de 'play off'. Es el sino de un conjunto que tiene muchos problemas para materializar sus ocasiones. Sin duda es la pega de un conjunto que añora tener un '9' con vocación de goleador. Porque esta UDL, otro día más, hizo méritos para sumar los 3 puntos, pero su falta de pegada le penaliza. Tanto que las dos próximas jornadas pueden ser decisivas para conocer la suerte de los de Raúl Llona.

Así se puede entender ese empate ramplón ante un colista en el que tomó protagonismo su portero Rafa. Si 6 días antes Aurreko había sido una pesadilla para los blanquirrojos, el meta cántabro fue minando la moral, en ocasiones frágil, de los riojanos. Y eso que la UDL, de salida, se mostró ambiciosa, con llegadas, centros, tiros y remates. Pero ni Barrón ni Ubis, una vez más incisivo y batallador, ni Goñi acertaron a superar a Rafa en una primera mitad en la que los riojanos merecieron más. El estado del campo tampoco permitía florituras y eso facilitaba la labor de destrucción de un Noja que asume que la única manera de 'rascar' algo pasa por tratar de mantener la portería a cero, defender con uñas y dientes y esperar a que en alguna contra puedan sorprender. Lícito para un equipo con tantos problemas.

La segunda mitad no varió la dinámica, con una UDL activa ante un cuadro cántabro que se dejaba hacer, que buscaba para el ritmo del partido y que trataba de desquiciar a un rival que demostró que le cuesta un mundo encontrar huecos cuando su oponente se mete en su campo y le impide centrar con cierta comodidad. Llona movió sus piezas y Javi Rodríguez le dio otro aire, por lo menos más creativo, al ataque. Cierto que muchas veces eran jugadas individuales en la que el zurdo desequilibraba. Al menos era una posible solución para acercarse al gol. Pero tanto pensar en marcar que el Noja también tuvo sus opciones, incluso, de llevarse el choque. Herreros, al intentar despejar, por poco mete el balón en su portería y Rubén García, ya en los minutos finales, probó los reflejos de Miguel.

Curioso que pese a que la UDL llevó el peso de la contienda, fuera el Noja el que más cerca estuvo, en el tramo final, de recoger los frutos a su deseo de no encajar goles. Una demostración más de que la Segunda B no entiende de buenas intenciones y de que en esta división de bronce las fuerzas se igualan cuando un equipo no acaba de transformar en gol las ocasiones que genera. La mala noticia, más allá del empate sin goles, es que Ubis se lesionó en una costilla. Habrá que ver si podrá estar en condiciones para el domingo. 

Por su parte, la SD Logroñés cedió ante el Racing en Las Gaunas. Un 0-2 gestado en la segunda parte. Los blanquirrojos fueron valientes, fieles a su identidad y buscaron la manera de hacer daño al líder de la categoría. De inicio, el balón fue de los cántabros. Pese a ello, los pupilos de Agustín Abadía presionaron para incomodar una elaboración fluida y así evitar que la pelota llegara en buenas condiciones a sus futbolistas más determinantes. Pese a ello, Rubén Durán pudo adelantar a los suyos con un remate de cabeza a los 6 minutos. Pero fue, hasta casi el descanso, la ocasión más peligrosa de los visitantes. 

De hecho, los locales fueron dificultando la labor de su oponente, ya que robaban en la medular y salían con espacios a la contra. Olavarrieta, escorado, se encontró con el poste tras una buena cesión de cabeza de Alcántara previo pase de Yécora (una buena noticia la aparición del central riojano después de 10 meses). De nuevo, Olavarrieta se marchaba de su par y tiraba desde fuera del área con la izquierda. Jorge Herreros tiraba alto tras un pase raso de Toledo desde la izquierda. Eran los mejores momentos de los blanquirrojos: intensos en defensa y veloces en ataque. El Racing, sin embargo, no se inmutó. Trató de recuperar el control de la pelota para, por un lado, evitar las contras de los riojanos y, por otra parte, para ir ganando en confianza en la parcela ofensiva. Así se entienden varios tiros lejanos que Gonzalo repelió sin excesivos apuros. Donde sí se tuvo que esforzar el meta riojano fue ante Koné, ya que el delantero se presentó en el área, tras zafarse de su par, con todo a favor, pero Gonzalo le tapó los huecos le adivinó sus intenciones con una parada en dos tiempos. El 0-0 seguía en el marcador.

El segundo tiempo no varió la dinámica, pero el Racing, tras perdonar en la primera doble ocasión, no falló en la siguiente. Koné lanzó al poste con Gonzalo ya batido y el rechace le llegó a Javi Soria que buscó la portería, pero Miguel, desde el suelo desvió el balón. Pero a los 10 minutos del segundo acto vino la jugada decisiva, el agarrón de Alcántara a Francis cuando ese último entraba en el área. Penalti ingenuo pero claro. Javi Soria ponía el 0-1 y obligaba a un esfuerzo extra a la SDL. Lo intentó a renglón seguido en acciones a balón parado con Del Puente como protagonista. Primero el extremos lanzó una falta lateral que tras botar dentro del área se colaba en la portería, pero Mario, habilidoso, metió el puño par evitar problemas. Y a continuación, Del Puente recogió un rechace tras un córner sacado por él para probar la solidez de Mario con un tiro potente.

Entonces el Racing asestó el golpe definitivo, justo cuando los blanquirrojos se habían recuperado del tanto encajado. Iñaki lanzaba una falta lateral (Abadía aprovechó esa acción para sustituir a un tocado Moya) y Javi Soria, de cabeza, picaba el balón para hacer su segundo de la tarde. El choque entró en esa fase en la que el equipo que va por detrás muestra empuje y arrojo, mientras que el que se sabe vencedor aguanta el chaparrón. De hecho, los de Paco Fernández no tuvieron reparos en meterse en su campo y esperar que el cansancio de los locales hiciera mella. 

La SDL lo intentaba con centros al área y con tiros lejanos, pero sin acierto. Voluntad había. Así hasta que el Racing volvió a asumir el control del juego en el último cuarto de hroa. 15 minutos en los que los blanquirrojos iban detrás del balón ante un cuadro cántabro que movía la pelota con velocidad y ritmo. su objetivo no era buscar a Gonzalo, era conservar la posesión y evitar que su oponente se acercara a Mario. Javi Soria y Miguélez se movían como peces en el agua con control y pase. La SDL quería y no fajaba, insistía en presionar, pero las fuerzas no eran las mismas que en el primer tiempo y el marcador también hacía mella. En ese pacto de no agresión, el Racing controló hasta que el partido llegó a su fin. El derroche físico y la actitud de los riojanos debe servir para volverlo a mostrar en la dos próximas salidas, donde la SDL debe quitarse los complejos. Destacó la ausencia del once de Javi Torres, desacertado cara a portería en los últimos encuentros, que le debe servir para regresar a la titularidad con nuevas energías. Asimismo, Jorge Herreros, como expuso Abadía en la rueda de prensa posterior, es un futbolista que necesita minutos para ir cogiendo ritmo. 

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